Simone Biles, Naomi Osaka, Te Kura Ngata-Aerengamate... Son varias las deportistas de élite que han dejado sus carreras profesionales al no poder soportar la presión. La última, Ashleigh Barty.
La tenista australiana Ashleigh Barty, número uno del ranking de la WTA, anunció el pasado miércoles su retirada del deporte a los 25 años. Asegura que no tiene más que dar. Quien ha sido la número uno del tenis mundial más de dos años asegura que hace tiempo que la idea rondaba su cabeza.
De hecho, a los 18 años amagó con retirarse. Barty ganó el Wimbledon con 15, pero las expectativas hicieron que dejase de jugar más de un año.
“He vivido momentos increíbles en mi carrera. He crecido y evolucionado como persona. Como atleta trabajas mucho y muy duro para conseguir un objetivo, me he rodeado de gente maravillosa. Como lo hice para conseguir ganar en Wimbledon, que siempre fue mi único y gran sueño en el tenis, pero aquello cambió mi perspectiva. Había una parte de mí que no acababa de estar satisfecha, que no se sentía llena”.
No es la primera deportista que abandona su carrera sufriendo el síndrome del burnout.
Síndrome del burnout
La psicóloga deportiva Lorena Cos explica que el síndrome del burnout se refiere al agotamiento físico, emocional y mental como respuesta al estrés crónico. Este limita el día a día de la persona, que manifiesta sentimientos negativos hacia su propia profesión y las personas que la rodean, perdiendo entre otros, su compromiso y la motivación para seguir trabajando con la misma exigencia en sus objetivos.
“En el deporte, los premios no lo son todo, tampoco se les prepara para el éxito y seso según cuando llega y cómo viene, te atropella”.
La psicóloga deportiva Teresa Álvarez explica, atendiendo a Maslach, que el burnout se puede identificar, en primer lugar, por una pérdida de energía, "te encuentras muy agotado, tanto físico como mentalmente, te encuentras al límite, esto ocurre porque se siente estar al límite". Sigue por la despersonalización, actitudes y sentimientos negativos hacia los demás.
"Por último, la baja realización personal, que se entiende como sentimientos de incapacidad, baja autoestima, baja efectividad en el trabajo, ideas de fracaso, autoevaluación negativa".
Ahora bien, la psicóloga Cos +aclara que no todas las personas que tienen dificultades para gestionar la presión acaban con el síndrome de burnout. “El problema viene cuando se prolonga en el tiempo y se cronifica, asumiendo demandas más altas de las que la deportista puede soportar.”
Afectadas por la presión
La olímpica de gimnasia rítmica, Simone Biles (Estados Unidos), abandonó la final por equipos en los Juegos de Tokio por no sentirse en condiciones mentales de afrontarla. “Cuando salgo ahí sola tengo que confrontar los demonios de mi cabeza”, manifestó.
Se rompió. Y, en lugar de forzar, decidió priorizar su salud mental. “Obviamente son los Juegos, algo enorme, pero al final del día lo que queremos es salir de aquí por nuestro propio pie, no en camilla”.
Otro caso sonado es el de la tenista Naomi Osaka (Japón), quien anunció que la presión de estar en la élite podía con ella. Comenzó alejándose de la prensa primero y siguió con las pistas. Renunció a Wimbledon, aunque no a los juegos de su país. Surgieron entonces muchas voces críticas que no entendían que alguien como ella se pudiera sentir así.
“Nunca hubiera pensado que enfermaría mentalmente por un deporte que amaba tanto. El ‘debo hablar’ o ‘debo quedarme callada’ pasa por mi mente mil veces”. Así comenzó el pasado mes de diciembre el testimonio de la jugadora de rugby neozelandesa Te Kura Ngata-Aerengamate.
Españolas bajo presión
Paula Badosa, número 8 del ranking mundial de tenis, también dio visibilidad al gran peso de la salud mental en el deporte de élite al hablar de la depresión que había sufrido.
“Para mí en aquel momento las expectativas eran muchas más que el nivel en el que estaba en ese momento. La presión me pudo, la ansiedad me superaba”, explicó en una entrevista para la cadena SER.
Otro caso que ha salido a la luz es el de Olatz Rodríguez, gimnasta española que se retiró en 2020 de la competición, con solo 17 años, por padecer una enfermedad a la que muchos se enfrentan: anorexia.
Prevenir el burnout
A la hora de prevenir los trastornos que puede provocar la presión, la psicóloga Cos destaca la importancia de mantener una rutina saludable en alimentación, descanso, ejercicio, relajación… También sacar tiempo para uno mismo. “A veces las profesiones nos absorben hasta el punto de olvidarse que hay una persona que también necesita relacionarse, quererse, mimarse y atenderse”.
El papel del psicólogo deportivo en la prevención es clave ya que la mente soporta lo que le enseñas, pero todo tiene un límite.
La psicóloga Álvarez considera que es necesario llevar un seguimiento psicológico y entrenamiento mental de los deportistas, racionalizando su trabajo, con programas que mantengan su motivación. "También hay que tener en cuenta que no todos los deportistas, ni las personas, tienen las mismas respuestas a situaciones de estrés".
“En ocasiones hay que poner distancia para volver a coger aire y poder trabajarlo. En algunos casos con retorno y en otros con punto y final”, sentencia Cos.