Casi seis décadas han transcurrido desde que se oficiara una de esas bodas reales que ya forman parte de la historia y que unió a una princesa danesa con un rey griego en Atenas. Los protagonistas de la historia son Ana María, hermana de Margarita II de Dinamarca, y Constantino, hermano de la emérita Sofía.
Ese enlace vuelve a estar de actualidad, pero no porque se celebre un aniversario de aquel 18 de septiembre de 1964, sino por algo más inusual y sorprendente. El vestido que llevó la novia en el gran día ha estado desaparecido durante muchos años, pero ha sido hallado como por arte de magia y pronto será expuesto para que todo el mundo pueda verlo.
Como si se tratara del argumento de un bonito cuento de hadas, las reformas del Palacio de Tatoi han sacado a la luz el contenido de algunos baúles olvidados donde se guardaban muchas pertenencias de la extinta monaquía helena. Gracias a Carlos III de Inglaterra, que ha invertido 14 millones de euros en el proyecto tras llegar a un acuerdo con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, la antigua propiedad de la Familia Real del país, donde nació la emérita Sofía, recuperará su esplendor del pasado.
Las obras de acondicionamiento están avanzadas y ha sido al despejar una de las estancias cuando los trabajadores han encontrado la pieza nupcial que lució Ana María de Grecia en su enlace matrimonial. La Princesa acababa de cumplir 18 años cuando contrajo matrimonio y eligió un diseño relativamente sencillo, pero majestuoso. Era de color marfil, confeccionado en raso mate, con escote ovalado y una larguísima cola. Diseñado por el danés Holger Blom, incorporaba un fajín bordado que realzaba el talle y las mangas eran de largo 3/4. No llevaba guantes, sólo una gran cruz de diamantes alrededor de su cuello con una cadena corta.
En la cabeza, la novia lucía la tiara del Jedive de Egipto, una creación de Cartier perteneciente a la Casa Real danesa, realizada con diamantes engastados y espirales de laurel. En cuanto al velo, era de encaje irlandés hecho a mano. El look nupcial al completo fue ampliamente alabado en las crónicas de la época. Recordar que la boda de Constantino y Ana María contó con más de 1.200 invitados entre los que se encontraban representantes de las Casas Reales europeas y, por supuesto, los entonces príncipes Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia.
Pese al tiempo transcurrido y ese inexplicable olvido, el vestido de novia de Ana María de Grecia, que perdió a su marido en enero de 2023, parece estar en perfectas condiciones. Se prevé que cuando acaben las obras de reforma del Palacio de Tatoi pueda ser expuesto para la posteridad, junto con otras joyas históricas que también aparecieron en el lugar hace unos meses. Se trata de la corona, el cetro y la espada de oro pertenecientes al rey Otón I, el primer monarca de los griegos.
El Palacio de Tatoi está ubicado al norte de Atenas y tiene una extensión de 4.200 hectáreas en las que se distribuían 40 edificios, que albergaban una herrería, una lechería, una carnicería, una carpintería, establos y fuentes de producción agrícola. Según el Ministerio de Cultura griego, con la reforma, algunas instalaciones mantendrán su utilidad.
Llevaba deshabitado desde 1967, cuando Grecia se convirtió en una República. Entonces, Ana María y Constantino se marcharon al exilio con sus hijos. En 2003, esta residencia fue nacionalizada y la antigua Familia Real helénica recibió una indemnización. Ahora, como bien del Estado y tras un fuerte incendio que destrozó parte del norte de Grecia, el Ministerio de Cultura trabaja en su recuperación.