En el mundo vertiginoso de la tecnología, pocas historias son tan fascinantes como la de Nvidia y su visionario líder, Jensen Huang. Siempre digo que la diferencia entre un visionario y un loco es el éxito.
Esta semana, Nvidia, el gigante de los semiconductores sorprendió a todos con un crecimiento de ingresos interanual del 262% en el primer trimestre, impulsado por un espectacular aumento del 427% en su negocio de centros de datos. Este crecimiento es el resultado de décadas de esfuerzo, innovación y una visión estratégica que ha redefinido la industria tecnológica. Se ha convertido en la tercera mayor compañía del mundo después de Apple y Microsoft y por delante de Alphabet (Google).
He de decir que este artículo lo he escrito al alimón con Chat GPT4 y Gemini con asistencia de Copilot para Office 365. Pura IA. Esta mañana completé el trabajo de revisión de una solicitud de patente, que antes teníamos el récord de hacerlo con la búsqueda del estado de la técnica en una semana gracias a la IA. Para que la IA sea potente se necesitan muchísimos chips. Tanto es así que Sam Altman, el líder de Open AI, buscaba en febrero 7 trillones de dólares para reinventar completamente los semiconductores para IA. Se necesitan trillones de chips y gigavatios de energía. De hecho AWS alimentará con energía nuclear un data center que consumirá hasta 960MW.
Jensen Huang, cofundador y CEO de Nvidia, es un nombre que resuena con fuerza en el sector tecnológico. Desde sus humildes comienzos, Huang ha guiado a Nvidia a través de un camino lleno de desafíos y obstáculos. Nacido en Taiwán y emigrado a los Estados Unidos a una edad temprana, Huang enfrentó innumerables dificultades para establecer su compañía. Desde su fundación en 1993, Nvidia ha pasado por varias etapas de evolución, inicialmente enfocándose en tarjetas gráficas para videojuegos, pero luego diversificando su enfoque hacia la inteligencia artificial, la computación en la nube y los automóviles autónomos.
Nvidia se ha relacionado con Tesla porque tenía una línea de GPUs llamadas como el famoso disruptor del electromagnetismo. En 2020 las rebautizó para evitar confusiones con la empresa de Elon Musk. Las GPUs de Nvidia fueron esenciales para el desarrollo de los avanzados sistemas de conducción autónoma pero no de Tesla que usa en su APU (Accelerated Processing Unit) AMD RDNA2 en el modelo 3 y el modelo Y. Antes usaban la Intel ATOM.
La semana pasada pase por la puerta de NVIDIA en Shanghai. El edificio es imponente. ¿Saben ustedes qué vehículos monta los chips de NVIDIA? Pues ni más ni menos que los líderes mundiales por volumen y coste, BYD, GAC, NIO o XPeng. Tesla tiene un supercomputador para IA en propiedad con 720 nodos que incorporan un total de 5760 GPUs capaces de realizar 1.8 exaflops (añadan 18 ceros, es decir un trillón de operaciones en punto flotante) aunque actualmente enfrenta una disminución en su valoración bursátil. La IA y la incorporación de GPU’s fue un catalizador clave para liderar y superar a los competidores europeos. Los chinos, sin embargo, se fueron a Nvidia. Si Biden ponen un arancel del 100% a los vehículos eléctricos chinos, también penaliza a Nvidia. ¿Un tiro en el pie?
Me dicen mis colegas que el trabajo de CEO es un oficio de alto riesgo, que más de un trimestre de malos resultados te cuesta el puesto. Estos desafíos que necesitan 30 años requieren un liderazgo constante. Innovación azul, la buena del profesor Ferràs, recuerden.
La importancia de los semiconductores en el contexto actual no puede ser subestimada. Estos componentes son el corazón de la innovación tecnológica y la base sobre la cual se construye el futuro. Desde los smartphones hasta los automóviles autónomos, pasando por los sistemas de inteligencia artificial, los semiconductores son esenciales para el funcionamiento de nuestra sociedad moderna. En España con 12.250 millones de dotación, el nivel de la ejecución del Perte Chip es inferior al 1% según AFI. El del vehículo eléctrico con 4.120M lleva un 76% de ejecución, pero un vehículo eléctrico es un móvil con ruedas y los chips no avanzan.
En "Power América" destacamos cómo la cultura innovadora americana ha sido un motor crucial para este desarrollo. La capacidad de atraer talento de todo el mundo, la disposición para asumir riesgos y la fuerte inversión en investigación y desarrollo son factores que han permitido a Estados Unidos liderar en este campo.
En "California Dreamin'", recordamos cómo Silicon Valley se ha convertido en el epicentro de la innovación global, gracias a un ecosistema único que fomenta la creatividad y el emprendimiento. Empresas como Nvidia nacieron y florecieron en este entorno, donde la colaboración y la competencia van de la mano. "We the People" y "God Bless America" refuerzan la idea de que la diversidad y la inclusión son elementos clave de la cultura estadounidense, permitiendo que individuos de diferentes orígenes contribuyan al avance tecnológico y económico del país.
En este contexto, la política estadounidense ha jugado un papel crucial. El gobierno de Estados Unidos ha mostrado un apoyo decidido a su industria de semiconductores y vehículos eléctricos. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) ha sido un instrumento vital, proporcionando incentivos fiscales y subsidios para fomentar la innovación y la manufactura local. La reciente subida de aranceles del 100% anunciada por la administración Biden es una clara señal de la estrategia proteccionista que busca reforzar las capacidades industriales y tecnológicas del país.
Sin embargo, el panorama geoestratégico no estaría completo sin mencionar a TSMC y su fundador, Morris Chang. TSMC, el mayor fabricante de semiconductores del mundo, ha sido un pilar fundamental en la cadena de suministro global. La competencia y colaboración entre Nvidia y TSMC han sido vitales para la evolución del sector. La apuesta por la innovación ha sido constante, y esto se refleja en la capacidad de estas empresas para adaptarse y liderar en un mercado altamente competitivo.
El conflicto entre Estados Unidos y China añade una capa adicional de complejidad a este panorama. En mi artículo "El mundo no se hundirá" discutía cómo la rivalidad entre estas dos potencias ha escalado, afectando las cadenas de suministro y generando incertidumbre en el mercado global.
Esta semana China lanza un mensaje duro con maniobras navales y aéreas en torno a Taiwán. El proteccionismo creciente, como compartimos en "Anatema" y "Tan lejos de Asia", es una respuesta a esta competencia, pero también plantea riesgos para la cooperación internacional y la estabilidad económica. La subida de aranceles impuesta por Estados Unidos puede tener un impacto significativo en la economía europea, que debe reforzar su inversión en tecnología y capacidades industriales.
En 2011, NVidia encargó al IMEC un programa de investigación de 3 años para la mejora de la tecnología CMOS que hoy utilizan con tanto éxito sus chips. Málaga, con su apuesta por atraer al IMEC, demuestra una visión estratégica hacia el futuro. El IMEC, un centro líder en investigación de microelectrónica podría convertirse en un motor de innovación y desarrollo tecnológico en la región.
La geoestrategia del vehículo eléctrico también juega un papel importante. La competencia global por liderar en este sector es feroz, y la capacidad de producir semiconductores avanzados es esencial. Europa necesita una estrategia clara para no quedarse atrás en esta carrera tecnológica. La colaboración y el fortalecimiento de sus capacidades industriales son imperativos para mantenerse competitiva.
La historia de Nvidia y Jensen Huang es un testimonio de perseverancia, innovación y visión estratégica. No todo ha sido un camino de rosas; los desafíos han sido numerosos y las dificultades inmensas. Sin embargo, la capacidad de adaptarse y liderar en un mercado en constante evolución es lo que distingue a los verdaderos pioneros. En un mundo donde la tecnología y la geoestrategia están intrínsecamente ligadas, el éxito de Nvidia es un ejemplo inspirador de lo que se puede lograr con determinación y una visión clara del futuro.
En “La hora de los valientes", reflexionaba sobre la necesidad de tomar decisiones audaces en tiempos de incertidumbre. Nvidia, bajo el liderazgo de Jensen Huang, ha ejemplificado esta valentía, tomando riesgos calculados y apostando por tecnologías emergentes. Esta capacidad para innovar y adaptarse ha sido crucial para su éxito. Huang, con su enfoque incansable en la investigación y el desarrollo, ha sabido anticipar las tendencias del mercado y posicionar a Nvidia como un líder indiscutible en la industria de semiconductores.
El creciente proteccionismo plantea retos significativos. Las políticas proteccionistas pueden limitar el acceso a mercados globales y obstaculizar la cooperación internacional. Sin embargo, también pueden incentivar la producción local y fortalecer las capacidades internas. En este sentido, Estados Unidos ha implementado medidas estratégicas para proteger y promover su industria tecnológica. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y los recientes aranceles son ejemplos de cómo la política puede influir en el desarrollo industrial.
En Europa, la situación es compleja. La necesidad de una estrategia clara para enfrentar estos desafíos es más urgente que nunca. Málaga, con su iniciativa de atraer al IMEC, está dando pasos en la dirección correcta, posicionándose como un hub de tecnología avanzada que puede competir en el escenario internacional. La colaboración y el fortalecimiento de las capacidades industriales son imperativos para mantenerse competitiva.
La historia de Nvidia, impulsada por la visión de Jensen Huang, es un claro ejemplo de cómo la innovación y la perseverancia pueden transformar una empresa y, en última instancia, una industria entera. En un mundo donde la tecnología es el campo de batalla de la competitividad global, las lecciones aprendidas de esta odisea son más relevantes que nunca. Un alto riesgo, sí, con una alta rentabilidad. Siempre van juntos. ¿Quieren ustedes CEO’s que caigan a la primera de cambio? No esperen entonces una gran rentabilidad.