Los últimos desfiles de la Semana de la Moda en París han dejado claro que los pliegues y las arrugas están de moda. La plancha ya no es la mejor opción. Así lo han dejado ver las grandes firmas de Alta Costura en las pasarelas con sus propuestas para la temporada primavera/verano 2023.
[Avance de la temporada otoño-invierno 22-23: descubre las 21 tendencias clave]
Podría parecer un fallo de última hora, pero ningún diseñador deja salir a una modelo a la pasarela sin haber revisado antes cada detalle de diseño, confección y patronaje, así como los arreglos finales, lo que por supuesto incluye el hecho de que las prendas presenten o no pliegues y arrugas. Todo tiene un propósito, nada es casualidad en lo que respecta a la industria de la moda.
De las pasarelas a la calle
Matthieu Blazy, director creativo de Bottega Venetta, presentó su colección en la Semana de la Moda de Milán, en la que destacaron las piezas de cuero, seda y gasa, todas ellas con notables pliegues. Por otro lado, la colección de Versace brilló por sus jerséis con cortes oblicuos y por coloridos vestidos de seda en su colección Ready To Wear. Algunos de ellos, como el vestido morado lencero que vistió la modelo Bella Hadid, presentaban claras arrugas.
Sin embargo, fue Prada la firma que dejó claro que este es un detalle hecho a propósito, un aspecto que supone el principio del que puede ser un notable cambio en las tendencias de moda que se irán estableciendo en los próximos meses. En su propuesta desveló vestidos rectos y faldas midi con evidentes pliegues.
Después del espectáculo, Raf Simons, codiseñador de la marca junto a la propia Miucca Prada, declaró para el periódico británico The Observer que los pliegues eran gestos de error que buscaban transmitir al espectador la idea de que las piezas habían tenido una vida.
Esta tendencia opuesta al planchado se ha hecho evidente más allá de la pasarela. La ropa intencionadamente arrugada está ya en cadenas de Fast Fashion como Zara y Weekday. Otro ejemplo de esto es la actriz Julia Fox, que asistió a la gala del New York City Ballet la semana pasada con un vestido plateado de Zac Posen que presentaba claras arrugas.
Un cambio en la industria
Algunos estilistas consideran que las firmas en las que todo es demasiado perfecto se están quedando anticuadas y que deben adaptarse a este nuevo look desaliñado como un futuro probable para la industria de la moda.
Por ejemplo, Gary Armstrong, estilista y director de moda de la revista Circle Zero Eight, calificó el planchar como “una pérdida de tiempo” y considera que los pliegues en la ropa, insertados de una forma discreta, pueden resultar elegantes y hacer de un estilo demasiado cuadriculado algo más desenfadado.
Esta tendencia está alineada con un amplio cambio en la industria, que comenzó a hacerse notar entre las grandes firmas de alta costura tras la pandemia como signo de que la perfección ha quedado atrás para dejar paso a un nuevo entramado de prendas que abarcan algo diferente: un nuevo panorama en el sector, no tan perfecto, pero más real.