Un pelo cuidado dice mucho de una persona. Su salud y apariencia se ha convertido en una obsesión para muchos que no dudan en lavarse el cabello con una frecuencia innecesaria en algunos casos provocando todo el efecto contrario.
Independientemente del tipo de pelo que se tenga y de la condición del cuero cabelludo (si tienes caspa, acumulas más grasa o por el contrario más sequedad, si tienes tendencia a que se caiga, etc.) a todos nos ha surgido alguna vez la misma duda: ¿con qué frecuencia es recomendable lavarse el pelo para que luzca mejor?
Según el dermatólogo Alex Docampo, a través de su cuenta en Tik Tok, aclara esta histórica duda que termina con los cuidados del cabello más exigentes. "No hay un número de días en los que te tengas que lavar el pelo", asegura el experto.
[No más enredos en el pelo: sigue estos consejos de cuidado capilar y olvida los nudos de tu cabello]
Será el tipo de piel que tengas el que determine el número de veces a la semana en el que debes lavártelo. Pero, según el dermatólogo, "en general, tres, cuatro o cinco veces a la semana es más que recomendable".
Escuchar las necesidades de tu cuerpo, en este caso de tu cuero cabelludo, será lo que dictamine tu rutina de cuidado capilar. Evidentemente, si tienes un pelo más graso o si has realizado un ejercicio de mucha intensidad, los lavados serán más frecuentes que si has estado en casa todo el día sin realizar ningún de actividad.
Cuántas veces debes lavarte el pelo
La higiene del cabello dependerá de la condición del mismo, aunque no a todos resulta tan sencillo como a otros dependiedo de su grosor, longitud o de si sufres alguna enferemedad capilar.
Ante la afirmación de Docampo de que su lavado dependerá de la condición de tu piel, pueden surgir dudas al respecto para mantener el pelo limpio y con un buen aspecto. Pero, sin duda, lo que mejor puede favorecer su salud es no hacer caso a los mitos y mantener un equilibrio.
Además del tipo de pelo hay otros factores como el estilo de vida o el clima de la ciudad en la que se resida que afecta notablemente a nuestro cabello. No es lo mismo la necesidad de lavarse el pelo una persona que genere más sebo en su cuero cabelludo o las que más sudan, que las que tienen mayor sequedad capilar.
El pelo no necesita lavarse
Expertos en dermatología como el doctor Mathew Draelos asegura que es la "pregunta más difícil de responder en dermatología, por detrás de con qué frecuencia debo lavarme la cara" al responder sobre la asiduidad con la que debemos lavarnos el pelo.
Mientras que el pelo como tal no es el que necesita lavarse, puesto que no tiene vida y no produce grasa ni sudor, sino el cuero cabelludo, es a este al que le debemos prestar toda la antención que merece.
Mujer en la ducha lavándose el pelo.
En el equilibrio está la virtud, también en el caso del cabello. Mantener el pelo con la sequedad y el sebo en su justa medida es lo correcto para que este muestre su mejor versión.
Demos lavar el cuerpo cabelludo, que no el pelo, con un champú óptimo para nuestra piel con periodicidad de dos o tres veces por semana. Es este el que produce sebo y sudor, arrastrando estos elementos en el resto del pelo.
Mujer secándose el pelo tras habérselo lavado.
"Si el pelo se llena de suciedad ambiental o de comida, es necesario lavarlo, pero esto no es frecuente en los adultos", aclara el dermatólogo Draelos.
Pelo liso vs. pelo rizado
La grasa de los pelos rizados y los pelos lisos es diferente y, por tanto, requieren una frecuencia diferente a la hora de lavarlos y mantener su mejor apariencia.
La geometría del cabello influye en este aspecto. Los pelos lisos absorben la grasa del cuero cabelludo con mayor rapidez que los rizados. Es por este motivo por los que las personas con el primer tipo de cabello suelen lavarse la cabeza con mayor frecuencia, incluso a diario.
Mujer con el pelo rizado tras la ducha.
Las personas con el pelo rizado, en cambio, toleran mucho mejor la grasa producida en la piel de la cabeza, por eso es muy normal que estas personas no vean tan necesario lavarse su cabello continuamente, manteniendo la belleza de este casi intacta durante días.