El desfile de Roberto Torretta en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid fue una exhibición de oficio. Su colección otoño-invierno 23-24 se inspira en la obra del pintor contemporáneo Egon Schiele, discípulo de Gustav Klimt, y los colores de algunos de sus cuadros recorrieron la pasarela.
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En la colección dominan los tonos neutros, del beis al lavanda, que contrastan con gris antracita, el amarillo intenso, el burdeos y el azul eléctrico, pero también modelos en color chocolate y, para la noche, el negro. Colores que hemos visto en los retratos que Egon Schiele hizo de Frederica Maria Beer (1914) y de su esposa, Edith.
Con tres colores base ("un lila muy claro, un beis muy elegante y un burdeos fuerte", en palabras del diseñador), que "están salpicados o rotos con cuatro o cinco pinceladas de tonos potentes: amarillo anaranjado, amarillo potente, azulón, tono mantequilla...".
La sastrería, característica de la firma, se ve en chaquetas, pantalones y abrigos con cortes limpios y cinturillas trabajadas, donde solapas y tapetas adquieren protagonismo. Y esa mezcla de lo masculino y lo femenino que a Torretta le encanta: prendas muy femeninas que tienen también un toque masculino.
"Como tejido base un crepé de lana que lo hemos desarrollado mucho, pesado, muy bonito. También hay una minicolección de cuero, un material fantástico con un envejecimiento muy bueno", explicaba el propio Torretta. Esos minivestidos de cuero, que combina con botas y zapatos planos, son la marca de la casa.
Precisamente, con su dominio de las prendas de piel se hizo muy popular el diseñador en sus inicios. En esta colección vemos el “crêpe” de lana o tejidos satinados como el crêpe de chine, junto al mohair y, por supuesto, el cuero, que regresa con fuerza, como hemos visto también en otras pasarelas internacionales como Nueva York.
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María Torretta, que trabaja junto a su padre, describía esta colección para el próximo otoño-invierno como "muy sofisticada, con siluetas muy femeninas, muy trabajada y lujosa", en la que destacan el terciopelo brocado y las lentejuelas para la noche.
En ella se aprecian detalles refinados y estudiadas superposiciones en looks de tres prendas que se alternan entre vestidos “midi”, drapeados con cortes asimétricos y mangas singulares y otros más cortos, de escotes redondeados y pinzas al aire.
Siluetas sencillas de gran impacto en definen la colección de Roberto Torretta para el otoño/invierno 23/24 con un mensaje firme: el elegante equilibrio “dalla mattina allá será” (de la mañana a la noche).
Y, efectivamente, se trata de una colección muy Torretta, en la que le han dado una vuelta a las prendas con tejidos más de costura, pero con siluetas muy jóvenes. Y los accesorios cobran un absoluto protagonismo, al haber diseñado también muchos de los zapatos que han pisado la pasarela.
María Torretta explicaba que "casi cada look lleva un zapato en un tono, y lo mismo pasa con los bolsos, que nos los hace un artesano maravilloso de Toledo. Cada bolso acompaña a un look, con una forma diferente y con un tono distinto".
Roberto Torretta es uno de los diseñadores más veteranos de la Semana de la Moda de Madrid, pues desfila en ella desde que se conocía como Pasarela Cibeles, en 1996. Y, en 2016, recibió el Premio Nacional de Moda de manos de la reina Letizia.
Nacido en Argentina en el seno de una familia cuyo apellido es de origen italiano, llegó a Madrid, desde Buenos Aires, en 1974, con tan solo 24 años. Junto a su mujer, Carmen Echeverría, propietaria de una tienda multimarca en la calle Almirante —por la que pasaron desde los artífices de la movida a jóvenes aristócratas—, sacó adelante la firma Roberto Torretta.
En septiembre de 2021 celebraba su 40º aniversario en la moda, demostrando su versatilidad diseñando no solo prendas y accesorios como gafas y relojes, sino también ropa de hogar, alfombras y, por supuesto, ha customizado un coche de Mercedes, la firma patrocinadora de la MBFW en las grandes capitales del mundo.
Y cuatro décadas y una pandemia después, ha logrado marcar su propio estilo, dentro de la moda de autor o slow fashion, en la que prima la calidad sobre la cantidad. Como explicaba el propio diseñador: "Calidad en los tejidos, calidad en los diseños, calidad en el patronaje y calidad en la costura".