A la Copenhague Fashion Week ya se la conoce como "la quinta semana de la moda", pues se ha hecho un hueco después de las big four, es decir, las cuatro grandes (París, Milán, Nueva York y Londres) y, además, se han convertido en líderes del street style más rompedor y viral.
Creada hace casi dos décadas, la Semana de la Moda de Copenhague ha logrado sin embargo adelantar a las pasarelas ya consolidadas, gracias a su visión de una industria de la moda, más consciente y sostenible, y al liderazgo de su nueva directora general.
La Copenhague Fashion Week apostó por un formato diferente al tradicional, que celebra desfiles en los que prima el brillo y el glamour, para prestar atención a los problemas sociales y medioambientales del planeta.
Para ello, se implantó un plan de acción de tres años que trazaba planes sostenibles y todas las marcas que deseen participar, en los desfiles o como expositor, deben cumplir un mínimo de dieciocho requisitos.
Deben utilizar en todas sus colecciones, al menos, un 50 por ciento de textiles certificados como orgánicos, de upcycling o reciclados; comprometerse a no destruir la ropa que no vendan; utilizar bolsas y packaging sostenibles; garantizar la igualdad de oportunidades y facilitar un entorno de trabajo seguro, saludable y respetuoso para con toda su personal, libre de acoso y discriminación.
Ahora, esperan a que cunda su ejemplo y otras semanas de la moda sigan sus pasos y que se unan también otras grandes plataformas y distribuidores.