Corría el año 2017 cuando Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, provocó un auténtico revuelo con el lanzamiento de un bolso azul gigante, con asas cortas y detalles amarillos, al precio aproximado de 1.700 euros. ¿El motivo de la polémica? El diseño recordaba el que vendía por menos de 1 euro la firma de decoración sueca Ikea.
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Este fue solo uno de los numerosos capítulos de la dirección del diseñador, al cargo desde el año 2015. Algunos, como el de la campaña presentada en noviembre de 2022 que escenificaba a niños en un ambiente evocador del mundo BDSM, fueron sumamente polémicos. Desde entonces, el diseñador no dejó de reafirmar su voluntad de volver a los orígenes de la casa.
Este otoño, sin embargo, ha vuelto a sacudir el mundo de la moda con el lanzamiento de una falda muy peculiar, sobriamente llamada 'falda toalla'. Como su nombre lo indica, se trata de un modelo que imita el objeto de nuestro cotidiano, con algunos detalles diferenciadores: "unisex, con cinturón ajustable, hebilla oculta y el logotipo bordado tono sobre tono en la parte delantera", según explica la casa en su cuenta de Instagram.
El modelo forma parte de la colección primavera/verano 2024 de la casa que, pese a haberse presentado hace varios meses, se ha hecho viral estos días de noviembre. El modelo, en preventa al precio de 695 euros, se combina a la perfección, según la firma, con un pantalón y los Mule Sunday. Balenciaga ya confirmó su existencia en diferentes colores: estará disponible en beige y azul marino. Varios expertos lo corroboran: su textura y apariencia son las de una toalla convencional.
Pese a su carácter inesperado, no es la primera vez que la moda se apodera de este objeto. En 2015, Acne Studios y Moschino propusieron su propia versión del 'vestido toalla'. En 2017, Miu Miu incorporó varias toallas en los estilismos de su colección primavera/verano. Seguidamente, Ludovic de Saint Sernin propuso minifaldas de efecto toalla, para hombre. Solo las completaban sandalias. Un año más tarde, Prada nos sorprendió con un diseño inspirado en las toallas de los hoteles de lujo. La asociaba entonces a un par de mocasines.
En definitiva, su lanzamiento no resulta del todo sorprendente. La toalla de Balenciaga hace eco a diseños de la casa que también se hicieron virales en su momento. Cabe por ejemplo recordar las Paris Sneakers, deportivas de aspecto completamente 'destrozado' vendidas al precio de 1.450 euros, o de un bolso que simulaba una bolsa de basura, vendida al precio de 1.750 euros. ¿Arte o pura provocación? El mundo de la moda sigue muy dividido.