“El día que la princesa Valeria voló alto, el 28 de julio de 2022, sus padres decidieron que la despedida tendría que ser como un homenaje; uno muy bonito y dulce como era ella”, así reza la introducción al cuento escrito por la influencer Tamara Gorro en homenaje a su sobrina Valeria, una niña de 9 años, que llevaba cinco luchando contra el cáncer y falleció el pasado verano.
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Hablamos con Tamara Gorro, acerca de los deseos que ha pedido a los Reyes Magos y sobre el cuento La princesa y la mariposa (HarperCollins, 2022) que quizás hoy puede que sus majestades de Oriente lo hayan dejado en muchos hogares.
¿Qué le has pedido al nuevo año, Tamara?
Al nuevo año le he pedido equilibrio. Esa es la clave. Hoy lo voy a publicar en un vídeo para redes. Equilibrio para la vida.
¿En casa sois más de Reyes Magos o de Papá Noel?
De Papá Noel yo no he recibí nada, ni cuando era pequeñita. Intento educar a mis hijos en este tema. Afortunadamente, mis niños es fácil que vean que pueden tenerlo todo hoy y no quiero eso para ellos. Porque a lo mejor mañana no pueden o yo no se lo puedo dar, y no quiero que se acostumbren a tener 25.000 regalos, que es lícito quien los tenga, pero si yo los acostumbro a eso, mañana lo van a pasar mal cuando no tengan ni uno.
Dicho esto, Papá Noel les trae dos cositas y en Reyes Magos les digo que pidan cuatro cosas máximo, y no piden más.
Pero luego llegan los abuelos, los tíos, los padrinos...
Mi familia es muy humilde y muy trabajadora. Entonces, para ellos los Reyes son un gasto importante. Y yo les digo que para qué gastar si durante el año ya les compran un montón de cosas. Que tengan muchísimos regalos no es bueno para ellos.
Este día de Reyes Magos ha podido ser un buen regalo el cuento que has publicado. La princesa y la mariposa en homenaje a Valeria. ¿Qué van a poder encontrar los más pequeños en este cuento?
Lo hice, principalmente, por seguir su legado, porque Valeria cuando nos despedimos me dijo: "Tía por favor continúa con 'Una pizca de magia' la fundación que creamos. Ella siempre encaró la vida con una sonrisa desde los cinco añitos. Son personas que dan ejemplo de vida, de la vida real. Ella sí que es una influencer de verdad.
Quise continuar su legado, y al mismo tiempo me encontré con el dilema de explicárselo a mis hijos: '¿Cómo les explico a mis hijos, si yo no entiendo por qué ha muerto?' Ahí, nació la idea, que todos los niños puedan entender la muerte sin utilizar la palabra muerte, sin pena y sin trauma.
De una manera bonita, porque a los niños tenemos que educarlos desde muy pequeñitos, y explicarles que dentro de la vida está la muerte. Y no de un niño porque eso es anormal, pero si de un abuelo, de un papá, de una mamá... Es importante. Entonces en el cuento van a encontrar de una manera muy mágica como entender la muerte.
Qué debería ser casi una asignatura...
Sin duda, es una asignatura pendiente, igual que las enfermedades. A mis hijos les he enseñado a convivir con su prima que estaba muy malita, y en el cuento se les enseña valores. Como la empatía con el enfermo, por ejemplo.
Creo que es un cuento muy bonito, del que no me llevo ni un euro. Todo va para la fundación. Aparte de aportar valor, aportamos lo que tanta falta hace, que es investigación. Como lo pide Ana Obregón y Elena Huelva que ha conseguido que todo el mundo se haga eco. Y yo creo que Valeria también lo consiguió, y lo está consiguiendo porque hace mucha falta.
De los presupuestos no se deriva casi nada a la investigación. Y el cáncer tiene cura. Sobre todo, el infantil porque está catalogado como enfermedad rara por la poca estadística. En adultos, evidentemente, hay más casos de cáncer.
Y lo digo alto y claro, que no me creo que en el siglo en que estamos, en el año en el que vivimos, con los avances que tenemos, no exista un avance para curar el cáncer, ya sea para adulto o infantil. No me lo creo y pienso que no interesa, y lo tengo que decir así...
¿Quién es Valeria, la heroína de este relato?
Es mi sobrina, porque uno elige la familia que quiere. Evidentemente, tienes la familia que te toca, pero además puedes tener a la que quieres. Valeria tiene una historia muy bonita.
Antonio, mi hijo, se llama así por el abuelo de Valeria. Su abuelo, cuando yo tenía 18 añitos, tenía un despacho de abogados y me empezó a llevar las primeras facturas que yo ganaba. Yo no ganaba entonces casi nada, pero Antonio me lo gestionaba. Antonio me ayudó en el nacimiento de mi hija, me ayudó a todo.
Y el día que fui a Estados Unidos a hacerme una transferencia de embrión para que naciera mi niño, que solamente lo sabía Antonio y su mujer, pues ese día él murió, mientras yo estaba allí, por eso me dije que eso era un milagro. Y cuando volví aquí a los cuatro días embarazada, después de 19 intentos fallidos, dije que iba a ser un niño y que se llamaría Antonio, por él.
Antonio es el abuelo de Valeria y Ángela, su madre, es mi hermana. Y Valeria siempre ha sido mi sobrina, y me ayudó mucho en mi enfermedad, en mi depresión. Llegamos a tener una conexión muy grande.
¿Qué tal estás ahora?
El otro día, Ángela, mi hermana, me abrió los ojos porque sigo teniendo bajones y acudo al psiquiatra, y ella me dijo: "Tamara, date cuenta de que estás pasando un duelo". Y es verdad. Yo estoy bien, y en lo referente a Valeria me ha dado mucha fuerza y mucha paz. La despedida con mi niña fue muy bonita y me dió mucha fuerza.
Al principio, Tamara, tenías incluso la idea de editar el cuento si fuera necesario, pero la editorial Harper decidió hacerlo.
La editorial de verdad fantástica. Allí hay personas increíbles que se desviven. Les pedí ayuda para que me enviaran a alguna imprenta y yo hacerme cargo de todo. Y me dijeron: "Tamara nosotros lo hacemos".
Son personas con mucho corazón y sin saber cómo iba a funcionar, ellos no ganan nada porque es un libro muy barato, hecho con mucho amor, y me ayudaron y estoy eternamente agradecida a Harper, de verdad.
En este caso, los beneficios van directamente destinados a 'Una pizca de magia' y que luego a van a la Fundación Neuroblastoma.
Así es. Valeria padecía neuroblastoma metastásico, un cáncer muy agresivo, que se detecta normalmente en la infancia, hasta los cinco años, y no hay casi supervivencia. Y por eso, nos unimos a la Fundación Neuroblastoma.
¿Tanto la página web como la Fundación Una pizca de magia, siguen adelante?
Todo sigue adelante, con nuevos proyectos, y lo llevo yo personalmente.
¿Se pueden seguir adquiriendo las bolsas diseñadas por Valeria?
Sí, efectivamente. Valeria dejo hecho un cuaderno de dibujos, que, de hecho, lo público muchas veces en redes, para que la gente vea que es real, aunque ya lo saben... Y vamos sacando muchos dibujos para las bolsas, que en una semana conseguimos recaudar hasta 15.000 €.
En otra ocasión, en siete horas conseguimos hasta 21.000 €, que lo hemos donado ahora al hospital vall d'hebron. La gente está muy involucrada, nos hacen donaciones de hasta 50 € y esa, es gente con amor.
Vamos a sacar muchas más cosas. Y tenemos un proyecto muy grande, pero que me requiere un poco más de tiempo, pero este año sale. Es algo que ya tenía preparado con Valeria con diseño de vestidos y todo. Te lo adelanto en exclusiva: es una grandísima gala benéfica y una persona muy, muy importante nos está ayudando con todo. Va a ser muy sonado.
Además de los temas de la fundación también colaboras con Antena3.
Estoy muy contenta porque colaboro en el pograma de Sonsoles Ónega en Antena 3, que me está sentando muy bien. Siento mucha empatía, me ayudan muchísimo. No sólo a nivel emocional, sino que además aprendo. Estoy muy a gusto, muy tranquila y me siento muy protegida.
¿Cómo es de importante para ti tu 'familia virtual', tus seguidores en redes que ya son más de dos millones?
Son muy importantes. Mi fuente de ingresos no son las redes sociales. Sí, trabajo para grandes marcas, a las cuales les estoy muy agradecida, pero yo tengo mi trabajo, mis pequeñas empresas. Pero para mí hacer este contenido, tan absurdo a veces, tan intenso otras, porque mira que soy pesada, jajaja... Me divierte, pero sé que a la vez, estoy haciendo reír a otras personas.
Yo no los tengo como fuente de ingresos. Para mi son importantes, y comparto con ellos lo bueno y lo malo.
También escribiste el libro Cuando el corazón llora. Un libro que puede resultar muy útil a quienes estén pasando por un momento de tristeza en la actualidad.
Sí. Yo no tengo una estrategia de marketing como tal para llevar mis redes. Entonces, cuando tengo que decir algo, lo digo. Y el otro día, precisamente por eso, decían: "Esta tía que depresión puede tener".
Animo a que no lo compren a quienes piensan que lo hago por vender, que se lo pidan a alguien, porque todos y cada uno de nosotros si nos ponemos en manos de un psiquiatra o un psicólogo, salimos con un informe.
Todos pasamos por bajones, por subidas, por bajadas, por momentos familiares tristes, desamores... Lo que pasa, es que cuando hice público lo mío, había pasado bastante tiempo desde que yo lo padecía...
Soy una mujer que odio los temas tabúes, y voy en contra del mundo, en general. O sea que si nadie habla del sexo, yo hablo del sexo, si nadie habla de una depresión, yo voy a hablar de la depresión.
Este libro lo hice para que los que me conocen supieran cómo estoy porque yo no era capaz de hacer nada. Yo no sabía que me pasaba. Luego me he llevado la sorpresa de que muchísima gente estaba igual que yo.
Pero ahora mismo, lo que me apetece es vestirme, maquillarme, salir con mis hijos, pero cuando no tengo ganas y estoy mal no lo público, y sólo sale lo bonito, pero así estamos todos...
La pandemia ha hecho visible la necesidad de acudir al psicólogo como algo habitual y normal.
Hace mucha falta, hay gente que está muy mal y no puede hacer lo que yo hago, pagarse un psiquiatra o un psicólogo, porque yo es lo que digo, yo lo llamo 'mi Chanel'. Yo nunca me compro bolsos... ahora acepto que me los regalen. Yo comprármelo, no, porque me duele en el alma. Si que me compro bolsos, pero de psicólogos y psiquiatras. Pero es que hay otras personas, que no pueden comprárselo ni siquiera de Zara, entonces tendrá que ayudarles.
Tamara, ¿qué les has pedido a los Reyes Magos?
Les pido salir de este bucle feo. Y solo pido ser feliz. Y lo que necesito es encontrarme a mi misma, saber quién soy y poder disfrutar plenamente, con mis comeduras de cabeza, claro, como todo el mundo, y que mi gente tenga salud. ¡Ah! y de paso que me traigan una carcasa del móvil, que la tengo destrozada....