Mapa de las inversiones de PIF.

Mapa de las inversiones de PIF. Diseño: Arte EE.

Fondos de inversión

Los tentáculos del poder saudí en el mundo: Telefónica, la última pieza de su ‘cacería’ para no depender del crudo

La cartera del Fondo de Inversiones Públicas (PIF) de Arabia Saudí está formada por casi un centenar de compañías radicadas en 16 países.

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Telefónica es la última pero no la única compañía en la cartera del Fondo de Inversiones Públicas (PIF, por sus siglas en inglés) de Arabia Saudí. El fondo -que controla el 64% de Stc, empresa a través de la que ha entrado en la teleco española- invierte en Microsoft, JPMorgan, Alibaba o Linde para reducir la dependencia de la economía saudí del petróleo, que está en proceso de extinción.

En total, y según datos de Refinitiv, la cartera del fondo soberano wahabí tiene un valor de casi 300.000 millones de dólares. Está formada por casi un centenar de grandes empresas radicadas en 16 países diferentes.

La mayoría del porfolio, el 81,66%, lo protagonizan compañías saudíes. De todas ellas, la principal posición es Saudi Arabian Oil, o lo que es lo mismo, Aramco. La petrolera nacional -la empresa más valiosa del mundo- tiene un peso de casi el 28,5% en PIF, equivalente al 4% de su capital. Dicha posición está valorada en unos 83.230 millones de dólares.

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La segunda posición de la cartera es, precisamente, el principal accionista de Telefónica, Stc. La teleco tiene un peso del 12,7% en PIF, que detenta el 64% de Stc. A precios actuales, esta inversión tiene un valor de más de 37.000 millones de dólares.

Aunque el peso total de las compañías estadounidenses es inferior a la de las saudíes -un 13%-, su número es superior. En total, el Fondo de Inversiones Públicas invierte en la actualidad en más de 40 empresas de Estados Unidos.

La mayor de todas ellas es el fabricante de coches eléctricos Lucid. Tanto es así que PIF tiene en su haber más del 60% del capital social de la compañía.

Le siguen otros nombres más conocidos, como las productoras de videojuegos Electronic Arts y Activision Blizzard. De hecho, es el principal accionista de Electronic Arts y el tercero de Activision Blizzard.

Su apuesta por la tecnología made in USA va mucho más allá llega a gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Meta, además de a la compañía de software Salesforce y a la empresa de microchips AMD. Asimismo, posee un porcentaje de las acciones de Zoom y de la red social Pinterest.

PIF también cuenta con participaciones en el sector financiero estadounidense. Invierte en el mayor banco de Estados Unidos por activos, JPMorgan, y en la gestora más grande del mundo, BlackRock. Pero su exposición no termina aquí: cuenta con una parte del capital de Visa y de la solución de pagos online PayPal.

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De la misma forma, invierte en algunas de las principales cadenas de supermercados estadounidenses, como son Walmart y Costco, y en las cafeterías de Starbucks. La cartera se completa con otras empresas reconocidas internacionalmente como Booking o Fedex y con otras de menor tamaño.

El fondo, controlado por la familia real de Arabia Saudí -del que su cara más conocida es Mohamed bin Salman-, posee además el 0,25% de Linde. La empresa de origen alemán, pero radicada en Irlanda, es uno de los principales productores del mundo de gases industriales.

De Aston Martin a Nintendo

Mucho mayor que la de Linde es su presencia en el accionariado de Aston Martin. En concreto, Arabia Saudí es el tercer principal accionista del fabricante de coches y propietario de la escudería con la que compite Fernando Alonso en la Fórmula 1. Tiene el 16,4% de su capital, valorado en unos 460 millones de dólares.

En Europa, y más allá de Telefónica, también cuenta con una pequeña inversión en la alemana SIGNA Sports, un holding del que dependen tres compañías de ecommerce especializadas en el sector del ciclismo y otras cuatro, en tenis.

Los tentáculos del poder saudí también se extienden por Asia. Aunque de manera testimonial, está presente en dos gigantes chinos del comercio electrónico como son Alibaba y Pinduoduo.

Asimismo, al poseer el 8,5% de su capital, es el principal accionista del fabricante de videoconsolas y desarrollador de videojuegos Nintendo. El valor de mercado de su participación en la compañía japonesa es de 4.200 millones de dólares.

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De forma similar, es el cuarto accionista de Toei Company, propietaria de los estudios de animación creadores de series como Dragon Ball o Los Caballeros del Zodiaco.

La inversión asiática de Arabia Saudí se completa con algunas compañías singapurenses y de Corea del Sur. Además, invierte en empresas de países de su entorno geográfico como Omán, Baréin, Jordania y Egipto.

Visión 2030

De esta forma, la monarquía saudí intentan reducir su dependencia económica al crudo. Las distintas inversiones del Fondo de Inversiones Públicas se encamarcan dentro del plan estratégico denominado Visión 2030.

Presentado en 2016 por bin Salman en 2016, y tal y como informó entonces Bloomberg, el objetivo del país es que sus ingresos no petroleros alcancen los 267.000 millones de dólares en 2030.

"Técnicamente, esto hará de las inversiones y no del petróleo la fuente de ingresos del gobierno saudita. Así seremos un Estado que no dependerá principalmente del crudo", explicó el príncipe heredero durante la presentación de esta hoja de ruta.