Nueva ofensiva del sector de las telecomunicaciones para conseguir que los gigantes digitales participen en la financiación del despliegue redes, esta vez en Estados Unidos. Los dos mayores operadoras del país se han sumado a sus homólogas europeas para reclamar una mayor contribución de las 'Big Tech' a este fin, dados los beneficios que obtienen al prestar sus servicios sobre las mismas.
AT&T y Verizon han remitido sendas cartas a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) en las que reclaman que se obligue a las grandes compañías tecnológicas a financiar el Fondo de Servicio Universal (USF, en inglés).
Las operadoras no mencionan a ninguna compañía concreta, pero hacen referencia a empresas del ecosistema de Internet que depende de las redes de telecomunicaciones y que se han beneficiado de su despliegue. En definitiva, las mismas a las que sus homólogas europeas llevan tiempo haciendo la misma petición, es decir, Amazon, Alphabet (Google), Netflix, Meta (Facebook) y similares.
Servicio universal
El gobierno de Estados Unidos creó el USF en 1996 para asegurar que todos los ciudadanos tuvieran acceso a una línea telefónica básica. En la actualidad, se dedica, al igual que iniciativas similares de otros países, a financiar el despliegue de redes de banda ancha a zonas rurales no rentables del país.
Las operadoras estadounidenses critican que la financiación de este fondo recae básicamente sobre los operadores de red, un modelo que hoy en día no se sustenta. "El mecanismo actual de financiación está al borde del colapso", incide AT&T en su carta, en la que subraya la necesidad de reformarlo con el objetivo de hacer que "sea sostenible a largo plazo".
En este sentido, Verizon recuerda que el Congreso ya ha reconocido que las contribuciones de los operadores no pueden por sí solas satisfacer las necesidades de financiación del servicio universal y se ha mostrado a favor de aplicar un enfoque basado en el uso de la red que permita crear una base financiera "más amplia y flexible".
Por ello, tanto desde Verizon como desde AT&T abogan por ampliar "sustancialmente" la base de empresas que contribuyen a financiar el servicio universal, así como por aplicar un sistema que calcule las aportaciones que deben realizar las compañías basándose solo en los ingresos por los servicios de banda ancha.
Ecosistema de Internet
Y en esa base de empresas, las dos grandes operadoras reclaman que se incluyan a las compañías más importantes que operan "en una economía de Internet más general", aunque no hacen referencia a ninguna empresa en concreto.
En su carta, AT&T es más concreta que Verizon sobre las características que tienen las empresas que deben sumarse a la financiación del servicio universal: "aquellas que más dependen y que más se han beneficiado de la implementación y la adopción de la banda ancha".
En este sentido, añade que todo el ecosistema de Internet actual no existiría si no fuera por la conectividad que brindan las redes de banda ancha desplegadas por los operadores. Además, agrega que generan unos "enormes ingresos" que se prevé que sigan creciendo y que garantizarían una base de contribuciones "sostenible de forma indefinida".
Además, subraya que estos servicios que no existían en 1996 cuando se creó el fondo, y que ahora compiten con los de los operadores, se están beneficiando del éxito de los programas de USF. Sin embargo, en la mayoría de los casos sus proveedores actualmente no contribuyen al fondo.
Operadores europeos
La petición y los argumentos que proporcionan los dos operadores estadounidenses en sus cartas son muy similares a los que desde hace tiempo emplean sus homólogas europeas para reclamar que las grandes plataformas digitales contribuyan a la inversión de las redes de telecomunicaciones en el Europa.
Durante la última década, las 'telecos' del Viejo Continente han pedido un cambio en la regulación del sector para conseguir que empresas como Google, Facebook o Amazon, que generan la gran mayoría del tráfico que circula por Internet, colaboren en la financiación de los despliegues y el mantenimiento de dichas redes.
Incluso han puesto cifras a ese impacto. Un estudio elaborado recientemente por la consultora Frontier Economics para la patronal europea de las empresas de telecomunicaciones ETNO cifra en entre 36.000 y 40.000 millones de euros el coste total anual que tiene para las operadoras todo el tráfico que generan los distintos servicios que prestan las 'Big Tech'.
Tras años realizando esta petición, parece que por fin ha sido escuchada por la Comisión Europea (CE). La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, cogió el guante lanzado por las operadoras y confirmó que en Bruselas están en proceso de análisis acerca de cómo garantizar que exista en Europa una contribución justa a la financiación de las redes.
La petición de las operadoras europeas se encontró con el rechazo de organizaciones de derechos civiles de todo el mundo, que consideran que empezar a cobrar a los proveedores de aplicaciones y contenidos de Internet iría "en contra del principio fundamental de neutralidad de la red" que impera en la Unión Europea (UE).
Y AT&T y Verizon también han encontrado una respuesta contraria a sus intereses en la asociación Incompass, que cuenta entre sus miembros con Netflix, Microsoft y Google. En su opinión, si se acepta su petición, podría dañar la competencia. Además, agrega que ignora la naturaleza dinámica de Internet, "donde algunos servicios y modelos comerciales que son populares hoy pueden no serlo mañana".