En la pared, el logo de la firma, ahora con el Roberto más pequeño y el apellido más grande, puesto que con él diseña su hija María. Y debajo, el Made in Spain que ahora vende tanto por el mundo.
Y en su primera fila, invitados tan dispares como Cristina Cifuentes y Ana Botella, aunque separadas por otros invitados, Boris Izaguire, Nieves Alvarez, el decorador Pascua Ortega, la actriz Marisa Paredes o el Marqués de Griñón, con su novia, Esther Doña. En segunda fila, su mujer, Carmen Echevarría, sin perder detalle de todo lo que sucedía en la pasarela y en las gradas.
Torretta plantea para el próximo verano un viaje, ya sea a una ciudad o a un destino paradisíaco, de Hawaii a la Polinesia, al que nos trasladaba uno de los pocos estampados de la colección.
La colección se mueve más entre los colores lisos, como el azul tinta, el rosa salmón y el blanco, así como el rojo chile, con pantalones de pata ancha que parecen volar sobre la pasarela. Los hombros, al aire, con tirantes, lazos y volantes. Y chaquetas en todos largos, abotonadas de forma especial.
La prenda fectiche, el mono, ya sea corto o larguísimo, con espectaculares aberturas laterales. Y como complemento estrella para este verano, las gafas de aviador con cristales tintados en negro.
El mismo Torretta de siempre, con un trabajo impecable y un estilo sin sobresaltos, que ahora continúa también su hija, ajenos a la mediática relevancia que ha adquirido Carlos, hijo y hermano respectivamente, por su amistad con Marta Ortega.