El Metro de Madrid es uno de los tesoros más preciados de la ciudad. Prueba de ello es la cantidad de personas que cada día lo utilizan por diversos motivos, así como los datos históricos que se han alcanzado al registrar la mayor cifra de peticiones para solicitar un título de abono transporte al inicio de este año. Algo también motivado por la bonificación al transporte público facilitada por el Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid.
Esta red de metropolitano destaca por muchas razones, una de ellas por ser la tercera más larga de Europa, con 294 kilómetros de red y más de 300 estaciones. Entre tantos puntos de acceso y salida, se pueden identificar estaciones nuevas, con un diseño más simple y moderno, y otras más antiguas que aún conservan algunos aspectos que evidencian el paso de los años, aunque poco a poco todas se van renovando.
Pero hay una estación en el Metro de Madrid que se puede visitar pero que no admite viajeros desde hace más de un siglo, y no porque esté estropeada. Se trata de la estación de Chamberí, también llamada la ‘estación fantasma’, conocida así porque se cerró en los años 60 y se conserva como se encontraba en aquella época.
[La curiosa razón por la que el Metro de Madrid circula por la izquierda]
Con solo bajar unas escaleras, podrás transportarte a una década antigua en la que el metro había empezado a despegar apenas una treintena de años antes. Pertenecía a la línea 1 y se cerró por el siguiente motivo, como explican en la web de Metro de Madrid: “A principios de los 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar esta estación, la clausuró. El cierre definitivo tuvo lugar el 22 de mayo de 1966”.
Así, nos encontramos ante la estación más antigua de Madrid que se conserva hoy en día. Su presencia cuenta con tal importancia que hasta se realizan visitas guiadas para conocer el aspecto, las características y la historia de esta estación ‘fantasma’ de Chamberí.
Entre los elementos más interesantes que se pueden ver en estas visitas, encontramos la obra de Antonio Palacios, el arquitecto que se encargó de gran parte de la construcción de estaciones y accesos.
Concretamente en la estación de Chamberí, “optó por soluciones funcionales para los recorridos y la organización de la estación, con unos acabados sencillos pero llenos de elegancia y con detalles relevantes como la incorporación de la luz natural mediante un lucernario en el vestíbulo”, según cuentan en la web Locos X el Metro.
Los carteles de precios y de publicidad de la época, los azulejos blancos, los sevillanos, las taquillas de cristal, las vallas de acceso, los vestuarios de los empleados de entonces… Todo ello se conserva en un buenísimo estado, algo que dota de aún más atractivo a este espacio-museo del Metro de Madrid, que se abrió como tal para su visita en 2008.
Puedes visitarlo de manera gratuita, con previa reserva y teniendo en cuenta que dura unos 30 minutos. Si tienes pensado ir, desde Locos X el Metro recomiendan “ver primero el vídeo sobre la historia de Metro y luego iniciar la visita guiada. Un dato curioso: los asientos de la platea donde se proyecta el vídeo son las escaleras del antiguo acceso de la estación”.
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