Cada uno sabemos cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. Si bien algunos gozan de una amabilidad innata, otros deben trabajar más para mostrarse sociables y conseguir convivir en mayor armonía. De igual manera que la paciencia resulta ser una cualidad muy gratificante con uno mismo, no desarrollarla podría sumirnos en un estado nada favorable.
Aquellas personas impacientes viven en un estado de ansiedad y frustración que les impide realizar acciones totalmente rutinarias con un objetivo más allá del de no esperar. No hablamos de aguardar en una sala de espera o en la cola de un concierto, sino de saber esperar y conseguir metas a largo plazo.
El efecto marshmallow da nombre a esas personas impacientes que han crecido bajo esta condición por diferentes motivos. El sociólogo alemán Andreas Göttlich a través de un experimento con niños en la universidad de Konstanz, comprobó cómo los que más esperan obtienen mejores resultados en su vida.
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Se trata de una "virtud social sin la cual una sociedad no puede funcionar", aseguró el experto. Una condición que, según revela el estudio, también viene muy condicionado por la cultura del país natal de la persona impaciente.
Desarrollar la paciencia no depende de un ejercicio instantáneo que te conceda esperar tus éxitos con total maestría. Pero saber cómo hacerlo, te ayudará a conseguir objetivos de una manera más productiva.
El efecto 'marshmallow'
De igual manera que las personas con más recursos materiales a su alcance se frustran más ante las injusticias y la sensación de incertidumbre, aquellas con un negativismo permanente tienden a tener una actitud más crítica ante situaciones concretas.
Parte de esa negatividad que maneja la vida de quiénes son impacientes patológicos viene manejada por frases comodín que se hace cómo "¿por qué me tiene que pasar esto a mí?".
En la caótica actualidad en la que nos encontramos, saber esperar en un momento en el que la inmediatez y la velocidad marcan nuestros días es fundamental para obtener éxitos en el futuro y conseguir todo aquello que te propongas.
El arte de saber esperar
Atendiendo al refranero español, "Vísteme despacio que tengo prisa", en este aspecto cobra más significado que nunca. Procedente de una locución del emperador romano Augusto, "Caminad despacio si queréis llegar antes a un trabajo bien hecho", es el claro ejemplo de que si quieres obtener los mejores resultados debes saber tener paciencia.
En el experimento, a los niños que formaron parte del estudio se les ofrecía una pequeña recompensa de forma inmediata o dos si esperaban 15 minutos. Un estudio que da lugar a una clara conclusión: quienes supieron esperar más tiempo, obtuvieron una recompensa mayor.
Según el estudio marshmallow también se aplicaría esta condición a la vida adulta, quedando demostrado que quienes más desarrollado tienen la capacidad de esperar mayores beneficios obtienen en el futuro.
Beneficios de la paciencia
Tener paciencia o, si no resulta una cualidad innata en ti aprender a saber esperar, resulta positivo por diferentes razones más allá de conseguir una serie de éxitos en el futuro.
- La paciencia reduce el estrés ya que consigue que no te dejes llevar por las situaciones de máxima tensión. Esta condición te hace ser menos impulsivo ante los desafíos y problemas, consiguiendo que te enfrentes a ellos de una manera más efectiva.
- Tener paciencia resulta fundamental a la hora de mantener relaciones interpersonales. Escuchar con atención, comprender el punto de vista de los demás o resolver conflictos de manera constructiva serán parte de esa paciencia que te convertirá en una persona más empática.
- Ser paciente nos permite reflexionar y evaluar las opciones desde diferentes perspectivas antes de tomar una decisión final, por lo que reduce las opciones de cometer errores impulsivos o precipitados.
- Uno de los aspectos más positivos que nos aporta tener paciencia es la motivación y perseverancia que nos hace esperar por algo, trabajando con tiempo y esfuerzo para conseguirlo.
- La irritabilidad, la ansiedad o la frustración son desencadenantes directos de la impaciencia. Apostar por una vida más paciente nos aportará calma y bienestar emocional.