Rebecca Windsor, la gurú de las series de Warner Bros, revela las claves del éxito de una producción
La ejecutiva de WBTW cuenta cómo está cambiando la situación de las mujeres en la industria audiovisual y qué papel juegan en ese cambio.
16 agosto, 2022 01:28Rebecca Windsor iba para actriz y terminó convirtiéndose en una de las personas claves de la industria audiovisual estadounidense. Como vicepresidenta y directora de la Warner Bros. Television Workshop (WBTV), actualmente uno de los programas de formación de talentos más relevantes, está contribuyendo a la transformación del sector en materia de inclusión e historias.
Developing the Future of Television (desarrollando el futuro de la televisión) promete el WBTV de escritura y dirección, y para muestra están allí afuera una considerable cantidad de producciones con el sello de esta casa.
Merece recordar que en el negocio del entretenimiento audiovisual, la Warner, fundada en los años 50 y que desde ese entonces se colocó como un estudio de cine puntero, con el tiempo se fue moldeado como un conglomerado, lo que le ha llevado a surfear la ola de la diversificación; además de propulsar la carrera de artistas en la pantalla chica, está detrás de un buen número de series que distribuye a canales de pago y plataformas de streaming.
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En este contexto, Rebecca Windsor lleva la voz cantante en ese 'detrás de las cámaras', específicamente en el WBTV de escritores —que cuenta con una larga tradición—, así como el de directores (más reciente), orientado a pulir el talento creativo en materia de películas, videos musicales, series, etc. Desde su creación en 2013, el WBTV de directores ha impulsado la carrera en el sector televisivo de más de 60 mujeres y personas de grupos infrarrepresentados.
Actualmente en Hollywood existen muchos programas de este tipo dirigidos únicamente a féminas y minorías, pero cuenta Windsor que en Warner Brothers optaron por abrirlos a todas y todos, sin distinción de edad, al que aplican miles de personas con mucho talento, y del cual son seleccionados anualmente entre siete a diez personas.
"Creo que lo minimizas cuando llamas a algo así ‘un programa de diversidad’", fundamenta la decisión corporativa, "escogemos lo mejor de lo mejor tratando de que sean grupos lo más inclusivos posible", acota la ejecutiva, que este año formó parte del jurado de la 37° edición del festival valenciano Cinema Jove.
Los aires de cambio en la industria audiovisual empujan hacia más diversidad, "y nosotros también somos partícipes de ese impulso", afirma Windsor, que además ha sido testigo de primera fila de una tendencia que cada vez es más fuerte, y es que "en general, tanto en nuestro programa como en Hollywood, se está haciendo cada vez más difícil entrar si eres un hombre blanco". Pero como no hay que perder de vista el negocio y los talentos que puedan ser de provecho, afirma que "si ese hombre blanco es el director o escritor más talentoso, con suerte podemos encontrar una manera para apoyarlo también".
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El estigma de las mujeres y el poder
Desde que la televisión existe, se ha caracterizado por ser menos hostil que el cine en relación a las mujeres. Pioneras como Ida Lupino (en los 60 y 70) dan fe de ello, así como las instructoras principales del WBTV de directores, Bethany Rooney y Stacey K. Black, ambas realizadoras de vasta trayectoria en la televisión estadounidense.
Si bien Rebecca Windsor ha observado avances, no duda en afirmar que "las mujeres no lo tienen fácil", pero establece diferencias entre el rol de directora y el de guionista.
"Ser directora implica asumir una posición de poder, lideras el set, diriges un episodio en la televisión, cosa que una escritora no hace", dilucida. "Por lo general, tenemos salas de escritores en los que trabajan entre ocho y diez personas, así que siendo guionista eres parte de un equipo".
En cambio, una directora está a cargo de cientos de personas que conforman un gran staff incluyendo al elenco, y en ese contexto es donde Windsor ha observado más crítica, más juicios y más cejas arqueadas a modo de 'vamos a ver qué y cómo lo hace esa mujer, además de la expectativa de "si será capaz de afrontarlo y manejarlo, de si podrá mantener a raya el estrés y las emociones", describe.
"Existe mucha gente que está muy por la labor de evaluar y criticar a las mujeres, y por supuesto que he escuchado historias de directoras que han plantado cara a muchos más desafíos con su equipo en comparación con nuestros directores".
Las miradas puestas en la mujer frente a la dirección, muchos haciendo la cuenta regresiva hasta un estallido, conlleva a un determinado modo de reaccionar de las féminas que se ha implantado y generalizado a través de muchas generaciones.
La ejecutiva narra con evidente molestia que aunque esté completamente justificada una reacción ante un maltrato o bravuconadas: "Como mujer no puedes mostrar ninguna emoción, solo tienes que sonreír, ser amable, mantener las calma y hasta quizás ser maternal con ellos", expone, "y todo porque en el momento en el que muestras un poco de tus sentimientos, alimentas el estigma de que las mujeres no son capaces de lidiar con el poder".
Como insider en la industria, sabe que existen muchos shows de televisión que no suelen contratar realizadoras, y escoge muy bien sus palabras para describir un cierto modus operandi, y es que cuando finalmente emplean a una directora, si no les funciona por diferentes razones, dicen ‘vale, ya lo hemos intentados con una, por lo que no necesitamos probarlo nuevamente’.
"Así que creo que muchas mujeres que asumen la responsabilidad de la dirección son plenamente conscientes de que su trabajo y rendimiento afectan a todas las demás que vendrán después de ellas", concluye.
Romper con esas estructuras es una parte crucial para lograr cambios en la industria audiovisual, por lo que Rebecca Windsor afirma que este constituye un tema de conversación recurrente en el WBTV de directores.
Si bien de ese programa han salido y siguen saliendo directoras de gran talento, los obstáculos no faltan. "A juzgar por las personas que se postulan al taller, hay muchas mujeres que quieren trabajar en terror, acción, con efectos visuales, y cosas por el estilo", describe, "en ese sentido, otro gran desafío es la falta de oportunidades para las féminas en géneros diferentes al drama y la comedia".
A pesar de que en la Warner Bros. se desarrollan muchos shows de superhéroes y de acción, y que no parece tan complicado salvar esas carencias de oportunidades, en la ecuación surgen otras variables como la falta de experiencia.
Rebecca Windsor muestra optimismo y echa mano a las estadísticas que indican que "los ex alumnos de nuestro programa de directores después de dirigir un tercer episodio de series menos complejas, logran pasar a una escala de mayor envergadura". En el plural anglosajón, sin embargo se diluye cuántos de ellos son mujeres.
¿Fin al ‘es bonita, pero no lo sabe’?
En una entrevista afirmaba la guionista española Susana López Rubio (Acacias 38, El tiempo entre costuras, La Templanza) que la ficción acelera los avances en la sociedad, de allí la importancia de la evolución del tratamiento de los personajes femeninos, de las minorías, así como de las personas LGBT.
Las producciones provenientes de EE.UU., punteras en transformaciones y en marcar tendencias, sin dudas han sido definitivas para lograr el consabido cambio de guion que como un tsunami está calando en la ficción española y se espera que permee en las de otras latitudes, hasta allí donde existe más reticencia hacia el respeto, la aceptación y la tolerancia.
Como reza la cita bíblica: ‘En el principio ya existía la Palabra’. Y aquí esa ‘palabra’ también incluye la forma como se describen a las mujeres en un guion. Hace unos pocos años, en la cuenta de Twitter @femscriptintros se hizo un interesante acopio de descripciones de personajes femeninos, la gran mayoría sexistas, ofensivos, reduccionistas, cosificantes, misóginos.
¿Crees que ya se está superando el "chica calentorra y sexy" como una descripción de personaje en un guion?
O el ‘es bonita pero no lo sabe’. Rebecca completa con otra de las ya célebres frases, y no evita lanzar una risotada porque definitivamente el humor también posee el efecto tranquilizante del chocolate, pero bromas aparte, se apresura a afirmar que sí observa grandes avances en la forma de expresarse de los y las guionistas.
"La nueva generación de escritoras y escritores es mucho más consciente de cómo plantearlo y no solo en relación a las mujeres, sino también en cuanto a la diversidad", ahonda, "antes en un guion cuando leías ‘John, cuarenta años’, ya se suponía que era blanco, salvo que aclarases que no lo era, pero ya no se da por hecho que las personas en cuestión sean blancas, como también se ha dejado de asumir que una mujer sea atractiva, pero que no lo sabe, o que sea como ‘la chica de al lado’, y cosas así; cada vez más esos enfoques se están matizando, y eso lo corroboro al leer una buena parte de los guiones que me llegan".
Sin embargo la vicepresidenta de la Warner Bros. Television Workshop no puede obviar que los escritores más experimentados "se encuentran prácticamente atascados en sus determinadas maneras de expresión y de hacer las cosas", afirma, "pero quienes entran al WBTV de guionistas son escritoras y escritores emergentes que son más conscientes, que tienen más sensibilidad hacia cómo debería ser la manera de expresarse, y eso es algo que aprecio".
La WBTV de guionistas no es una escuela para aprender a escribir, más bien el peso del programa radica en los aspectos comerciales de la industria, así como en pulir la capacidad de trabajar de modo colaborativo en una sala de guionistas. De 2500 aspirantes, se escogen 25 finalistas y de estos son seleccionados entre ocho y diez personas anualmente.
Rebecca Windsor celebra todas esas transformaciones. Asimismo, ve muy favorable el hecho de que se estén contando "más historias complejas de mujeres, en donde ellas no tienen que ser las heroínas, pero tampoco la novia o la mujer de…". Y añade: "Es genial tener historias en las que hacen cosas malas y feas, a través de las cuales se pueden apreciar diferentes capas, facetas y complejidades de las mujeres". Sin embargo, observa que en EE.UU. esas ficciones encuentran su espacio principalmente en la televisión de pago y en las plataformas de streaming.
Una larga carrera
Hasta llegar a la importante posición que ostenta desde hace siete años en la Warner Bros., creó para ese grupo mediático la marca digital Stage13, estuvo al frente de la producción creativa del programa de largometrajes del Instituto de Sundance. También fue gerente de desarrollo de la compañía de televisión Samuel L. Jackson, UppiTV, así como en Mandeville Films.
A Windsor le tomó varios años afinar los sentidos, ampliar sus conocimientos, definir sus gustos. Dice que aprendió "de personas más inteligentes que yo sobre por qué un guion es bueno y si tiene potencial", aunque también admite que "nadie sabe qué puede llegar a ser un éxito", y hasta alguna que otra sorpresa entra por la puerta trasera.
Cuando lee un guion se fija en si se trata de una historia fresca, única, y si por el contrario es una historia tradicional o de venganza, de un primer amor o de algo ya visto muchas veces. Pone atención en el punto de vista, cuál es la versión y visión de la escritora o escritor, de su universalidad a pesar de ser tan personal o específica.
Ahora más que nunca se están produciendo tantas series de televisión que tenemos la sensación de que no nos da la vida para verlas todas. Rebecca Windsor, quien como dice emplea demasiadas horas viendo muchísimo, se une a este sentimiento colectivo como espectadora que también es.
Su sistema consiste en listas guardadas en el teléfono de "programas para divertirme y de otros que me han recomendado, además debo estar al tanto de lo que hay allí fuera, porque ayuda a saber cómo se encuentra el panorama actual en relación a las series", comenta.
Cita entre algunas de sus favoritas a modo personal a Fleabag (Phoebe Waller- Bridge), Muñeca rusa (Natasha Lyonne, Amy Poehler, Lesley Headland), Catastrophe (Sharon Horgan, Rob Delaney) y Better things (Pamela Adlon, Louis C.K).
Casualmente todas esas serie, muy diferentes entre sí, no solamente están creadas por mujeres, también se centran en el universo femenino, y aprovecha para hacer una última reflexión.
"Creo que muchas historias de mujeres se convierten en grandes éxitos precisamente porque logran conectar con una amplia audiencia", analiza, "así sea con 20 millones de personas o con una base muy devota de fanáticos, hay personas que llegan a apasionarse por una serie como esas porque ven algo en sus personajes que les recuerdan a ellas y ellos mismos. También porque a través de esos personajes ven que se cumplen sus deseos, toman decisiones o hacen cosas que ya nos gustarían haber tomado y hecho nosotras, por eso en esas historias hay algo a lo te aferras y que no sueltas".