El Puerto de Málaga cierra 2023 con datos positivos. El empuje del tráfico de mercancías hay que sumar la recuperación cierta de los cruceros, que ya supera en pasajeros los registros previos a la Covid. Carlos Rubio, presidente de la Autoridad Portuaria, repasa en esta entrevista algunos de los asuntos clave del recinto.
Aunque aún no tienen los datos del cierre del año, ¿qué sensaciones manejan?
Es verdad que tuvimos la gran bajada por la crisis de la COVID. 2019 fue un buen año, continuando con varios ejercicios de crecimiento sostenido. La pandemia nos generó una crisis tremenda. Los cruceros y las líneas regulares de pasajeros desaparecieron. Y las mercancías también se vieron muy afectadas. Salir de la crisis nos ha costado bastante. Este año podemos decir que vamos a recuperar la senda de la normalidad en los pasajeros.
¿En comparación con 2019?
Efectivamente. Este año estamos ligeramente por encima de 2019. Y a nivel de mercancías nos hemos visto muy afectados por los conflictos geopolíticos que está habiendo en el mundo. Por un lado, la lentitud de la recuperación china ha provocado una bajada generalizada en el tráfico de contenedores. El tráfico de contenedores a nivel mundial se ha reducido un 20%, que es muchísimo.
A esto se suma que somos un relativamente importante en la importación de cereales, fundamentalmente por el pienso para el ganado. Y el principal proveedor con diferencia es Ucrania. Los bombardeos rusos en los puertos del mar Negro y del Danubio han hecho que muchas operaciones que ya estaban programadas se hayan cancelado. Hemos tardado mucho en empezar la campaña para recibir cereales y es a final de año cuando se están concentrando. Ahora tenemos casi cola de barcos para descargar.
En el caso de los cruceros, qué números tienen.
El ejercicio lo tenemos prácticamente cerrado. Podemos estar por encima de 300 escalas y en torno a los 520.000 pasajeros. Es una subida muy importante respecto al año pasado.
¿Qué capacidad real tiene el puerto de Málaga para acoger cruceros?
Hay dos cuestiones. Por un lado, lo que puede absorber el puerto; por otro, lo que puede absorber la ciudad. Todavía tenemos margen para mucho más porque tenemos tres terminales bastante bien dimensionadas y que nos permitirían el tránsito sin problemas de hasta 1 millón de pasajeros.
¿Qué puede absorber la ciudad? Pues todo depende de la concentración que haya. Si lo mantenemos como hasta ahora, con una buena distribución a lo largo del año, también podríamos llegar a ese millón de pasajeros. Estamos creciendo poco a poco, pero es importante destacar que está cambiando mucho el perfil del pasajero. Ahora mismo casi un 30% de las escalas son de pasajeros premium o de lujo.
Por lo que me dice ese debate natural que hay en Málaga sobre la cantidad o la calidad del turista, el puerto ya lo tiene más o menos resuelto.
Son las propias compañías las que han evolucionado en ese camino y se está dando. Estamos cómodos con la evolución que llevamos. Es un turismo muy interesante porque es prescriptor. El que viene de crucero, luego suele recomendar el destino a otros conocidos.
"Tenemos una línea de mercancías que está funcionando francamente bien y que, probablemente, a principios del año empezará a transitar con pasajeros"
¿Cuáles son las líneas de trabajo que se marca para el año que viene?
Nuestra prioridad debe ser consolidar y potenciar la conexión con Marruecos. Ahora tenemos una línea de mercancías que está funcionando francamente bien y que, probablemente, a principios del año que viene empezará a transitar con pasajeros. Eso puede suponer una ayuda importante para, por ejemplo, la operación Paso del Estrecho.
Es inminente la apertura de un puerto en Nador West, un puerto con una capacidad enorme. Eso puede ser una amenaza, pero también es una oportunidad para nosotros. Tenemos que trabajar para establecer una conexión directa con Nador West que permita el tránsito de mercancías de un país a otro.
Me habla de esa conexión de pasajeros. ¿Con el mismo barco de mercancías?
Ese barco está perfectamente preparado, tiene capacidad para más de 400 pasajeros. Lo que pasa es que no está previsto que sea ese barco. Va a ser uno nuevo.
En los últimos años una pregunta recurrente es sobre el complejo de oficinas de Muelle Heredia. Y cada calendario que se pone sobre la mesa se incumple.
Antes de empezar ese proyecto tenemos que despejar el muelle. Y eso implica desalojar a la Guardia Civil y a la Agencia Tributaria. En el caso de la Guardia Civil la obra de su nuevo cuartel está muy avanzada. La previsión es que en enero podamos inaugurarlo. El otro proyecto se nos ha atrancado un poquito.
¿Y por qué? Porque a pesar de que alcanzamos un acuerdo con la Agencia Tributaria hace tiempo, desde el punto de vista técnico está habiendo muchos problemas. La zona donde va el nuevo edificio tiene un colector por debajo que ha obligado a replantear completamente el proyecto. Y después de que se envió a Puertos del Estado, desde el CEDEX, nos han hecho una serie de observaciones técnicas para la cimentación y estructura. Espero que en el primer trimestre del año que viene seamos capaces de sacar a licitación la obra de la sede de la Agencia Tributaria.
¿Teme que por el paso de los años se pierda interés en este proyecto?
No, no, no. Todavía hay una gran escasez en Málaga y en los próximos cuatro años no se va a ver satisfecha. Pero es que además, no hay ninguna ubicación más premium que ésta a nivel de oficinas. Es absolutamente privilegiada y no va a dejar de tener demanda. Nos preocupa el retraso porque nos gustaría que el proyecto ya estuviese en marcha, pero no por la demanda.
¿Está llamado a ser el mejor complejo de oficinas de Málaga?
Sin duda alguna. Va a ser el business center del puerto. Un poco como lo es el World Trade Center en el puerto de Nueva York. Va a ser nuestro pequeño World Trade Center.
La puerta que usted cerró definitivamente es la de cambiar el planeamiento para meter más techo edificable. ¿No cree que 26.500 metros de oficinas se quedan cortos?
Se podría desarrollar el doble y el triple, pero creo que en este momento es un proyecto que es pacíficamente aceptado por la ciudadanía, por la ciudad y por el puerto. No merece la pena modificarlo.
El alcalde fue quien puso sobre la mesa esta posibilidad hace años. ¿Ha vuelto a insistir en ello?
Creo que fue un ejercicio de analizar alternativas y posibilidades. Pero la conclusión es que el camino a seguir es el que tenemos.
¿Es de esperar un cambio en la forma y la imagen de los edificios? Lo digo porque lo que se contempló en el plan parecía poco atractivo.
Era el marco establecido por el planeamiento. Habrá que dejar que los arquitectos hagan su trabajo. No me cabe ninguna duda de que las empresas que vengan a este proyecto lo harán con proyectos muy singulares. Estamos hablando de una ampliación del propio centro y, por lo tanto, los arquitectos y las empresas van a querer lucirse.
¿El asunto de la Torre le cansa ya?
Aquí estamos cansados muchos ya de lo que es un permanente poner palos en las ruedas por grupos minoritarios, pero que son muy activos en cuanto a su posición. Estamos llegando al final del camino.
"El proyecto de la Torre cumple todas las exigencias urbanísticas, legales y medioambientales y por lo tanto no hay razones objetivas para no aprobarlo"
¿Tiene alguna duda sobre el pronunciamiento final del Consejo de Ministros?
Es una decisión del Consejo de Ministros, no podemos saber lo que va a decir. Lo único que sabemos es que este proyecto cumple todas las exigencias urbanísticas, legales y medioambientales y por lo tanto no hay razones objetivas para no aprobarlo. Ha estado sometido a una tramitación particularmente exhaustiva. Se ha mirado con lupa hasta el último detalle y aquí ya no hay discusión. Lleva todas las bendiciones del punto de vista técnico, jurídico y medioambiental.
Uno de los grandes proyectos en la agenda del Puerto es la construcción del muelle 8. ¿Qué calendario tienen en mente?
Muelle 8 va adelante, pero más retrasado de lo que quisiéramos. Desde hace meses está solicitado el estudio de impacto medioambiental, que depende del Ministerio de Medio Ambiente. Esos informes tardan muchísimo. Y es lo que nos tiene paralizados. La idea es que cuando llegue el pronunciamiento, que debe ser favorable, porque estamos dentro de aguas protegidas, avancemos con las licitaciones