La extrema sequía que vive Europa parece una maldición bíblica que impide dejar de depender del gas ruso. Los esfuerzos de la Unión Europea para salir de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania se debilitan, porque la falta de agua ha provocado menos generación eléctrica de centrales hidroeléctricas en España, de nuclear en Francia y de las térmicas de carbón en Alemania.
"La ola de calor en España presiona a Iberdrola a quemar más gas a pesar de su alto precio, ya que la producción hidroeléctrica ha caído un 52% en comparación anual", explica la consultora Vertis, entidad especializada en comercio de emisiones.
"Esta situación ha desencadenado un aumento del 21% en la producción de la empresa en lo que respecta a la generación cubierta por el mercado de emisiones de CO2", añaden.
[La generación hidroeléctrica, en cuestión: los embalses en mínimos históricos al empezar el verano]
La generación hidráulica en la última semana de julio cayó hasta representar el 4% del mix eléctrico, según datos de la consultora Antuko. El gas fue la primera fuente de energía eléctrica durante el 83% de la semana, seguida de la solar (10%) y la eólica (7%).
La falta de lluvias acumulada en el conjunto de España desde que el 1 de octubre de 2021 comenzó el año hidrológico hasta el 1 de agosto de 2022 es de un 32,46% por debajo a los valores normales para este periodo.
Según datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica a Europa Press, los embalses nunca habían tenido menos agua guardada en la actual semana, la 31, desde el año 1995, es decir, en los últimos 27 años, cuando estaban al 32,14%. Y lo peor es que AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) predice más calor y una preocupante sequía hasta octubre, con menos precipitación de la normal.
Peligro para la nuclear en Francia
Francia se enfrenta a la peor sequía desde 1958, provocada por la falta de lluvia y las sucesivas olas de calor. Todo el territorio galo se encuentra oficialmente en estado de sequía, después de que París y sus alrededores declararon este martes el estado de vigilancia por la falta de agua.
"Con un déficit de precipitaciones del 88%, Francia ha sufrido el mes de julio más seco de su historia", destacó el ministro de Transición Ecológica, Christophe Béchu en Twitter.
La subida del termómetro pesa sobre la producción de electricidad nuclear. En julio ya se había concedido una derogación temporal de las normas medioambientales a cuatro centrales eléctricas, según publica France24.
Ultradependientes del agua, las instalaciones nucleares deben estar permanentemente refrigeradas para poder operar con total seguridad. Esto explica su construcción junto al mar o cerca de ríos, de donde extraen grandes cantidades de agua. Cuando enfrían el núcleo de la central se devuelve de nuevo a la naturaleza pero más caliente.
Si el caudal del río Ródano sigue bajando, a pesar de la parada de los reactores de la central construida a su lado, "ya no tendríamos suficiente agua para garantizar su refrigeración mínima, con el reactor parado. Viviríamos entonces, en Francia, una catástrofe del tipo de Fukushima", asegura Johnny Da Silva, ingeniero térmico y expresidente de Sortir du Nucléaire París.
No llega el carbón a Alemania
Y si para España, la gran hidráulica es una tecnología de respaldo y para Francia la nuclear es la base de su generación eléctrica, para Alemania seguir quemando carbón y retrasar el cierre de sus centrales térmicas es la alternativa a importar gas ruso.
Sin embargo, la sequía también lo está complicando. Según datos de la asociación comercial del carbón Euracoal, publicado por 'Politico', actualmente hay unos 8 millones de toneladas de carbón estancadas en los puertos.
Es probable que los cuellos de botella y los déficits de suministro se sientan más intensamente en Polonia y Alemania.
Gran parte del carbón de la UE, que llega a través de los puertos de Ámsterdam, Róterdam y Amberes, viaja a lo largo del río Rin en barcazas. Las temperaturas inusualmente altas de este mes han bajado los niveles de agua del río a 65 centímetros, reduciendo en dos tercios la cantidad de carga que pueden transportar las barcazas, según Alex Thackrah, analista senior de carbón de la firma Argus Media.
Aunque las centrales eléctricas suelen tener sus propios almacenes, el carbón que no se les puede entregar se suele almacenar en los puertos a la espera de su posterior transporte, pero "los inventarios en los puertos europeos se acercan a los niveles máximos", dijo Mark Nugent, analista del corredor marítimo Braemar.
La sequía solo es la guinda del miedo que hay en Europa a que haya cortes de suministro este invierno. Los contratos de futuros del índice de referencia, el holandés TTF, siguen en precios récord; el índice se ha consolidado por encima de los 200 euros/MWh.
La consultora Tempos Energía califica "las perspectivas gasísticas para Europa, por lo menos en el corto plazo, como sombrías". Ante un corte severo de Rusia, el CEO y director de Tempos Energía, Antonio Aceituno, señala un escenario muy complejo, ya que el gas "podría alcanzar en nuestros país la cota de los 200 euros/MWh" (ahora está por debajo del precio TTF).
Una vez asentados en este valor, el precio de la energía podría sobrepasar los 350 euros/MWh, advierte el experto.