No bajar de 20 grados en invierno y no superar los 25 en verano con una incidencia mínima de la calefacción y el aire acondicionado. Son las condiciones que ya ofrecen las viviendas con certificación Passivhaus en España, un estándar energético con el que el propietario aspira a reducir en un 70% la demanda de energía de calefacción en comparación a una vivienda normal.

Las citadas condiciones ya permiten a una familia de cuatro integrantes que vive en una casa de 85 metros cuadrados y tres dormitorios gastar un 50% menos de lo que lo haría una sola persona en un estudio de 50 metros. La clave: potenciar la eficiencia energética del inmueble al máximo.

Así, mientras en una vivienda convencional de un dormitorio se pueden alcanzar picos de consumo en los meses fríos de hasta 1.600 kwh, como sucede entre febrero y marzo, el consumo energético de una 'vivienda pasiva' no supera los 200 kwh en los meses en los que se necesita un mayor gasto de energía.

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A través de procesos como son la mejora el aislamiento término, el acabado de las ventanas con carpintería de alto rendimiento, el uso cristales multicapa o la instalación de PVC de triple vidrio, los hogares con certificación Passivhaus logran mantener la temperatura estable durante todo el día con variaciones de menos de dos grados.

La demanda de este tipo de inmuebles es alta. De hecho, Aedas Homes, Vivia Homes y Grupo Lobe presentaron este jueves en Valdemoro (Madrid) el primer proyecto en España de viviendas 'build to rent’ (construir para alquilar) con esta tecnología y el remanente disponible para los futuros inquilinos comienza a ser escaso.

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El consumo de energía correspondiente a climatización y agua caliente sanitaria en todas las viviendas de esta promoción supondrá solo un 20% del total de la energía requerida. En una vivienda tradicional, esta suma asciende hasta el 60%. 

"Es bastante complejo alcanzar esta certificación, antes de poder obtenerla llevamos a cabo dos tests de hermeticidad para poder comprobar que no se producen infiltraciones en las viviendas. La forma de certificar un edificio completo es calcular la media ponderada de todos los resultados obtenidos en el edificio", apuntan desde Grupo Lobe, empresa que ha certificado el 50% de las viviendas con esta categoría en España.

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En España hay unas 4.000 viviendas que tienen esta tecnología, ocupando una superficie aproximada de 360.000 metros cuadrados. Según apuntan fuentes del sector a EL ESPAÑOL-Invertia, la mayoría de los nuevos promotores ya buscan incluir esta tecnología en su vivienda dadas las exigencias que les plantean los nuevos propietarios.

En concreto, y según han comentado las mismas fuentes a este diario, resulta un producto muy interesante entre los ciudadanos del norte de Europa que adquieren una vivienda de España para disfrutar, principalmente, durante los meses del verano. Esquivar las olas de calor, a las que no están acostumbrados, se está convirtiendo en todo un reto y es por ello que cada vez requieren más de viviendas con este tipo de certificaciones.

Al contrario de lo que pueda parecer, durante los meses de verano estas casas requieren una ventilación mínima. De hecho, recomiendan no abrir la ventana durante todo el día, aunque a veces esta cuestión sea difícil de explicar.

"Lo habitual es levantarse y ventilar, pero con los sistemas de ventilación que tenemos el aire de la casa va a ser más puro con la ventana cerrada que con la ventana abierta. No hay la sensación de que el aire pueda estar pesado por pasar mucho tiempo con la ventana cerrada", apuntaron ayer durante la citada presentación.

El sector espera que, tras la volatilidad experimentada por los precios de la energía desde que estallase la guerra de Ucrania, este tipo de certificaciones comience a ser cada vez más habitual en la vivienda nueva. En el caso de los inmuebles ya construidos y que carezcan de esta certificación, no es posible aplicar todo este tipo de procesos ya que, tal y como señalan a este diario, sería necesario volver a construir gran parte del edificio.