Viajar es uno de los mayores placeres que existen. Visitar lugares únicos en el mundo y conocer su historia in situ produce una sensación única, adictiva para muchos. Sin embargo, en ocasiones nos obcecamos en salir fuera de nuestras fronteras sin conocer las maravillas que también existen en España.
Uno de los monumentos más visitados del mundo es la Gran Muralla China, la antigua fortificación que protegía al Imperio chino de los continuos ataques nómadas de la zona. En cambio, pocos saben que nuestro país ofrece un levantamiento natural muy similar al del país nipón, que deja a cualquiera sin palabras.
La sierra de Montsec esconde una impresionante formación geológica a menudo llamada la "muralla china española". Las murallas de Finestres, en Huesca, conforman una alineación rocosa, alineadas casi a la perfección, ofreciendo una experiencia única a los amantes de la naturaleza, la historia y la geología.
Te parecerá increíble adentrarte en una de las sierras con más encanto de Aragón y descubrir esta espectacular pared de roca en la que nada ha tenido que ver el ser humano. Una cadena montañosa que abarca también la provincia de Lérida.
Muy próximo al pueblecito oscense de Finestres, esta muralla regala unas vistas impresionantes gracias a su abrupto paisaje y sus vertiginosos barrancos inundados por la belleza del embalse de Canelles, uno de los más grandes de España.
La muralla de Finestres
Han tenido que transcurrir miles de millones de años para poder apreciar esta obra de la naturaleza. A pesar de su aspecto amurallado, las murallas de Finestres son en realidad crestas rocosas formadas por materiales calcáreos y dolomíticos que, debido a los movimientos tectónicos, se levantan en vertical.
La erosión producida a lo largo de los años han recreado un paisaje único, dando aspecto de muralla a estas rocas conocidas como la "Muralla China de España".
La geología única que representa esta formación de roca es el claro ejemplo de la fuerza de la naturaleza con el paso de los años.
Las crestas se levantan en dos filas paralelas de roca caliza, aportando un aspecto de cuchillo afilado que emana del suelo.
Un pueblo abandonado
El halo de misterio y soledad de la zona proporcionan un entorno perfecto para desconectar en los alrededores de las murallas. Además, el pequeño pueblecito de Finestres, hoy prácticamente abandonado, suma aún más valor a esas características.
Sus habitantes, dedicados prácticamente en su totalidad a la agricultura y la producción de aceite de oliva, decidieron abandonar Finestres en 1960 debido a la construcción del embalse de Canelles.
Aunque en ruinas, el pueblo ofrece algunas edificaciones aún en pie que resultan de gran atracción para aquellos que visitan las murallas de Finestres.
La iglesia románica de San Marcos; el castillo medieval, desde donde podrás obtener una panorámica única del embalse de Canelles y sus alrededores; y como no, las casas abandonadas de Finestres.
Cómo llegar a las murallas de Finestres
Muy próximo al Congost de Montrebei, podrás llegar a las murallas de Finestres de múltiples maneras.
Si decides ir en coche, deberás dirigirte a los pueblos más próximos, Viacamp o Estopiñán del Castillo, desde donde tendrás que ir por rutas rurales que te llevarán a Finestres.
En tren no existe manera de llegar hasta Finestres. La única manera es tomar la ruta que te lleve hasta Lérida y desde aquí alquilar un coche para realizar la ruta antes mencionada.
Aunque si prefieres acercarte un poco más en transporte público, puedes coger un autobús hasta alguno de los pueblos más próximos, como Benabarre.
La opción más tentadora, especialmente para los amantes del senderismo, es trazar una ruta hasta las murallas. Una de las más conocidas es el Camino Natural de Montfalcó al Congost de Mont-Rebei.
De dificultad moderada, este camino es uno de los que mejor te hará presenciar la magnitud de las murallas de Finestres y el embalse de Canelles.