EL ESPAÑOL de Málaga continúa en su búsqueda de elegir cuáles son los mejores bares y restaurantes de la provincia según distintos protagonistas de la ciudad. En este caso, nos acercamos hasta la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, otro de los ejes principales sobre los que se estructura este municipio de la Costa del Sol.
El presidente de la entidad, José Carlos Garín (pediatra jubilado y ahora máximo responsable de la institución que aglutina a las hermandades de la capital), presenta aquí su selección de lugares imprescindibles que no pueden faltar para disfrutar de una jornada gastronómica.
Desayunar
La primera en la frente. Garín subraya que el sitio predilecto para comenzar el día es su casa: "No suelo ir a la calle porque me levanto muy temprano y me entra hambre pronto", confiensa. Sus únicas aportaciones en este punto se limitan a "algún café" sobre las nueve la mañana, pero no hay una dinámica desayunil en su propuesta gastronómica. Entenderá el lector que no adjuntemos ubicación.
Aperitivo
Aunque asegura que evita los aperitivos para "mantener la forma", Garín es un enamorado de las barras de los bares, algo que "hemos perdido". Ese carácter autóctono, cercano (y tan propio de la tierra) conforma un ecosistema extraordinario para disfrutar de algo antes de enfrentarse al primer toro de la tarde.
Su gran marca para este punto es El Mariano, ubicado en la plaza Uncibay ("muy cerca de mi consulta", añade). Mesón de los de "toda la vida", con platos contundentes y recetas tradicionales. No fallan las alcachofas confitadas con jamón ibérico, el bacalao en tomate y el rabo de toro.
Comer
La lista de preferidos crece cuando toca elegir un sitio en el que comer. El primer nombre que sale a la palestra es Araboka: "Allí no pido nada; simplemente llego y Antonio Fernández nos recibe con una copa de cava y algunos vinos de su elección".
Una vez elegido el maridaje, toca adentrarse en el campo del papeo. "La última vez que estuvimos nos trajo una propuesta marítima, con esturión y un potaje del día. Me gusta esa idea de que él llegue y te pregunte qué tal estamos de hambre. No hace falta carta", subraya.
Pero suma a este punto Receso Taberna Urbana (basado en la cocina urbana "con un toque"), La Reserva (clásico infalible donde los haya) y Santovino ("un viaje de sabores únicos que reflejan la riqueza de la cocina mediterránea").
Tomar una copa
El sitio de la copa ha de ser en el mismo lugar en el que se ha celebrado la comida. La idea de "romper" con el ritmo establecido no le convence, pero sí que es un gran defensor de las sobremesas largas. ¿Qué pedir entonces? Lo mismo que en el arranque: cava.
Cena
Llega el turno de la cena y el código mantenido hasta ahora cambia. Nos desplazamos hacia lugares "más abiertos", próximos al mar. El Muelle 1 o el litoral Este, especialmente en la zona de El Palo, conserva nombres ilustres como El Cabra, Los Espigones, Las Palmeras o Miguelito el Cariñoso. Un buen "pescaíto frito" es el mejor colofón a esta jornada.