Guerra cruenta entre calderas de gas y bombas de calor: la UE decidirá quién gana en la ley de eficiencia en edificios
La revisión de la directiva se verá en el trílogo Comisión, Parlamento y Consejo Europeo y de ella dependerá el futuro de las calderas de gas.
1 octubre, 2023 02:39Todavía queda mucho por debatir en Europa para sentenciar el futuro de las calderas de gas. Pese a que en la Directiva de Eficiencia Energética, publicada el pasado 20 de septiembre, se quiere acabar con esta tecnología, será en la próxima revisión de la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD) donde se decida qué va a pasar finalmente con ellas.
Una normativa que se encuentra en proceso de debate y que, tras haberse aprobado en el Parlamento Europeo en marzo pasado, ahora entra en la fase final, en los trílogos, donde Comisión, Parlamento y Consejo deberán decidir el texto definitivo. Pero nadie asegura que pueda aprobarse antes de que se disuelva el Europarlamento para la convocatoria de nuevas elecciones en junio de 2024.
El borrador de EPBD establece un plan de acción para reformar los edificios en Europa e implementar tecnologías como bombas de calor y paneles solares, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, pero sin excluir a las calderas de gas.
"Se esperan negociaciones complicadas sobre la Directiva de eficiencia energética en edificios para decidir cuál será el esfuerzo para reducir las emisiones de la calefacción y la refrigeración. Alemania ha visto las orejas al lobo cuando ha presionado a su población a cambiarse a las bombas de calor y ahora no quiere ser tan ambicioso", explica a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes del sector gasista.
Por el momento hay 14,84 millones de bombas de calor en Europa. Los países que lideran el camino son los del norte de Europa, es decir, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia y Dinamarca. También Alemania ha experimentado un crecimiento de más del 100% de ventas el año pasado, mientras que en Polonia, también se han duplicado las ventas. En Bélgica se han disparado un 140%.
"Lo que habría que preguntarse es por qué se han disparado las ventas en el norte de Europa, con un sistema de edificación más en horizontal y un nivel de renta mucho más alto que en el sur de Europa, donde se estila vivir en altura", añaden las fuentes del sector gasista.
Estos factores son determinantes para elegir la nueva tecnología de las bombas de calor. "Se necesita espacio para la instalación y son mucho más caras que las calderas de gas", añaden las mismas fuentes.
Bombas de calor en riesgo
La industria europea de bombas de calor ya ha pedido en varias ocasiones a los gobiernos de los países europeos que se adhieran a "políticas sólidas y consistentes" para incentivar la calefacción con bajas emisiones de carbono. Han advertido que los cambios políticos y la caída de los precios del gas están perjudicando al sector.
"Los cambios repentinos en las políticas y las relaciones desfavorables entre los precios de la electricidad y el gas han sacudido la confianza de los usuarios finales", acaba de decir Thomas Nowak, secretario general de la European Heat Pump Association (EHPA).
"Esta es una seria amenaza para el sector de las bombas de calor... además de frenar a Europa en su camino hacia el cero neto y la independencia energética", incide.
En un comunicado, esta patronal advierte de que "después de las excelentes ventas en 2022, las primeras cifras de ventas de 2023 muestran una caída preocupante en las ventas, lo que indica una tendencia mayor".
Tanto es así que las ventas cayeron un 34% en Italia en el primer semestre de este año en comparación con el mismo período de 2022, mientras el descenso fue del 17% en Finlandia y del 6% en Polonia.
Sin embargo, como parte del plan REPowerEU para reducir su dependencia del gas rusa, la UE se comprometió a instalar 60 millones de bombas de calor para 2030, frente a los 20 millones actuales.
Crisis por las calderas
Y frente a lo que ocurre con las bombas de calor es interesante lo que ha sucedido en Alemania estos últimos meses con las calderas de gas. La pelea por imponer las bombas de calor casi destruye su Gobierno tripartito.
La coalición gobernante mira con temor las encuestas de opinión mostrando el constante ascenso de la extrema derecha Alternativa para Alemania. La AfD niega que la actividad humana sea responsable del cambio climático, y su líder parlamentaria, Alice Weidel, ha calificado la política gubernamental de bombas de calor de "masacre".
El parlamento alemán tiene que aprobar un nuevo proyecto de ley para reducir la huella de carbono del país y exigir cambios en la forma en que los alemanes calientan sus hogares y edificios. Pero ha habido meses de dolorosas negociaciones sobre el proyecto de ley de calefacción que han provocado luchas internas dentro de la coalición gobernante y una reacción inesperadamente fuerte en gran parte del país.
Por estas razones, la nueva ley de calefacción de Alemania ha llegado a representar una advertencia con implicaciones mucho más allá. Si bien muchos votantes parecen apoyar medidas para reducir las emisiones de carbono en abstracto, las cosas se complican más cuando se trata de normativas que se refieren a algo tan personal como sus propios hogares y sus bolsillos.
¿Prohibición de las calderas?
El trílogo tiene que debatir si efectivamente se prohíben las nuevas instalaciones de sistemas de calefacción de petróleo y gas en los próximos años en favor de bombas de calor que dependen en gran medida de energía renovable.
Los problemas de la coalición alemana con la ley de calefacción pueden servir como una advertencia para los políticos de otros países de la Unión Europea.
El Gobierno español, que además preside el Consejo Europeo hasta finales de año, no está por la labor de prohibir nada. Los sistemas de calefacción de energía limpia como bombas de calor pueden costar unos 20.000 euros más que una caldera de gas clásica, y eso para la clase media española es pedirle mucho.
Y Emmanuel Macron, lo tiene claro. Esta semana, el presidente francés ha anunciado que Francia no prohibirá las calderas de gasóleo o de gas.
Aún así se necesitarán medidas parecidas a incentivar el uso de bombas de calor si los países de la UE se toman en serio el mantenimiento de los ambiciosos objetivos climáticos del bloque.