-¿Quiere que le vaya cobrando? Más o menos serán 11 euros.
-No. No hace falta. Cuando lleguemos le pago lo que marque el taxímetro. A las 5:30 de la mañana no tardaremos más de 10 minutos en llegar a Sants.
-¿Qué va a usted, a Madrid?
-No. A Zaragoza.
-Buena gente, los maños. Trabajé allí un tiempo en OHL. Nos quedábamos en Utebo. Nos trataban de maravilla. Hasta el panadero nos abría más temprano para tenernos el pan para el almuerzo. Buena gente. Y duros trabajando. Hicimos las vías del AVE, los puentes, todo hasta Lleida.
-¿Y te cambiaste a taxista?
-La crisis del 2008. Nos echaron a todos. Con lo que te daban yo veía que el dinero se acababa, con familia. Me puse a sacarme el carné, gasté todo lo que tenía en la licencia y me endeudé mucho. Todos los colegas me decían que estaba loco, que guardara el dinero, pero el dinero se gasta. Trabajé muchas horas tres años para pagar deuda, pero ahora empiezo a las 5 de la mañana y a las 3, plego (sic). Si no, te cargas la familia. Hemos llegado. Son 11,05 euros.
Tras 10 días en 4 países de Asia, llegar el lunes a las 7, trabajar de corrido hasta la noche y salir a las 5 para Málaga y ahora a la vuelta otra vez a las 5 a Zaragoza. El taxista me estaba dando una masterclass.
Yo animé mucho a que las excelentes empresas españolas, en el campo de la tecnología, se conocieran y colaboraran. Pensaba que tenemos ese complejo de pensar que las cosas tecnológicamente complejas e innovadoras son extranjeras y que el que hay al lado tuya en el polígono industrial o en el parque tecnológico, apenas ni lo conoces ni se te ocurre que pueda tener sensores, software, componentes, maquinaria, robots, sistemas de comunicaciones, MES, soluciones logísticas, o de intralogística, o experiencia en despliegue de sistemas basados en IA. Todo eso suena a producto de importación. Pablo Oliete lo puso en marcha, en pleno Covid, cuando unos cuantos, colaborando, hicimos desde Ametic, una proeza.
Los directivos de las empresas tecnológicas tenemos que hacer mucho technology scouting. Buscar las mejores soluciones para nuestras empresas en búsqueda de la innovación, la productividad y la competitividad. Impulsar plataformas que lo faciliten, y encuentros en los que en un día y medio puedas ver y hablar con otros que han resuelto tus mismos problemas antes y mejor que tú te ahorra mucho tiempo. Eso es #collaborate de Atlas Tecnológico.
La gente en las empresas siempre está demasiado ocupada como para aprender. Me recuerda a la viñeta famosa de los trogloditas empujando un carro con ruedas cuadradas e ignorando al colega que les ofrece insistentemente una rueda.
Fue aquí donde encontramos My Energy Map. Su solución es más competitiva y mejor que la de las grandes multinacionales de las tecnologías del control y gestión del consumo energético. Fue aquí donde conocí por primera vez a Factorial, donde aprendí de Emili Anglés, la delantera que nos llevan en gestión y planta en Kellogg.
Aquí pudimos visitar Mayoral, Trops, Renault, Ford, Fersa, Michelin y un largo etcétera de plantas productivas excelentes. Fue aquí donde conocí TST del grupo Celestia y su amplísima experiencia en microprocesadores y IoT. Aquí conocimos a Prodigioso Volcán y sus soluciones en IA para el marketing y la comunicación, aquí nos encontramos con los emprendedores de PinOut que desarrollan aplicaciones en Zoho y nos permitieron tener un sistema avanzado y económico de Data Analytics.
Los encuentros, siempre cortos, intensos, y en la España que no es Madrid y Barcelona, en Valladolid, en Valencia, en Zaragoza, en Málaga y en octubre ya nos ha mandado un video de invitación la alcaldesa de Santander.
Escuchaba al taxista y pensaba en darme la vuelta. Pero ¿cómo faltar? En un momento en el que todos somos conscientes de que las múltiples IA’s, no solo las generativas, y no solo Chat GPT con su primo Copilot, sino también las basadas en redes neuronales para el Machine Learning en la industria, están transformando ya nuestras plantas, que empiezan a tener redes estructuradas de fibra óptica, switches de altas prestaciones por línea, tomas de PoE Gigabit Ethernet a múltiples puntos de las máquinas (robots, sensores, autómatas, GPU's, instrumentos de medida…)
Allí estaban también los cracks malagueños de Tupl, una start up que se ha pasado trabajando codo con codo con nuestra ingeniería semanas en Marruecos y Vietnam para tener modelos de IA aplicada a la visión en planta con 97% de eficiencia. ¿Cómo iba a faltar?
El ITA, Instituto de Tecnología de Aragón, nos acogía en unas instalaciones que podrían estar en Copenhague. Fantásticas. En pleno campus con las escuelas de ingeniería de la Universidad de Zaragoza, una institución con 500 años, para lo bueno y para los no tan bueno.
Les recordé que los edificios están bien pero que a nuestros políticos se les da mejor el ladrillo y la infraestructura que la inversión en talento e infraestructuras lógicas. A menudo, hacemos edificios que luego nos cuesta llenar de personas con talento por miedo a los costes salariales.
La dirección del ITA la desempeña una ingeniera que nunca pierde la paciencia, con tesón, como buena mañana, perseverante donde las haya. Me llevaba invitando a ir al ITA 3 años. Esther Borao nunca pierde la sonrisa. Tiene la mejor ambición en tecnología e innovación para Aragón y es consciente del enorme potencial que una tierra regada por las nieves del Pirineo y del sistema Ibérico, con la mayor producción de renovables del Sur de Europa, con una ubicación logística inmejorable es un lugar óptimo para lo que necesita la IA, centro de computación y datos. Y ahí están con una de las mayores plantas de AWS y con el anuncio millonario de Microsoft para seguir los pasos de Amazon.
Energía abundante, verde y barata, redes de fibra que enlacen con los grandes cables submarinos en Barcelona y con los ejes terrestres ibéricos y hacia la nunca permeable Francia. Los data centers necesitan chips, Nvidia es el rey, y sus acciones se han disparado, el BSC está haciendo el chip europeo de supercomputación para el Mare Nostrum 6. Un vector de colaboración importante. Les recordé que tener renovables no genera ventaja competitiva para los territorios ni las empresas que se ubican en ellos si el valor añadido lo capturan los intermediarios.
Los data centers necesitan petabytes de memoria. Las memorias deben refrescarse, necesitan energía constantemente para no perder los datos. Ahí hay un vector en la electrónica de potencia en el que CIRCE en Zaragoza es de los mejores. Los sistemas de alimentación pueden seguramente hacerlos una start-up local excelente, Epic Power.
Las memorias SDRam son responsables del 5% de las emisiones de CO2 del planeta según me contaba el fundador de Lattice y ex CTO de ST Microelectronics. Hacer memorias que no necesiten refrescarse cuando no se usen, que sean tan rápidas como las SDram y tan permanentes como las estáticas es un sueño para el que hay ciencia y tecnología disponible.
Otro vector. Aragón tiene tasas de empleo muy altas y las industrias, como las cárnicas o el agro, tienen déficit crónico de personal, la robótica y las tecnologías para la productividad son clave. Sus investigadores y empresas en Veterinaria son reconocidas internacionalmente.
Empresas como Samca, en minería, energía, polímeros, o como Piensos Costa, bodegas de gran calidad, tecnologías ganaderas como Tervalis, unicornios disruptivos como Thermowaste en Ariño. Stellantis (Opel) y toda su cohorte de proveedores en Figueruelas.
Su pista de test de vehículos en Motorland, los líderes mundiales en producción de vitrocerámicas en inducción en BSH con uno de los mejores grupos de investigación en la escuela de ingenieros en ese campo.
Un líder internacional de nicho como Fersa Bearings (rodamientos), empresas tecnológicas como ATC, DXC, Hiberus, o Teltronic son solo un puñado de ejemplos de la fortaleza de aquella taifa de rey matemático Almutamín que una vez fue defendida por el Cid. Mucho han cambiado las cosas. En Graus defendiendo a los Zaragozanos el rey de Castilla mató a su hermano el rey de Aragón. Los de la Ronda de Boltaña bien definen el carácter de esta tierra, "que miraba hacia el mar".
Tienen amenazas, de las que son conscientes y en las que hay oportunidades importantísimas, desde el cambio climático, los riesgos demográficos y de despoblación, la transformación de la automoción por la electrificación y los SDV (Software Defined Vehicles), el agua…
La humildad con la que han venido varias veces a Málaga a conocer nuestro ecosistema, a aprender, me maravilla. Hace apenas 3 semanas la vicepresidenta y todo su equipo estuvieron visitando Málaga Tech Park, el Polo de Contenidos Digitales, Escuela 42, algunas empresas como DEKRA, TDK y Premo y el Instituto Ricardo Valle de Innovación.
Como si no fueran conscientes (que lo son) del inmenso activo que ya tienen, la universidad de cinco siglos, empresas y empresarios del máximo nivel y líderes en sus sectores, talento, instituciones y una ubicación casi equidistante de Barcelona, Valencia, Madrid, Bilbao, a los pies del Ebro que venía hasta arriba, ellos buscan la fórmula de Málaga.
Nos decían que todo el mundo con el que habían hablado allí les contaba lo mismo. Que la alineación de todos hacia el progreso compartido basado en la innovación, la tecnología y la colaboración era ubicua.
Nosotros, a veces, tampoco nos damos cuenta de que tenemos un modelo especial, que quizá no sea lo normal, que en otros lugares hay más individualismo y que lo público y lo privado no se sientan de manera estructurada a trabajar juntos para que a todos nos vaya mejor. Pero ese espíritu es el de la colaboración y de esto se trata el evento.
Cuando escuchas al director de planta de Michelin o los retos del director de operaciones de Antolín con 100 plantas en todo el mundo, te llevas una cura de humildad para compartir con tu equipo. Mucho que aprender.
Escuché las ponencias, conocí más empresas y empresarios, cogí ideas para nosotros, para mejorar y competir mejor, y posibles colaboradores. El ITA, sin duda será un faro. Tienen el equipo, la actitud, la ambición, el tesón, el ecosistema y el apoyo institucional. Mucho que aprender de los aragoneses.
-Próxima parada Barcelona Estación de Sants.
Una jornada interesantísima finalmente.