L.P.
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Nuevas subidas del gas natural en Europa. El precio de esta materia prima ha escalado en las últimas jornadas, mientras los países hacen acopio de esta materia prima de cara al invierno. Es la cuarta sesión consecutiva en la que se sitúa por encima de los 200 euros por megavatio hora (MWh).

Exactamente, el gas natural TTF, el de referencia en el Viejo Continente, subía este martes un 8,95% y alcanzaba los 239,82 euros/MWh en su particular 'rally'. Desde que comenzó agosto, el precio de esta materia prima se ha incrementado más de un 15%.

Tal y como ya informó EL ESPAÑOL – Invertia, el encarecimiento del gas está propiciado por la sequía. Como ejemplo, la falta de agua del río Rin en Alemania  dificulta el transporte de bienes industriales, incluidos los combustibles. Esto obligaría a la economía germana a recurrir cada vez más al gas o directamente a pararse.

Todavía lejos de máximos

Pero el impacto de la sequía no se limita solo al tránsito por el Rin. La falta de agua ha provocado menos generación eléctrica de centrales hidroeléctricas en España, de nuclear en Francia y de las térmicas de carbón en Alemania. Todo ello ha impedido reducir la dependencia del gas ruso.

Aunque todavía está lejos del máximo histórico de casi 335 euros/MWh alcanzado en marzo, el precio actual multiplica por más de cinco veces el de hace un año, cuando rondaba los 46 euros/MWh, según datos de Reuters.

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La subida de este martes se sumaba a la escalda de casi el 7% registrada el lunes. Coincidió con el anuncio de la nueva tasa que el Gobierno alemán aplicará a los precios del gas para distribuir entre hogares y empresas el aumento de los costes del combustible.

Según ha anunciado este lunes Trading Hub Europe (THE), la sociedad conjunta formada por las operadoras de gas, el importe del cargo para la neutralidad en la adquisición de gas equivaldrá a 24,19 euros/MWh y se cobrará desde el 1 de octubre de 2022 sobre todas las cantidades de gas retiradas diariamente.

Alemania, gran perjudicada

Según estimaciones de la prensa alemana, el sobrecoste en la factura del gas para una familia de cuatro miembros en una vivienda unifamiliar rondará los 480 euros al año.

Alemania está siendo el país de la Unión Europea (UE) más castigado en la crisis energética que azota el bloque desde que comenzó la guerra en Ucrania. Los depósitos de gas germanos se encuentran en estos momentos casi al 75% de su capacidad, por lo que es de prever que se cumpla el objetivo del Gobierno de alcanzar esta marca de cara al 1 de septiembre.

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El Ejecutivo aspira a llenar los depósitos en un 85% antes del 1 de octubre y que hasta el 1 de noviembre se alcance el 95%. El ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, anunció el pasado viernes que en invierno los edificios públicos sólo se calentarán hasta una temperatura de 19 grados para ahorrar energía, con la excepción de hospitales e instalaciones de uso social.

La UE acordó a finales de julio reducir la demanda de gas en un 15% entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023 -respecto al consumo medio de los últimos cinco años- de manera voluntaria primero y, en caso de estado de alerta, como por ejemplo si hay un corte total del suministro ruso, de forma obligatoria.

Cortar la dependencia

En este contexto, Bruselas quiere que se refuercen las interconexiones energéticas entre Francia y España, desarrollando los proyectos eléctricos en curso y creando también nuevas infraestructuras para aprovechar las terminales de gas natural licuado (GLN) de la península ibérica, que en el futuro servirían también para transportar de hidrógeno.

En los últimos días, el canciller alemán, Olaf Scholz, se ha pronunciado a favor de un gasoducto que transporte gas desde Portugal y a través de España y Francia hacia el resto de Europa, para cortar la actual dependencia del gas ruso.

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Scholz lamentó que éste no se hubiera construido todavía, ya que ahora se echa en falta "de forma dramática" la "masiva contribución" que estaría prestando al abastecimiento del norte de Europa.

El gigante ruso Gazprom interrumpió totalmente el suministro de gas a mediados de julio, con el argumento de que debían realizarse tareas de mantenimiento. Cuando se restableció el servicio, el volumen había bajado al 20% de sus capacidades, frente al 40% que recibía anteriormente.