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En las últimas semanas varios miembros del Banco Central Europeo (BCE) han puesto sobre la mesa la necesidad de una subida de tipos de 50 puntos básicos para luchar contra la inflación. Las expectativas de que la institución sea más agresiva de lo inicialmente previsto permiten al euro esquivar la paridad frente al dólar.

La divisa europea ha logrado cortar la pérdida de valor que sufría frente a la moneda estadounidense. Ahora en torno a los 1,07 'billetes verdes', a primeros de mayo llegó a caer por debajo de los 1,04, mínimos que no se veían desde mayo de 2016.

Prácticamente al mismo tiempo, el índice dólar -un indicador que mide la evolución de la moneda de Estados Unidos (EEUU) frente a algunas de las divisas más importantes del mundo- alcanzó máximos de los últimos 20 años.

Refugio

En la primera parte del año, el euro se ha visto afectado por diversos factores que, por el contrario, han impulsado al dólar. Considerada históricamente como uno de los mejores activos refugio, la divisa estadounidense se ha beneficiado de la búsqueda de seguridad por parte de los inversores.

Huían del riesgo de las bolsas y otros activos financieros ante una posible recesión económica propiciada por los cierres de las principales ciudades chinas como parte de la estrategia de 'cero covid' del país, el aumento de la inflación en todo el mundo y el agresivo endurecimiento de la política monetaria de los principales bancos centrales.

Los efectos que sobre la economía de la eurozona pueda tener la guerra en Ucrania también han lastrado al euro. Por el contrario, la lejanía de EEUU del conflicto y las menores implicaciones en su política energética han beneficiado al dólar.

Pero los últimos datos económicos descartan, por ahora, que la economía de la eurozona esté abocada a sufrir una recesión. Por el contrario, las cifras sobre la actividad privada de la región sugieren que el crecimiento sigue siendo sólido, especialmente en lo que al sector servicios se refiere.

Economía

Además, durante el primer trimestre de 2022, el producto interior bruto (PIB) de la eurozona creció un 5,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El incremento fue del 0,3% respecto a los tres últimos meses de 2021.

Estas cifras contrastan con las de EEUU. En el mismo plazo, la economía estadounidense se contrajo un 1,5% en comparación anual y un 0,4% frente al cuarto trimestre del ejercicio anterior.

Pero el factor determinante que ha lastrado la evolución del euro frente al dólar ha sido la divergencia entre las políticas monetarias de la Reserva Federal (Fed) y el BCE.

"Mientras la Fed señalaba uno de los ciclos de endurecimiento más agresivos entre los principales bancos centrales, el BCE continúa muy por detrás de sus pares y ha tardado en dar un giro hacia una retórica más agresiva", explica Itsaso Azpeteguia, analista de Ebury.

Pero ese giro ha llegado. En las últimas semanas, algunos de los miembros de su Consejo de Gobierno han empleado un tono más duro.

Muchos de ellos han defendido una subida de tipos de 50 puntos básicos como la mejor manera de luchar contra la subida de los precios en la eurozona. En mayo, la inflación anual se disparó hasta el 8,1%, un incremento que pulverizó todos los récords registrados desde la creación del euro.

Tipos

El mercado da por hecho que la primera subida de tipos por parte del BCE en más de una década tendrá lugar en julio, después de que el organismo dé por concluidas las compras de deuda.

Pero esos últimos comentarios han aumentado las expectativas sobre el calibre del incremento y sobre los siguientes pasos que dará la institución.

Los analistas de Bank of America esperan ahora una subida de 50 puntos básicos en la cita de julio y otra en la misma proporción en septiembre. "Lo que ocurra después es más incierto", explican en la entidad, que ahora contempla un alza de 150 puntos a lo largo de todo 2022.

Sin embargo, el escenario central sigue siendo de un incremento de 25 puntos básicos, tanto en la cita de julio como en la de septiembre, para devolver la facilidad de depósito -ahora en el -0,5%- a terreno positivo en el noveno mes del año.

Es lo que opinan, por ejemplo, en AXA Investment Managers. Pero su economista jefe, Gilles Moëc, puntualiza que "la probabilidad de un alza de 50 puntos básicos como reacción a la reciente aceleración de la inflación está aumentando". La fía a la publicación del índice de precios de consumo (IPC) de junio.

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, considera que las expectativas de subidas de tipos son ahora iguales tanto en la eurozona como en EEUU: del 2% en los próximos tres años. Lejos de pensar que el euro llegará a la paridad con el dólar, en Ebury esperan que la divisa europea repunte en los próximos meses.

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