Los operadores europeos llevan tiempo reclamando que los gigantes de Internet como Google, Amazon o Facebook contribuyan a financiar el despliegue de las redes. Una petición histórica del sector de las telecomunicaciones que por fin parece que ha sido escuchada por la Comisión Europea (CE), lo que ha provocado la indignación de las ONG de derechos civiles.
Durante la última década las 'telecos' del Viejo Continente han pedido un cambio en la regulación del sector para conseguir que las grandes tecnológicas como Google, Facebook o Amazon, que generan la gran mayoría del tráfico que circula por Internet, colaboren en la financiación del desarrollo y el mantenimiento de las redes de telecomunicaciones.
El pasado 2 de mayo, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, cogió el guante lanzado por las operadoras y admitió que en la industria existen actores que generan mucho tráfico de internet y hacen negocio con él, pero no están contribuyendo a las inversiones en conectividad que son necesarias para habilitar ese tráfico.
Vestager señaló entonces que garantizar que existe en Europa una contribución justa a la financiación de las redes de telecomunicaciones debe ser un tema a considerar "con mucha atención" y confirmó que en Bruselas están en proceso de análisis acerca de cómo se podría lograr este objetivo.
Unas palabras que no han gustado nada a las organizaciones de derechos civiles de todo el mundo, ya que consideran que empezar a cobrar a los proveedores de aplicaciones y contenidos de Internet iría "en contra del principio fundamental de neutralidad de la red" que impera en la Unión Europea (UE).
Carta a Bruselas
Por ello, un total de 34 organizaciones de la sociedad civil han enviado esta semana una carta a Vestager, y al comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, para alertar sobre este peligro. Entre las firmantes, la estadounidense Electronic Frontier Foundation o las europeas Civil Liberties Union for Europe y European Digital Rights, ésta última una agrupación de la que forman parte las españolas Xnet, Nodo50 o Pangea.org.
En su carta, estas ONG alertan de que acceder a las pretensiones de las operadoras supone alterar el marco regulatorio que garantiza que Internet es un espacio "abierto y libre" en la región. De hecho, aseguran que Europa se pondría al nivel de Donald Trump, que durante su etapa como presidente de EEUU ya intento eliminar la neutralidad de la red.
En concreto, los firmantes de la carta alertan de que si se exige que los gigantes digitales participen en la financiación de las redes afectará negativamente a la libertad de expresión, la libertad de acceso al conocimiento y la libertad de realizar negocios e innovar en la UE.
Además, también advierten de que será perjudicial para la economía de Internet de Europa, al mismo tiempo que creará barreras burocráticas "sin precedentes" que ralentizarán el crecimiento en una economía en proceso de recuperación.
Diez años de debate
Asimismo, recuerdan que durante los últimos diez años, las propuestas de los operadores para que los gigantes tecnológicos paguen por el uso de la red han sido "ampliamente discutidas y siempre rechazadas" por gobiernos, legisladores y reguladores tanto en Europa como en el resto del mundo.
"Hoy, nada ha cambiado que legitime el sacrificio de una Internet libre y abierta para satisfacer los intereses de la industria de las telecomunicaciones", afirman estas organizaciones, que urgen a los comisarios a "desafiar las demandas miopes y egoístas" de las empresas del sector y garantizar que Internet siga siendo "libre y abierta".
Además, agregan que los avances tecnológicos han provocado una reducción "drástica" de los costes de desplegar y operar la infraestructura de red. Un hecho que, según estas asociaciones, hace que las condiciones económicas y técnicas actuales vayan aún más en contra de la petición de las 'telecos'.
"Esto hace que sea aún más impactante que la Comisión Europea de repente exprese su apoyo a estas propuestas, sin llevar cabo un proceso público o de consulta con grupos de interés, reguladores, empresas de Internet o pequeñas empresas", lamentan.
Por otro lado, indicen en que su argumento de que los gigantes de internet deben hacer una contribución justa por el tráfico que generan está basada en un "malentendido fundamental" de cómo funciona Internet. Y es que el principio de neutralidad de la red permite a los clientes usar el ancho de banda que compran a los operadores como lo deseen, "ya sea para Netflix, YouTube o Facebook" u otras páginas o aplicaciones.
Así, acusan a las operadoras de querer que se les pague "dos veces por el mismo servicio", dado que ya cobran a sus clientes por transportar los datos a través de sus redes. Además, añade que los gigantes de Internet también invierten mucho en la infraestructura necesaria para permitir que sus contenidos, sus aplicaciones o sus servicios lleguen a los usuarios.
Una alta factura
Los argumentos expuestos por las organizaciones de derechos civiles contrastan con los que han esgrimido en los últimos años las operadoras de telecomunicaciones para reclamar que las grandes plataformas digitales contribuyan a la inversión necesaria para el despliegue y el mantenimiento de las redes en Europa.
Un estudio elaborado recientemente por la consultora Frontier Economics para la patronal europea de las empresas de telecomunicaciones ETNO cifra en entre 36.000 y 40.000 millones de euros el coste total anual que tiene para las operadoras todo el tráfico que generan los distintos servicios que prestan las 'Big Tech'.
Además, estima que si los gigantes digitales contribuyeran con 20.000 millones al año a los costes de la red se podrían añadir hasta 72.000 millones al PIB y crear 840.000 puestos de trabajo en 2025. Además, el consumo de energía del sector podría reducirse un 28% y la huella de carbono descendería hasta un 94%.
En la última década han sido frecuentes las manifestaciones públicas de las operadoras para pedir un cambio en la regulación A primeros de febrero, Telefónica, Orange, Vodafone y Deutsche Telekom firmaron una carta conjunta en 'Financial Times' en la que solicitaban que los gigantes tecnológicos contribuyeran a la financiación de las redes, ya que la situación actual no es sostenible" y la carga de la inversión "debe repartirse de forma más proporcionada" entre los distintos actores.
Días después, en el MWC 2022 de Barcelona el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, pedía un cambio en la regulación del sector en este sentido para adaptarla a los nuevos tiempos marcados por la digitalización. "Es imposible afrontar los nuevos tiempos con las viejas normas. Nuestro sector no pide privilegios, sino justicia", subrayaba.
Un mensaje que también fue compartido por otras compañías del sector en la misma feria y en el que la patronal ETNO ha seguido insistiendo posteriormente. De hecho, esta misma semana ha publicado en su web un nuevo artículo con el que busca dar respuesta a las dudas que pueda generar su petición.
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