Dentro del largo camino que tenemos todos (empresas y usuarios) a la hora de descarbonizar y reducir las emisiones contaminantes… existen varias alternativas. Está el vehículo eléctrico, que es una opción muy interesante, para todos aquellos usuarios que puedan, por precio, acceder a él y lo recarguen con energía renovable (en España somos líderes). En este sentido, no se expulsan emisiones locales…
Pero también hay otras soluciones para los que ya tienen un coche de combustión y por el momento no se plantean dar el salto al eléctrico. Hablamos de los combustibles renovables, tanto en diésel como en gasolina. Se trata de combustibles que se fabrican con desechos como el aceite de cocina usado (aceites vegetales usados) y también de residuos agrícolas y forestales que no se destinan a la alimentación: restos de poda, cáscaras de frutos secos…
Por tanto, estamos hablando de combustibles que no necesitan el petróleo para ser producidos, que se fabrican con residuos y que se pueden transformar en un producto similar al diésel (también se está produciendo recientemente la gasolina).
Además, no solo se producen de fuentes renovables; sino que además están contribuyendo a la reducción de CO2, ya que las plantas utilizadas en el desecho ya capturan un CO2 (gracias a la fotosíntesis), similar al que pueden expulsar los escapes de los coches. De ahí que el resultado en CO2 busque ser neutro y las emisiones de los NOX de los coches más modernos son muy reducidas.
Por este motivo, desde Repsol nos han propuesto conocer un poco más allá cómo funcionan los combustibles renovables, y más en concreto, el diésel renovable. Esta compañía quiere que vivamos la experiencia de conducir un vehículo alimentado por estos biocombustibles avanzados por los alrededores de Madrid…
Cómo se fabrica el diésel renovable
Eso sí, antes de ir a repostar el coche preguntamos a Repsol cómo se fabrica el diésel renovable, si lo pueden utilizar todos los coches, en qué estaciones podemos repostar…
Y en este sentido quién nos contesta es Javier Aríztegui, director de Transición Energética y Movilidad en Repsol Technology Lab. Este experto señala que estos biocombustibles ya se están produciendo en Cartagena (Murcia) y que en 2025 comenzará a funcionar otra planta en Puertollano (Ciudad Real).
En estas plantas lo que producen son unas moléculas que químicamente son idénticas a las moléculas que tienen los derivados del petróleo, solo que se han conseguido de un origen renovable, nos dice Aríztegui.
Además, según este experto, estos biocombustibles son compatibles con todos los motores de los vehículos (coches, motos, autobuses, camiones) ya que el motor de combustión no sabe si la molécula que quema es de origen renovable o si es un derivado del petróleo.
En cuanto a la producción, se puede afirmar que Repsol ya está produciendo a gran escala estos combustibles renovables en Cartagena. En concreto, esta planta, que ha supuesto una inversión de 250 millones de euros, tiene capacidad para 250.000 toneladas de combustibles renovables al año permitiendo así evitar 900.000 toneladas anuales de CO2. Esta producción supone el 5% de la producción total del diésel.
En cuanto a los lugares donde se puede repostar el diésel renovable, actualmente Repsol ya cuenta con más de 300 estaciones de servicio en la península ibérica. El objetivo de la compañía es llegar a 600 a finales de este año y a 1.500 en 2025.
Cómo se recoge el aceite de cocina usado
Es otra de las preguntas que hacemos a Repsol, la forma en la que recogen el aceite de cocina usado. Y para ello desde la compañía nos dicen que ya cuentan con 450 estaciones de servicio en Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha donde recogen el aceite usado y se encargan de su procesamiento.
Para ello hay que llevar el aceite usado en botellas de plástico transparente de hasta cinco litros (se puede recoger un máximo diario de cinco litros y de hasta 15 litros mensuales). De esta manera, por cada litro de aceite usado que se entregue, se consiguen 30 céntimos de saldo en Waylet.
Conducimos el coche con aceite
Llega el momento de la verdad. De conducir el coche solo utilizando el aceite usado. Así que para ello acudimos a Campus Repsol, la sede corporativa situada en el barrio de Méndez Álvaro.
Es allí donde recogemos un Opel Grandland con el motor diésel 1.5 de 130 CV para comenzar la experiencia. Y lo primero que hacemos es ir a repostar a una estación cercana. Para ello nos dirigimos a la estación de servicio de la carretera de Villaverde a Vallecas, a unos pocos kilómetros de Méndez Álvaro, en Madrid.
Una vez allí nos situamos junto al surtidor, que exactamente igual que el del resto de combustibles. Y lo mismo ocurre con el repostaje, que también se tarda lo mismo. Nos sorprende, eso sí, las siglas XTL de una pegatina que está en el surtidor y en la boca de llenado del coche.
Estas siglas, tal y como señala el Ministerio de Industria "hacen referencia al tipo de combustible diésel parafínico fabricado a partir de material fósil o renovable que permite obtener por síntesis o hidrotratamiento, un combustible muy similar en composición al combustible diésel fósil tradicional".
Precio del diésel renovable
Terminamos de repostar. En concreto, hemos echado 17,46 litros con un precio de 1,72 euros el litro, es decir, 30 euros el total. Una vez que hemos repostado en menos de cinco minutos, es el momento de emprender el viaje.
En total vamos a recorrer unos 100 kilómetros que es una cifra razonable para apreciar si notamos alguna diferencia en la conducción. Además, haremos el viaje en autopista en la autopista A3 y en un día caluroso.
Y lo cierto es que tenemos que reconocer que nos ha sorprendido el resultado. Entre otras razones porque en ningún momento hemos apreciado diferencias con un coche alimentado por combustible derivado del petróleo. El coche aceleraba con decisión y el cambio automático mantenía la suavidad en las transiciones propias de esta caja por convertidor de par.
En cuanto al consumo, en nuestro recorrido ha realizado un gasto de 5,9 litros, una cifra similar al consumo oficial de 5,4 litros según la normativa WLTP. Además, estamos convencidos de que en una prueba de mayor duración podríamos haber afinado un poco más el consumo. En total, por tanto, un consumo de 9,2 euros cada 100 kilómetros; una cifra más que razonable para un coche de combustión.
Es el momento de volver de nuevo al edificio de Campus de Repsol para devolver el coche. Por el camino vamos pensando lo sencillo que ha sido contribuir al medioambiente. Tan solo ha supuesto elegir un surtidor en lugar de otro.
Es cierto que el diésel renovable tiene un precio unos céntimos de euro superior (unos 8 céntimos el litro en el momento de escribir el reportaje). Pero apenas son unos euros (entre 3 y 4 euros) la diferencia de llenar por completo el depósito. Y cambio, con este simple gesto con el que hemos ahorrado al planeta muchas emisiones contaminantes. ¡A nosotros, nos ha convencido!