Si pensabas que las fiestas navideñas terminaban en diciembre, lamentamos decirte que te equivocas, a no ser que seas hombre, y no puedas disfrutar de la Navidad de las mujeres en Irlanda.
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Sí, has leído bien, hablamos de la Navidad de las mujeres en el país también conocido como ‘Isla esmeralda’. Y es que en él, las navidades no terminan tan rápido, sobre todo, para las mujeres quienes todos los 6 de enero salen a divertirse por todo lo alto.
Una festividad hecha por y para las mujeres, también conocida como Little Christmas (en gaélico Nollaig Bheag), que ha llegado a extenderse por otros países como Canadá, y que cada año va ganando más peso y reconocimiento en todo el mundo. Y a la que seguro, este 6 de enero, también querrás unirte.
¿Cómo celebran las mujeres irlandesas el 6 de enero?
La conocida como Little Christmas en Irlanda es una tradición por la que todos los 6 de enero, las mujeres irlandesas deben salir a la calle a divertirse en los pubs y calles solas o con sus amigas, mientras los hombres se quedan en casa realizando las tareas del hogar.
Una noche por y para las mujeres en la que aprovechan para disfrutar de una buena pinta de Guinness junto a sus amigas, y sin hombres a su alrededor.
Una tradición, con la que los irlandeses honran y reconocen la importancia y el valor de las mujeres y particularmente de las madres, que sobre todo, durante estas fechas navideñas se entregan en cuerpo y alma a la unión familiar.
¿Cuál es el origen de esta festividad irlandesa?
Cabe destacar que cuando se creó esta festividad navideña de origen cristiano, las labores del hogar eran únicamente realizadas por las mujeres, algo que por fortuna, a día de hoy, ha cambiado en muchos hogares en los que estas tareas son repartidas entre hombres y mujeres.
Por aquel entonces, las mujeres estaban sometidas a los oficios del hogar a diario y no se les permitía disfrutar, ni lo más mínimo, del ambiente y del aire irlandés, menos aún, si las tareas domésticas no quedaban terminadas.
Una situación terrible para cualquier mujer, ante la que surgió ese reclamo de que las mujeres también tenían derecho a divertirse, descansar, salir, festejar y al fin y al cabo, a ser felices. Algo que acabó por convertirse en esta particular festividad que cada año va ganando más peso, ya no solo en Irlanda, sino también en el resto de países.
Una forma curiosa de homenajear y valorar esa gran labor de las madres, de las abuelas y de todas las mujeres, cuya tradición ha seguido presente hasta nuestros días.