El empresario Josué Reyzábal, propietario con su familia de los emblemáticos Cines Callao y de la compañía inmobiliaria Arconte Holding, ha llegado a un acuerdo con la cadena hotelera L&H para que gestione el inmueble colindante a la icónica sala de exhibiciones, también propiedad de la familia, con la apertura de un hotel boutique con 15 habitaciones y una suite a lo largo de 2024.
"Con esta iniciativa, queremos seguir contribuyendo al impulso económico y la transformación de Madrid, con una nueva propuesta hotelera muy especial en una zona de alto valor turístico de la ciudad", ha señalado el consejero delegado de Arconte Holding, Josué Reyzábal, según ha informado el grupo empresarial en un comunicado.
El nuevo L&H será un alojamiento moderno asentado en un edificio de casi 100 años de historia. Se trata de un inmueble que Luis Gutiérrez Soto diseñó, junto al de los Cines Callao (del que también es autor), para ubicar su estudio de arquitectura.
[El 'Manhattan' madrileño crece: nuevos hoteles cinco estrellas y restaurantes de lujo en Canalejas]
El nuevo establecimiento hotelero tendrá un carácter "premium, urbano y cosmopolita" con el diseño y el confort como protagonistas. Situado en la calle Jacometrezo, junto a la Gran Vía, ocupará las cinco últimas plantas del edificio, la más alta de las cuales se destinará a una suite de lujo que contará solárium y vistas de la zona.
El nuevo hotel se ubicarán junto a la plaza del Callao, la más visitada de España y la tercera más transitada de Europa (150 millones de personas al año), detrás de Piccadilly Circus (Londres) y la plaza del Louvre (París).
Para incrementar la oferta del inmueble, se abrirá también una taberna/arrocería en la planta baja del edificio, justo en el lugar que durante décadas ocupó La Calesera, una cafetería emblemática del centro de Madrid.
Para su explotación, Reyzábal ha llegado a un acuerdo con la firma madrileña de restauración Edo Wear Go.
Inaugurada en 1927, La Calesera, cuyo nombre rendía homenaje a la popular zarzuela del Maestro Alonso, fue uno de los locales más concurridos del centro de Madrid, famoso por servir uno de los mejores cafés de la ciudad, aunque cesó su actividad a comienzos de este siglo.