La bióloga Dido Carrero (Oviedo, 1994) es una de las profesionales que inspiran ByBy, la última colección solidaria de Pedro del Hierro. Presentada por la firma el pasado 8 de marzo, la línea integra ocho capas diseñadas por su director creativo, Nacho Aguayo, junto a ocho mujeres de distintos sectores que se alían en esta campaña para decir adiós a prejuicios y discriminaciones.

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Hoy, Magas entrevista a una de esas ocho mujeres inspiradoras. Dido Carrero es doctora en Biología Molecular y comisaria de arte. Ha destacado por contribuir en la secuenciación del genoma de la medusa inmortal, el único animal que puede volver a un estado anterior en su ciclo de vida.

Durante su carrera, hubo momentos en los que la ciencia se le hacía a Dido Carrero demasiado "cuadriculada", así que buscó una vía de escape, algo más creativo e irracional. Tenía la necesidad de estar en contacto con la belleza y la cultura, de ahí que estudiara también Historia del Arte. Durante la pandemia concibió el proyecto C E R Ú L E O para promover a jóvenes artistas. Ahora, compagina esa actividad con los estudios de posgrado.  

Los beneficios de la venta de su capa, al igual que las del resto de co-diseñadoras de ByBy se destinarán a uno de los ocho proyectos de microemprendimiento femenino que se presentan para colaborar con la iniciativa.

Como mujer inspiradora para la firma Pedro del Hierro, ¿en qué cree que puede inspirar?

Este grupo de mujeres inspiradoras del que formo parte es muy diverso. Quizás, por mi doble faceta científica y artística, podría fomentar esos perfiles multidisciplinares que hoy en día parecen estar un poco denostados. Hay mucha tendencia a la especialización. Yo tengo una pasión absoluta por la ciencia, la biología en particular, y también por el arte, por todo lo que tiene que ver con el desarrollo creativo de uno mismo. 

¿Qué barreras, si las ha habido, ha tenido que romper? 

Creo que en el ámbito de la ciencia no hay tantas dificultades para la mujer. Por eso soy afortunada. La barrera más importante es hacer entender a la gente que la multidisciplinareidad es algo positivo, que tener varios intereses no hace que se diluya el interés o el compromiso, sino que los fomenta. Es constructivo.

¿Ha tenido inseguridades?

Siempre. Especialmente las mujeres solemos pecar más de inseguras, tenemos más problemas de autoestima. Al fin y al cabo, indudablemente, el mundo profesional está más hecho por y para los hombres. Tenemos que demostrar no solo nuestra valía profesional, sino también creerlo nosotras mismas para transmitirla.

Ha destacado por ser coautora de la secuenciación del genoma de la medusa inmortal.

Es un trabajo que desarrollamos en el laboratorio del profesor Carlos López Otín de la Universidad de Oviedo. Se dice que es inmortal porque tiene la capacidad biológica de volver atrás, desde un estado adulto diferenciado de medusa, a un estado anterior en su ciclo de vida, que sería el estado de pólipo. 

No se había secuenciado antes. Estudiamos qué genes podría tener esta medusa que la diferenciase de otras y que pudieran intervenir en esta capacidad extraordinaria. Es el único animal que puede hacer algo así. 

O sea, que no muere…  

Puede morir por depredadores y otras causas. Pero ante determinadas condiciones del medio desfavorables principalmente cambios de salinidad en el mar tiene la posibilidad de retroceder a un estado más seguro y volver a ser adulta cuando las condiciones sean favorables. Esto es, retroceder a un estado más seguro.

¿Qué aplicaciones puede tener? 

Pues muchísimas. Esta medusa tiene una gran plasticidad celular. Esto es muy importante para la medicina regenerativa y todo lo relacionado con el envejecimiento y las enfermedades asociadas, como pueden ser las neurodegenerativas, cardiovasculares, cáncer, diabetes, etc. 

Pero claro, la biología de la medusa es tan particular que es muy difícil extrapolar directamente los resultados a un humano. Hace falta investigar y hacer muchos experimentos para comprender ese proceso.  

La propia medusa podría ser una obra de arte…

Es fascinante, pero tanto como una obra de arte... (ríe). La naturaleza puede ser bella, pero para que sea una obra de arte tiene que ser algo creado o intervenido por el hombre. 

¿Sigue investigando?

Terminé la tesis doctoral hace poco más de un año, luego empecé a trabajar en un laboratorio de diagnóstico molecular asociado a un hospital en Oviedo. No es estrictamente investigación. Quería probar algo que tuviera una repercusión más directa con el bienestar de la gente. Ahora voy a hacer un posdoctorado.

¿Qué rama de la investigación va a seguir? 

Mi tesis se centró en el cáncer como consecuencia del envejecimiento, porque mi laboratorio estaba especializado en esas cuestiones. Me gustaría continuar por ese camino y centrarme en aplicaciones para el tratamiento de las enfermedades que suponen los mayores problemas de salud en el mundo desarrollado: el cáncer, las enfermedades cardiovasculares…

Yo me he especializado en bioinformática, que es un campo que tiene muchísimo tirón porque hay una enorme cantidad de datos, pero hace falta integrarlos, analizarlos y darles un sentido. Es lo que estoy haciendo. 

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¿También estudió un curso de biología en Harvard? 

Sí, gracias a las becas de la Fundación María Cristina Peterson, que te permiten desarrollar un proyecto. En Harvard estudié biología del cáncer y, al siguiente año, hice una estancia en un laboratorio de Londres. 

Fotografía de Dido Carrero. Cedida Tendam

Compagina la labor científica con el comisariado de arte y la gestión de artistas.

Siempre me ha interesado mucho el arte. Nunca lo concebí como algo profesional. Cuando estudiaba el doctorado, me di cuenta de que la ciencia a veces es muy cuadriculada. Yo necesitaba una vía de escape un poco más creativa. Entonces empecé a estudiar Historia del Arte a distancia. 

En la pandemia, como Oviedo es una ciudad convencional a nivel de ocio, con mi amigo Manuel Castro decidimos crear una opción de arte joven para público joven. De ahí nació un proyecto que luego fue derivando en otras cosas. Fue así como nació mi interés por el comisariado, la gestión de artistas y el proyecto C E R Ú L E O.

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¿En qué consiste el proyecto C E R Ú L E O?

La premisa es que sirva de plataforma a los artistas emergentes que muchas veces no tienen ni herramientas ni oportunidades para entrar en los circuitos habituales del mercado del arte, exposiciones, convocatorias y demás. Se trata de permitirles que cojan experiencia, hagan currículum y echen a rodar. 

¿Cómo selecciona a los artistas? O van ellos a usted…

Ambos. Yo estoy bastante pendiente de la escena, de lo que se mueve en el mundo del arte actual de gente de mi edad. También contactan conmigo. De momento me lo tomo como un pasatiempo. A nivel profesional, lo principal es la biología, pero necesito compaginar las dos cosas. No podría dedicarme solo a una. 

¿Y qué le atrae tanto del arte? 

Es algo irracional, bastante difícil de explicar. Una necesidad de estar en continuo contacto con la belleza.

¿Usted es artista?

No. Siempre me dije a mí misma que no tenía talento de artista, que si quería aproximarme al arte tenía que ser de un modo contemplativo, aunque recientemente estoy haciendo alguna cosilla. Me interesa mucho el lenguaje de la instalación, que es más tridimensional. También voy a clases de pintura.

¿Cuáles son los principales artistas que admira? 

Me interesan mucho las vanguardias del siglo XX, sobre todo la abstracción y el expresionismo. Luego, me encantan los primitivos italianos y flamencos, Fra Angélico, Giotto, El Bosco… Si no sabes de arte es más difícil conectar con esta época, pero es un periodo fascinante. 

¿Qué vínculo hay entre un Fra Angélico y una instalación de Ai Weiwei? 

Todo está relacionado, hay una progresión, una conexión histórica de querer expresar ciertas cosas. El arte es una manera para responder a ciertas preguntas que nos hemos hecho desde el principio de la humanidad y que vamos a seguir haciéndonos.

¿Cuáles? 

Qué somos, quiénes somos, qué hacemos aquí… Es una reflexión filosófica a través del arte porque aún no se les ha dado respuesta.

Ni creo que se les dé…

No, claro. Por eso el arte tiene que seguir haciéndoselas.

¿Qué relación hay entre la ciencia y el arte? 

Al fin y al cabo, creo que la filosofía, la ciencia y el arte tienen un objetivo común y lo abordan con distintas herramientas. El arte sirve, además, de expresión del sentimiento personal. 

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta un artista o un científico?

La precariedad es bastante común en el mundo de la investigación y del arte. En el arte existe la posibilidad de triunfar, aunque sean pocos los elegidos. Sin embargo, en la ciencia la precariedad es intrínseca en todos los niveles. Aunque seas un científico brillante, si estás en el mundo de la investigación pública, que es lo más habitual, vas a vivir en la precariedad. Por ejemplo, la beca del doctorado, que es de lo mejor que hay a nivel estatal, es el salario mínimo. Y somos personas que tenemos formación del más alto nivel.

La bióloga es una de las co-diseñadoras de la colección 'ByBy'. Cedida Tendam

¿Eso es en España o en todas partes?

Aquí se valora mucho la investigación, pero esa valoración no va acompañada de mejores condiciones económicas ni laborales. Fuera de España se valora la figura del investigador y se le trata como corresponde. 

¿Qué le ha llevado a participar en este proyecto de Pedro del Hierro? 

Es una gran oportunidad para visibilizar la acción de mujeres que están haciendo cosas rompedoras en diferentes ámbitos. Para mí es un honor estar entre ellas y poder aprender de sus experiencias, de cómo desarrollan labores con tantísima pasión. Son una fuente de inspiración. 

Finalmente, ¿cómo es la capa que ha diseñado para Pedro del Hierro?

La premisa era trasladar a la capa cuestiones personales que nos sirviesen de inspiración. Lo más obvio era trasladar algo relacionado con las medusas. Así que mi capa tiene una capucha globular, que sería como una cabeza de medusa, y luego caen unas tiras a modo de tentáculos. Es de punto y muy versátil. Se puede llevar a diario y en situaciones algo más formales. Estamos barajando varios colores, como el verde agua.