Almudena Grandes (1960-2021) creció marcada por el deseo de ser escritora. La madrileña de nacimiento y de corazón, autora de obras clave para la memoria histórica en España, contó que llegó a la escritura de pequeña: mientras su padre y su abuelo veían el fútbol absortos, como si fuera un ritual, ella tenía que mantenerse en silencio. "Dibuja", le decían, pero como le aburría dibujar, cambiaron la fórmula: "Escribe algo".
Así, de la forma más natural, comenzó una de las mejores escritoras españolas: con cuentecitos a los que, incluso, sacó rentabilidad económica. Por aquel entonces no sabía que le quedaba un largo trecho rompiendo muros invisibles y trayendo al debate público una amplia gama de temas tabú.
En persona arrasaba porque se mostraba genuinamente humana. Sensible, pero con carácter, hablaba con fundamento, con desparpajo y claridad. Almudena Grandes lloraba al escribir, siempre con el corazón en un puño. En sí misma era más que un acontecimiento literario, pues tenía la cualidad de superar esa cota: no pocas de sus novelas cautivaron a los creadores y al público del séptimo arte.
Estudió Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid, arrancó su carrera deslumbrando con la novela erótica y pasó a convertirse en referente de la novela histórica. La escritora reivindicó que la memoria histórica no tenía solo que ver con el pasado. Ella entendía la memoria histórica como una cosa del presente, de reparar el dolor, de enfrentarse al pasado.
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Autora de cabecera de la editorial Tusquets, firmó destacadas obras como Los aires difíciles (2002) o el superventas El corazón helado (2007), que está en proceso de convertirse en una serie televisiva, entre muchas otras. Pero la prolífica Grandes mantenía, además, un estrecho contacto con sus lectores a través de su columna Escalera interior para El País y su colaboración habitual en la Cadena Ser.
Ejemplo de coraje y generosidad
A partir de 1996, cuando Almudena Grandes contrajo matrimonio con el poeta y entonces profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Granada, Luis García Montero, vivió a caballo entre Madrid y la ciudad andaluza. La pareja compartía amistad con ilustres de la cultura en España, como Joaquín Sabina; el poeta Ángel González; el escritor, periodista y cineasta Javier Rioyo; el cantautor y arreglista Javier Ruibal o el poeta, ensayista y novelista Benjamín Prado.
Apenas un mes antes de morir, la escritora reconoció en su columna en El País Semanal que padecía cáncer desde hacía un año. Lo hizo tras sufrir una recaída que la llevó al hospital, privándola de firmar los ejemplares de su última novela, La madre de Frankenstein (2020), para sus lectores en la caseta de la Feria del Libro. Entre la comprensión y la melancolía, una Almudena Grandes que sentía auténtico cariño por sus lectores, escribió:
Mientras los altavoces de la Feria del Libro de Madrid lanzaban a los cuatro vientos los nombres de los autores que estaban firmando en las casetas, entre ellos el mío, yo estaba en el hospital con una complicación intestinal. Así comprendí que mi silencio había tenido un precio.
En medio de su dura batalla contra el cáncer se decía "segura, confiada y fuerte"; reconoció que una nueva obra en la que estaba trabajando la mantenía "entera". Prometió volver a la Feria del Libro "para firmar ejemplares y mirar a los ojos" de sus lectores. Pocas semanas después, el 27 de noviembre del 2021, fallecía a los 61 años de edad, provocando una gran conmoción popular, dejando tras de sí un inmenso vacío emocional y literario para miles de personas.
Desde entonces, su marido, catedrático de la Universidad de Granada, director del Instituto Cervantes y poeta, ha sido el mayor custodio de su memoria. La enorme repercusión que tuvo después su poemario más conmovedor y sencillo, Un año y tres meses, lo atestigua.
Y la penumbra me interroga.
Dime, ¿eres tú el que lo sabe?
¿Quién pilota este vuelo silencioso?
Recoge las emociones y pensamientos más profundos del poeta durante la enfermedad de Almudena Grandes y tras su muerte: duelo, devastación íntima y nostalgia; amor consciente, confeso y de dominio público; una honda admiración; una gran ausencia; vulnerabilidad y fortaleza. Todo ello forma parte de esta historia de amor que ha conmovido a los propios y los ajenos.
Reconocer a Almudena Grandes
En 1997 Almudena Grandes se convirtió en la primera mujer y primera firma de origen español en recibir, en Italia, el prestigioso premio Rossone d'Oro, galardón que reconoce a las personas que destacan en las letras, las artes y las ciencias, y que con anterioridad había recaído sobre el italiano Alberto Moravia o el argentino Ernesto Sábato.
Por la "calidad de su obra literaria y periodística, su compromiso en la defensa y la lucha por los derechos y valores de la libertad y la solidaridad", la autora fue galardonada en 2022 con el IV Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras.
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En 2011, en México, se convirtió en la primera escritora extranjera en ganar el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska por su obra Inés y la alegría, de los Episodios de una guerra interminable.
En octubre de 2018 ganó el Premio Nacional de Narrativa.
La obra de Almudena Grandes
Las edades de Lulú (1989) fue su ópera prima, una novela erótica con la que cautivó a miles de lectores y que, en los últimos momentos de la transformadora Movida madrileña, llevó a Almudena Grandes a la fama. No sin polémica, porque la protagonista, Lulú, era una adolescente de 15 años que sucumbía a los encantos de un amigo de su familia y joven profesor universitario.
Esta obra, que le valió el Premio de novela erótica La Sonrisa Vertical, revela las sombras y las luces de las fantasías sexuales desde su primera experiencia. Solo un año después saltó a la gran pantalla bajo el mismo título, de la mano del cineasta Bigas Luna, que eligió a Francesca Neri y un casi desconocido Javier Bardem para convertir Las edades de Lulú en un éxito rotundo.
En 1991 Grandes se apartaba de la literatura erótica con Te llamaré Viernes, una obra que tuvo escasa repercusión mediática. La escritora rompió esa tendencia en 1994 para consagrarse ya como una de las autoras de la memoria histórica: Malena es un nombre de tango se ambienta en la Transición Española y narra la historia de una niña de familia burguesa incapaz de encontrar un lugar adecuado en el mundo.
Amedrentada por el recelo que siente hacia su hermana melliza, Reina, "la mujer perfecta", Malena comienza a mirarse a sí misma, a aceptar sus miedos y a amar a las mujeres imperfectas que le han precedido. Una historia que rompió moldes y que, como con Las edades de Lulú, fue a parar al cine. Se encargó de ello el director de cine Gerardo Herrero, quien hizo lo propio en 2006 con otra novela de Almudena Grandes, Los aires difíciles (2002).
Más tarde, empezando por Atlas de geografía humana (1998), la escritora publicó varias novelas protagonizadas por mujeres. Dicha novela cuenta en primera persona la historia de cuatro mujeres en un punto de inflexión, de confusión ideológica y crisis generacional: temas que siguen siendo actuales. Ana, Rosa, Marisa y Fran se encuentran por azar en un proyecto de confección de un atlas de geografía por fascículos sin saber que, en realidad, están compartiendo un tiempo y espacio determinados para situarse en su propio atlas.
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Un hito a la amistad y al autoconocimiento con la mujer como punto de partida y destino. De nuevo, una historia que emocionó al séptimo arte. En esta ocasión, su amiga y cineasta Azucena Rodríguez tradujo la novela al lenguaje cinematográfico contando con Cuca Escribano, Montse Germán, María Bouzas y Rosa Vila.
En 1996 publicó Modelos de mujer, una recopilación de siete cuentos que había publicado con anterioridad en revistas y periódicos. Entre ellos se encontraba El lenguaje de los balcones, para el que se había inspirado en uno de los poemas de su marido, el poeta granadino Luis García Montero. Todo este sentimiento se convirtió en el 2000 en el fundamento del largometraje Aunque tú no lo sepas, de Juan Vicente Córdoba.
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Mercado de Barceló (2003) compilaba varias crónicas de Almudena Grandes escritas para El País Semanal desde años atrás. Castillos de cartón (2004), una de las novelas cortas de la escritora, es una mirada a la Movida madrileña que retorna a la novela erótica con un triángulo amoroso imposible, de excesos en las penas y las alegrías y una notable introspección psicológica de los personajes. En 2005 publicó Estaciones de paso, un libro de relatos que explora el proceso de hacerse adulto sin ser consciente de ello.
No fue hasta el año 2007 cuando publicó El corazón helado, la novela histórica que reconoció como "más ambiciosa", y que con sus más de 900 páginas narra la vida de dos familias españolas desde la posguerra hasta la actualidad. Esta novela le valió, en 2008, el VII Premio de Novela Fundación José Manuel Lara para distinguir la mejor novela publicada en castellano en 2007, pero también el premio del Gremio de Libreros de Madrid.
Se trata de un examen de la Guerra Civil y su influencia en los primeros años del siglo XXI que no dejó indiferentes a los lectores: se situó en el número uno de las listas de ventas. Un argumento, el de El corazón helado, que volverá a la gran pantalla aunque en forma de serie con Boomerang TV y una adaptación del guion a cargo de Miguel de Arco.
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Su libro póstumo, Todo va a mejorar (2022), habla de un mundo distópico, aunque probable, donde la población vive aborregada, vigilada, aislada y a fuerza de mentiras y miedos infundidos por el aparato del Estado. Una nivela que nació de la rabia y el estupor del confinamiento estricto durante el primer año de pandemia en España.
Almudena Grandes pidió a su marido Luis García Montero que redactase el último capítulo, para el que ella no tenía tiempo. Le dejó instrucciones para culminar Todo va a mejorar con un pasaje inspirado en la historia de Ángel Hernández, el hombre que en 2019 ayudó a morir a su mujer, María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple, a falta de una ley de eutanasia.
Almudena Grandes y la memoria histórica
En la serie Episodios de una guerra interminable, la escritora madrileña planificó seis novelas independientes que narran momentos clave de la historia de España, ocurridos entre 1939 y 1964, desde la resistencia antifranquista. Lamentablemente, la sexta, Mariano en el Bidasoa, quedó inconclusa, agudizando la sensación de orfandad de los lectores de Almudena Grandes.
La serie es una muestra del ingente trabajo de archivo que hizo la escritora para documentar sus novelas a partir de historias reales: Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García y La madre de Frankenstein.
Son novelas que se adentran en la contienda, la participación de la Alemania nazi, la represión franquista, la resistencia, el exilio y lo clandestino, la Segunda Guerra Mundial, pero también la pobreza y el hambre, el puritanismo, la moral oficial, así como lo cotidiano y lo costumbrista de la triste España de esos años.