El restaurante de carretera de la A-3 que todos los camioneros eligen y que era el preferido de Nino Bravo: a 1 hora de Madrid

En pocas ciudades de España se come tan rico y tan bien como en Madrid. La capital del reino tiene muchas virtudes, pero una de ellas es su variedad y su calidad gastronómica. Y es que tan solo trazando un par de calles podemos encontrarnos con influencias llegadas desde cualquier punto del país. E incluso, desde cualquier parte del mundo. 

Madrid es la ciudad donde nunca faltan las oportunidades. La ciudad que siempre nos sorprende. Y lo hace también gracias a su cocina. Sin embargo, lo realmente maravilloso de la capital es que tiene un poder de atracción muy difícil de medir y que no tiene comparación. Por eso, todos quieren estar en Madrid. O al menos, cerca de ella. 

Así pues, las maravillas de la capital van más allá de sus muros y de sus fronteras. También en cuanto a gastronomía se refiere. En la ciudad que hace de eje peninsular podemos encontrar algunos de los restaurantes más ricos y de mejor calidad de toda España. Sin embargo, en los caminos que nos llevan hasta ella también podemos disfrutar de las bondades de su influencia. 

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Es lo que sucede con un universo de los restaurantes poco explorado, al menos por el común de la sociedad. Ya que hay algunos sectores y gremios que son grandes especialistas en este tipo de elecciones. Hablamos, como no podía ser de otra forma, de los famosos restaurantes de carretera, oasis de camioneros, transportistas y viajeros en general. 

Y es que cerca de Madrid podemos encontrar los mejores restaurantes de carretera de España. Es lo que sucede, por ejemplo, con El Vasco, considerado por muchos profesionales del gremio de los transportes como uno de los más exquisitos del país. Este restaurante de la A-3 se sitúa a tan solo una hora de Madrid y es una auténtica joya.

¿Cómo es el restaurante El Vasco de la A-3?

El Vasco es un restaurante de esos que se podría considerar castizo y clásico. De los de toda la vida. Por eso, una de sus grandes señas de identidad es cuidar los sabores de antaño para traerlos hasta nuestro tiempo. Eso sí, dándoles un toque vanguardista y dinámico para ofrecer una experiencia completa. 

Este restaurante está situado en la carretera N-III, al borde de la A-3, aunque su dirección concreta es Autovía del Este, Km.94, 16420. Pertenece al municipio de Villarrubio, situado en la provincia de Cuenca. Sin embargo, lo más interesante es que está a solo una hora escasa de Madrid. 

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Lo más llamativo de su historia es pensar qué hace un 'vasco' en mitad de Cuenca. Y es que este establecimiento es una casona entre manchega y vasca situada a mitad de camino entre Madrid y Valencia. Su tradición habla por sí sola de las bondades y maravillas de este sitio, ya que tiene más de un siglo de historia.

Nació como una casa de postas y ahora ya tiene un Solete de la Guía Repsol. Además, los camioneros, quienes de verdad saben de esto, lo recomiendan sin dudarlo porque les enamora. Sobre todo porque le da un gran valor al producto nacional y a la cocina tradicional, hecha con un gusto especial, poniendo el detalle en lo exquisito.

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Dentro de su carta tiene algunas maravillas que no podemos dejar de probar como son, por ejemplo, sus blancas estofadas con perdiz o la especialidad de la casa, las chuletillas de cordero. Este plato es conocido en toda la región y es que cientos y cientos de personas acuden exclusivamente para probarlo. 

Sin embargo, otras opciones nada desdeñables son también el cogote de merluza con su refrito de ajitos, el bacalao al pilpil o las kokotxas. Y sin cerrar el capítulo de las carnes, tenemos las manitas de cerdo a la plancha y la chistorra. Los manjares no se acaban en esta casa donde nos cuidan y nos alimentan con el mayor mimo posible. 

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Y para cerrar este festín y este deleite para los sentidos, pero sobre todo para el paladar, está el gran postre de la casa, el Goxua, que nos transportará a una tierra muy lejana sin movernos de la provincia de Cuenca. Y es que así es el El Vasco, un restaurante de carretera en el que podremos viajar sin levantarnos de la mesa, solo sintiendo el virtuosismo de una cocina tan especial. Y además, a precios razonables y ajustados. 

De esta forma, no nos extraña que este establecimiento haya vencido al paso del tiempo durante generaciones y, sobre todo, que sea tan admirado. Y es que cuenta la leyenda que su cliente más ilustre era el gran Nino Bravo. Cada vez que el idolatrado cantante viajaba hasta su Valencia, no dudaba en hacer parada en El Vasco, el verdAdero diamante de la A-3.