Cuenta la historia que el rey de Creta, llamado Pigmalión, buscaba a la mujer perfecta. Como no la encontraba por ningún lado, decide hacer una escultura que contase con todos los atributos que él estaba buscando.
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Una escultura en la que plasmó, no solo cualidades físicas, sino también la representación de los valores que él consideraba imprescindibles en una mujer. Una figura que debería tener belleza, ternura, nobleza o sensibilidad, entre muchas otras virtudes. Finalmente, su obra fue tan perfecta que al terminar se enamoró perdidamente de la escultura a la que llamó Galatea.
Según la leyenda, la diosa Afrodita que había estado observando todo, se conmovió al ver tanto amor de Pigmalión hacia Galatea, así que decidió convertirla en una persona real y dar vida a la estatua.
Una historia en la que, de forma exagerada, se refleja cómo cuando el deseo de lograr algo es muy fuerte, puede llegar a generar las circunstancias para que se cumpla.
¿Qué es el efecto Galatea?
El efecto Galatea, una noción menos conocida, pero igualmente poderosa, que su contraparte, el efecto Pigmalión, se basa en la idea de que las creencias que tenemos sobre nosotros mismos pueden influir significativamente en nuestro éxito y rendimiento.
A diferencia del efecto Pigmalión, en el cual las expectativas de los demás influyen en nuestro desempeño, este se centra en nuestras propias creencias internas y cómo estas moldean nuestra realidad. Y es que tiene que ver con un conjunto de conductas que llegan a darse en determinadas personas y que podrán ayudarte a ganar la confianza que necesitas en ti misma para conseguir y lograr todo aquello que te propongas.
El efecto Galatea en psicología se refiere a la actitud personal de confianza en uno mismo y a las expectativas positivas que la persona puede proyectar sobre sí misma con respecto a la consecución de los fines vitales propuestos. Un tipo de pensamiento que lleva a la persona a realizar todas esas conductas que le ayudarán a cumplir y lograr esos objetivos.
Esto quiere decir, que si una persona cree de manera firme en sus capacidades y habilidades, podrá llegar a ver cumplidos sus objetivos, dirigiendo todos los esfuerzos físicos, emocionales y psicológicos a ello. Como consecuencia, finalmente, alcanzará todas esas metas propuestas.
¿Cuál es el origen del efecto Galatea?
Este efecto Galatea, es un factor cognitivo que lleva a alcanzar determinados resultados y que nace de un mito relacionado con Pigmalión y Galatea.
¿Qué personas están más predispuestas a experimentar el efecto Galatea?
Aunque todas las personas son susceptibles al efecto Galatea, algunas personas pueden llegar a ser más vulnerables a padecerlo que otras. Aún así, es importante destacar que el efecto Galatea no es un factor determinante y que cada persona tiene su propia capacidad de elección y para superar las expectativas y limitaciones que se le pongan por delante.
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Normalmente, las personas con una autoestima alta y una fuerte confianza en sí mismas pueden ser más propensas al efecto Galatea positivo ya que su actitud les ayuda a mantener una imagen positiva de sí mismas.
Lo mismo sucede con las personas que están acostumbradas a recibir elogios y expectativas positivas de los demás. Normalmente, estas pueden llegar a desarrollar un sentido de autoconfianza y éxito mayores, que a su vez les conducirá a llevar a un mejor desempeño y resultados.
Ventajas del efecto Galatea
Entre las muchas ventajas que pueden estar asociadas al efecto Galatea positivo encontramos:
- Supone progreso y consecución de la vida personal, laboral, familiar y social deseada.
- Aporta bienestar psicológico personal.
- Desarrollo de capacidades y habilidades personales.
- Ayuda a poner en práctica acciones para conseguir alcanzar los objetivos propuestos.
- Ayuda a alcanzar con éxito los objetivos deseados para beneficio personal y común del entorno.
Pasos a seguir para iniciar el efecto Galatea
Aunque evidentemente el efecto Galatea puede jugar a favor o en contra de nosotros (si lo utilizamos en modo negativo), lo ideal es que lo utilicemos para aprovecharlo a nuestro favor. Esto es algo en lo que a menudo se insiste en los procesos de autoayuda, ya que la importancia del enfoque es clave para conseguir nuestras metas.
Para activar el efecto Galatea se diferencian tres ejes: la posibilidad, la capacidad y el merecimiento. La posibilidad tiene que ver con el realismo de los propósitos que tengamos; la capacidad con la potencialización de habilidades y el merecimiento con la disposición constructiva.
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Así que antes de todo, tendremos que asegurarnos de que nuestro plan entra dentro de los posibles, después tendremos que identificar y exaltar todas las habilidades que podamos tener para conseguirlo y por último confiar en ti mismo para llevarlo a cabo, algo muy relacionado con la autopercepción y que sin duda, tendrá que estar alejado del autosabotaje.