Delphine Jelk, nariz de Guerlain: “El perfume es poderoso, puede ayudarte a rebajar la ansiedad”
Empezó trabajando en moda y a sus 45 años ejerce como perfumista en una de las ‘maisons’ más emblemáticas del mundo.
19 junio, 2022 01:09Estamos en un pequeño invernadero, escondido entre las callejuelas del centro de Madrid, en un caluroso día de junio. Hasta aquí se ha desplazado Delphine Jelk, que para la ocasión se ha puesto un vestido verde empolvado a juego con los enormes ramos de flores que la rodean. Delphine nació en Suiza hace 45 años y se trasladó a París para estudiar moda y diseño; más tarde entró en el Instituto de Perfumería de Grasse y después vivió en Nueva York.
Hoy ejerce el que probablemente sea uno de los trabajos más bonitos que podamos imaginar: es perfumista en la maison Guerlain. Su última obra –que ha venido a presentar a España– se llama ‘Neroli Vetiver’. Se trata de un jugo floral afrutado-amaderado que forma parte de ‘Aqua Allegoria’, la exitosa colección de aromas frescos nacida en 1999 cuyo catálogo ahora mismo aglutina 12 variantes y que en otoño sumará más novedades.
Para plasmar la nueva campaña de esta línea, la firma francesa ha contratado a Yann Arthus-Bertrand, que además de fotógrafo y director de documentales, es activista medioambiental y divulgador científico.
[La guía para ser una entendida en perfumes y conocer los secretos de las fragancias de éxito]
Suponemos que la agenda de Delphine es más que complicada, pero al terminar la rueda de prensa, la nariz –así se denomina en la industria a los creadores de fragancias– se sirve una manzanilla en una taza de loza blanca y se sienta a charlar con MagasIN con muchísima calma, como si tuviera todo el tiempo del mundo por delante.
Pregunta: El nuevo lema de Guerlain reza: “El mundo es nuestro jardín”. ¿Qué mensaje queréis trasladar exactamente?
Respuesta: Quiere decir que las materias primas que usamos en nuestras fragancias pueden venir de cualquier parte del mundo. Por ejemplo, utilizamos rosas de Grasse y también de Bulgaria, vainilla de Madagascar, bergamota de Calabria… ¡Por eso el mundo es nuestro jardín!
Reivindicáis el uso de ingredientes naturales, pero sin las moléculas sintéticas no existirían algunas de las grandes joyas de la perfumería. Se me vienen a la cabeza el ‘Nº5’ de Chanel, con aldehídos, o el ‘Mitsouko’ de Guerlain, que lleva lactonas…
Exactamente. Un perfumista necesita tener la paleta más extensa posible. Si yo debo trabajar con el 95 por ciento de ingredientes naturales, como me ha ocurrido con ‘Neroli Vetiver’, mi paleta se vuelve limitada.
Lo que es muy interesante hoy en día es que cada vez tenemos más materias primas que proceden de ingredientes naturales, pero después de haber pasado por una transformación. Es decir, que no utilizamos un aceite esencial extraído directamente de la planta, sino moléculas que vienen de ese aceite. Es lo que llamamos química verde. Cada vez se recurre más a este tipo de materias primas porque todo el mundo está intentando evitar el uso de petroquímicos, por el bien del planeta.
"Me siento muy apegada al patrimonio de Guerlain, y por otro lado me encantan la moda, el arte… Me inspiro en todo lo que vivo"
Esa aclaración es muy interesante. Actualmente vivimos una especie de fiebre por lo natural en relación a los productos de belleza, como si por ser naturales fueran siempre necesariamente mejores.
Los ingredientes naturales son muy alergénicos, así que a veces los compuestos sintéticos resultan más seguros. Lo que pasa es que hay mucho lío entre la comida y el perfume, y por eso siempre se cree que lo natural es mejor... Por otro lado, podemos inspirarnos en la naturaleza, pero debemos tener cuidado con la manera en que usamos las materias primas.
Por ejemplo, ¿te imaginas que sólo cogiéramos las rosas que nos da la naturaleza? ¡Acabaríamos agotándolas! Tenemos que buscar un equilibrio, ser ecológicos pero al mismo tiempo entender bien qué es lo mejor para nuestro futuro.
En ‘Neroli Vetiver’ has utilizado alcohol orgánico. ¿Eso cómo se consigue?
Procede de la remolacha. Ese tipo de alcohol lo utilizamos por primera vez en el perfume ‘Shalimar Millésime Vanilla’. El alcohol supone una parte muy importante de las fragancias, de manera que para nosotros era importante encontrar uno que fuera sostenible. Pero no es fácil; convertirlo cuesta tiempo y dinero, el rendimiento es bajo. Afortunadamente, nosotros hemos podido afrontarlo.
Antes de llegar a Guerlain trabajaste como investigadora de tendencias para la compañía Firmenich. ¿Qué tendencias dirías que despuntan hoy en día en materia de perfumes?
Realmente nunca pienso en ello porque lo que quiero hacer en Guerlain es ser yo una trendsetter. No miro lo que se está haciendo en perfumería puesto que quiero seguir mi corazón y mis instintos. Como creadora y perfumista de la casa, me siento muy apegada al patrimonio de Guerlain, y por otro lado me encantan la moda, el arte… Me inspiro en todo lo que vivo. No estoy pendiente de las tendencias, no me interesa.
Estudiaste en el Instituto de Perfumería de Grasse. Para una amante de los aromas como tú, debió de ser un sueño poder vivir en la ciudad que está considerada como la cuna de la perfumería…
¡Sí! Puedo asegurarte que allí pasé uno de los mejores años de mi vida. Especialmente porque cuando estás en la escuela tienes que ir a los campos y ver cómo se van produciendo las materias primas. Llegué a Grasse en enero y nunca olvidaré el aroma de las mimosas. Alucinante. Y luego, ver en directo el trabajo de los productores…
De verdad que recomiendo a todos los jóvenes que quieran convertirse en perfumistas que intenten estudiar en Grasse, porque es lo mejor que pueden hacer. Además, ahora es patrimonio de la Unesco, hay una gran energía en la ciudad.
"Es verdad que el perfume tiene mucho que ver con la seducción, pero también con sentirte bien"
Hace años, sólo los hombres conseguían convertirse en perfumistas. ¿Crees que esta industria ha tenido un problema de machismo?
Es como lo que ha ocurrido en otras profesiones; fíjate en los chefs: antes todos eran hombres y hoy eso está cambiando. Lleva su tiempo, pero afortunadamente ahora las mujeres pueden cumplir sus sueños y dedicarse a lo que quieran. Cada vez hay más mujeres que se convierten en perfumistas.
Tú has sido una afortunada: no sólo puedes dedicarte a esto, sino que además desarrollas tu oficio en una de las maisons más emblemáticas del mundo. ¿No sientes como si cargaras un peso a tus espaldas?
Sí, es una gran responsabilidad y tengo mucha suerte porque trabajo en una marca alucinante, muy inspiradora para un perfumista. La huella de Guerlain es muy importante para mí porque encaja con mis gustos y mis intereses. Adoro el haba tonka, la vainilla, la rosa… Yo ahora tengo la responsabilidad de ser Delphine y de ser Guerlain al mismo tiempo, y eso es increíble.
¿Dirías que las creaciones de los perfumistas varones son diferentes de los aromas que formulan las mujeres?
No lo sé… Creo que tiene más que ver con tu personalidad que con el hecho de que seas hombre o mujer, pero quizá nosotras traemos a la perfumería una manera más íntima de compartir las emociones. No sé si me explico. Durante muchos años, el perfume era una herramienta para seducir, para convertirte en alguien sensual y sexy.
Sin embargo, para mí el perfume tiene más que ver con el bienestar, con la autoconfianza. Claro que es muy importante que la gente diga: “Oh, qué bien hueles”, pero pienso que tú debes llevar un perfume, antes que nada, para ti. Es verdad que el perfume tiene mucho que ver con la seducción, pero también con sentirte bien.
Yo cuando huelo un aroma que me gusta siento que se abre algo en mi corazón: es comida para mi alma. Una fragancia puede hacerte regresar a tu infancia, es algo tan poderoso… Eso es lo que yo tengo en mente: antes que hacerte seductora, quiero que te sientas bien y protegida.
Me pregunto si un perfumista, igual que un escritor, sufre el síndrome de la página en blanco…
¡Ese es mi momento favorito! Cuando la hoja está en blanco. Para mí lo más difícil es terminar un perfume, pero no encontrar la inspiración, porque tengo miles de ideas. Lo difícil es decir: “Vale, esta es la última prueba. No voy a añadir ni a quitar nada porque es suficientemente potente”. A mí me encanta el principio: tengo la historia en mi cabeza, escribo la fórmula, se la doy al laboratorio y, cuando vuelve a mí, ¡ay!, estoy como una niña pequeña, tan emocionada, esperando a ver cómo huele…
"Tu perfume tiene que encajar contigo"
¿Los departamentos de marketing, cada vez más poderosos, están matando la creatividad?
Por lo que a mí respecta, no, porque soy muy libre para crear. Yo doy la idea. Necesito al departamento de marketing porque nos hacen falta una buena modelo, una buena comunicación…
Pero eso no es lo habitual… Me refiero a la posibilidad de crear con total libertad.
Sí, lo sé, porque antes trabajé en Drom (actualmente, Givaudan) y solía tener que responder a informes. Me gusta esta otra manera de trabajar, al fin y al cabo, vengo del mundo de la moda y veo mi trabajo exactamente igual que el de un diseñador. Creo fragancias de la misma manera que un couturier crea vestidos, con total libertad.
Pero cuando consigues un éxito como ‘La Petit Robe Noir’ [obra de Delphine junto a Thierry Wasser] o alguno de los perfumes de ‘Aqua Allegoria’, lo que tienes que comunicar es todo un universo. No olvidemos que el perfume es un producto. Estoy contenta de participar también en esta otra parte porque aquí mi visión es importante.
Una vez le escuché a Frédéric Malle (fundador de Editions de Parfums, que ahora forma parte del portfolio de la compañía Estée Lauder) una frase que me pareció muy elocuente. Dijo que “llevar un perfume equivocado es como ponerse el vestido del revés”.
Sí, tiene razón. Tu perfume tiene que encajar contigo. Cuando te pruebas un vestido, si no te sientes cómoda con él significa que no es para ti. Pues con los perfumes, igual.
¿Qué perfume famoso te gustaría haber creado?
(Se queda pensativa). Es una buena pregunta… Pero hay tantos perfumes que admiro… Necesitaría tiempo para poder darte una respuesta.
¿Crees que un perfume puede funcionar como una especie de antidepresivo?
Estoy segura de ello. Ahora sabemos que algunos ingredientes tienen ciertos beneficios en ese sentido. La mandarina, por ejemplo, es muy buena para el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Yo creo mucho en esto. El perfume es tan poderoso que un olor puede ayudarte a que te sientas mejor.
¿Y al contrario? ¿Hay algún olor que tú personalmente no soportes?
(Piensa unos segundos). La verdad es que no. Soy bastante tolerante. Todos los olores forman parte de la vida. Por ejemplo, pensamos que el olor del sudor es horrible, pero si ese sudor procede de la persona a la que amas puede ser maravilloso. O ese olor a leche que deja tu bebé en tu cuello cuando lo coges en brazos.
Aunque debo confesar que hay un olor que no es que no me guste –y, de hecho, lo he utilizado en algunos perfumes–, pero me da miedo: el del incienso. Cuando entro en una iglesia y huelo el incienso me siento incómoda; quizá tiene que ver con que lo identifico con el olor de la muerte.
¿A qué huele tu casa?
A tartas, porque tengo cuatro hijos y me gusta que tomen postres caseros. A ellos les encanta el yogur. Mi casa también huele a vela de higo. Y ahora mismo, a azahar, porque estoy probando algo… (pone cara misteriosa).
¿Una nueva creación? ¿Puedo preguntarte de qué se trata?
Todo lo que puedo contarte es que estoy trabajando en un aroma para el hogar (se ríe).