"Es el futuro y ese futuro ha llegado a Madrid", ha asegurado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En el nuevo Plan Estratégico de Metro de Madrid se contempla la conducción automática de las líneas 6 y 8 del suburbano. De esta manera, indican, se podrá "poner en circulación un tren cada dos minutos".
Desde Metro de Madrid informan de que "esta técnica facilitará el ahorro de energía gracias a una aceleración y conducción más homogéneas, rebajando los tiempos de espera en andén e incrementando la capacidad de pasajeros".
Díaz Ayuso ha explicado que contempla esta iniciativa para implantar hasta el año 2030. Los primeros cambios hacia esta automatización se van a llevar a cabo en la línea 6, la más frecuentada de toda la red, con 110 millones de usuarios en 2023 y una media en día laborable de 618.000 personas.
Isabel Díaz Ayuso ha destacado que se ha elegido la línea 6 "por su importancia estratégica, son 28 estaciones y 23 kilómetros, creemos que es la idónea para iniciar el cambio hacia la conducción automática".
Pero Madrid no es la primera, un gran número de ferrocarriles metropolitanos de relevancia internacional ya ha incorporado esta tecnología. En España, metro de Barcelona ya cuenta con el 25% de su red de metro en funcionamiento sin conductor, con 34 km en total, según la UITP. Otros metros de ciudades europeas como Londres, París, Hamburgo, Estambul o Budapest también funcionan con conducción automática.
¿Cómo funcionan los trenes sin conductor?
Los trenes sin conductor son vehículos que gracias a su sistema de conducción automática pueden circular sin personal a bordo, pero se localizan, controlan y programan desde el centro de control. Según recoge la TMB, estos trenes de líneas automáticas funcionan de acuerdo con un programa predeterminado que puede variar según el día y la franja horaria, y realizan el recorrido a la velocidad asignada y parando en las estaciones correspondientes.
Además, de acuerdo a la información de Metro de Madrid, los convoyes automáticos permiten una mayor capacidad y una adaptación total de la oferta a la demanda, lo que mejora la frecuencia en hora punta y reduce las posibles incidencias.
Con la gestión automatizada de peligros, el metro sin conductor elimina el tiempo de reacción y decisión humana, lo que significa que pueden viajar más cerca unos de otros y seguir parando con seguridad en caso de emergencia. El resultado son redes de metro más rápidas y de mayor capacidad.
Esta automatización, junto con la supervisión a distancia gracias a los sensores instalados en los vehículos, la programación informática a prueba de fallos y los vehículos y redes diseñados teniendo en cuenta la automatización, aporta más seguridad.
[Estas son las líneas de Metro de Madrid más utilizadas (y no son las que te imaginas)]
También mejora la eficiencia, ya que los ordenadores pueden determinar si un tren circula a la velocidad óptima y si la aceleración y el frenado se realizan con el mínimo consumo de energía. Gracias al ahorro en el consumo energético respecto a las líneas convencionales, conlleva una bajada de los costes de los coches por kilómetro y del gasto en mantenimiento.