La gestión de la M-30 será 100% pública a partir de 2026. José Luis Martínez-Almeida pondrá fin así al modelo público privado que ideó Alberto Ruiz-Gallardón hace dos décadas. El Ayuntamiento calcula que ahorrará más de 50 millones de euros al año gracias a este cambio de fórmula.
Para entender el origen de este asunto hay que remontarse dos décadas atrás. En 2004, el Ministerio de Fomento transfirió a la Corporación de Ruiz-Gallardón la titularidad de la autovía de circunvalación. El alcalde 'faraón' se puso en marcha para hacer realidad su proyecto estrella: soterrar el tramo sur de la M-30. Fue su obra más titánica. También la más polémica.
Para llevarla a cabo, el regidor, abogado y fiscal creó Madrid Calle 30. Al principio, por unos pocos meses, esta sociedad fue de gestión directa. Pero en diciembre de 2004 el Ayuntamiento la convirtió en una empresa de estructura mixta, con el 20% en manos de un socio privado, Emesa. Tras ella han estado desde el principio dos constructoras: ACS y Ferrovial. Más adelante se unió al capital social otra firma, IMESAPI.
Esta UTE (Unión Temporal de Trabajadores) se ha encargado desde entonces de mantener y explotar la infraestructura.
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La idea de acabar con este modelo de gestión lleva años sobrevolando Cibeles. En enero de 2022, el Pleno aprobó por unanimidad una proposición del PSOE para crear una mesa de trabajo con la que remunicipalizar la gestión de Madrid Calle 30.
El objetivo era "implantar el nuevo modelo a partir del 1 de julio de 2022", algo que no se materializó. El Ejecutivo local (formado entonces por PP y Ciudadanos) encargó un estudio que concluyó que la fórmula más conveniente para la ciudad era recuperar toda la propiedad de la sociedad.
El modelo "más eficiente"
La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, anunció el lunes la operación en una reunión con periodistas. Que el Ejecutivo municipal se haya puesto manos a la obra en este momento tiene su explicación. Aunque los contratos que sostienen el actual modelo público privado caducan en 2040, el Ayuntamiento puede ejecutar una opción de compra de las acciones del socio privado antes de que acabe 2025.
La convivencia de abordar este cambio -según explica el Consistorio en una nota- se ha puesto de manifiesto con el paso del tiempo, los cambios normativos y la evolución económica. "El modelo remunicipalizado es el más eficiente y sostenible para el Ayuntamiento manteniendo el actual nivel de excelencia en el servicio a partir de enero 2026", sostiene.
Aunque todavía faltan cifras por determinar, desde el Área de Obras sí han adelantado el ahorro que supondrá recuperar la parte privatizada.
50 millones de ahorro
Cuando Madrid Calle 30 pase a ser 100% municipal, dejará de pagar más de 50 millones de euros al año en el IVA, en impuesto de sociedades y en dividendos a socios privados. Todos estos costes desaparecerán. "Va a suponer un ahorro considerable (...) y la gestión creemos que puede ser, sino igual, todavía mejor", defendió García Romero.
Falta por conocer, por ejemplo, cuánto le costará a la capital asumir el 20% de la sociedad que ahora está en manos de Emesa.
Antes de que se produzca la compra, la Corporación municipal debe amortizar los 111 millones de deuda pendiente que arrastra Madrid Calle 30.
Con la decisión ya tomada, Almeida tiene ahora un largo camino por delante hasta conseguir su objetivo el 31 de diciembre de 2025. Por un lado, debe tramitar un expediente de cambio de forma de gestión que necesitará el visto bueno del Pleno, donde su partido, el PP, cuenta con mayoría absoluta.
De forma paralela, se tramitarán los contratos de mantenimiento y explotación que deberán sustituir al vigente entre Madrid Calle 30 y Emesa. Este último proceso es el que garantizará el servicio desde el 1 de enero de 2026.