La crisis que sufre el sector inmobiliario de China se agrava por culpa de los problemas de Evergrande
El contagio a todo el sector ya es evidente pero el gobierno del país no parece reaccionar.
10 noviembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
Llevaban años apareciendo reportajes en los medios occidentales sobre ciudades “fantasma”, con advertencias de prestigiosos analistas avisando de la situación de burbuja que el sector vivía allí. Pero la opacidad general de todo lo que viene de China había minusvalorado el problema. Hasta que llegó Evergrande.
Esta compañía –que no es sólo inmobiliaria aunque sea su principal actividad- ya es conocida por todos y aunque la falta de transparencia sigue siendo la misma, a nadie se nos escapa lo mal que está su situación financiera.
Sin duda lo peor de Evergrande es su tamaño, con más de 300.000 millones de dólares de pasivo (un poco menos de la mitad que Lehman Brothers, la mayor de la historia), una quiebra podía ser un evento sistémico. Y por eso se consideraba que el gobierno chino, con un músculo financiero tan enorme como el que tiene, jamás la dejaría caer.
No sólo por el coste económico (muchas otras empresas tienen negocios con Evergrande, y ésta a su vez está implicada en muchos sectores), también el social (por el elevado número de empleados y clientes) y por el contagio que podría provocar, tanto en el sector, como en la desconfianza del inversor extranjero hacia el país.
Pero según pasa el tiempo, menos interés parece mostrar el gobierno de Xi Jinping en salvar a Evergrande, que parece condenada a una reestructuración de deuda.
Los apuros de Evergrande
Se ha filtrado que China Evergrande Group vendió en octubre dos de los aviones privados de la empresa con el fin de reunir recursos para evitar un impago. En concreto habría obtenido 50 millones de dólares, según The Wall Street Journal.
Recordemos que el 23 de octubre, apurando el mes de gracia, Evergrande pudo pagar los 83,5 millones de dólares que debía del cupón del 23 de septiembre, y que hizo lo mismo unos días después con otro de 47,5 millones que había cumplido el 29 de septiembre. En ese momento nadie explicó de dónde había salido el dinero.
El pasado sábado debía haber abonado 82,49 millones de dólares de dos cupones, y de nuevo no lo hizo, confiando en que el mes de gracia que le queda pueda proporcionarle la liquidez necesaria.
Liquidez que probablemente tenga pero que ha guardado para este jueves (el famoso 11 del 11, el Día de las Compras en China), en el que se cumple otro mes de gracia de tres cupones que suman casi 149 millones de dólares.
En esta ocasión Evergrande sí que parece que ha podido tener unos ingresos que pueden cubrir el pago: la venta de Protean Electric a la empresa de movilidad eléctrica Bedeo.
Evergrande compró Protean en 2019 por 58 millones de dólares. Protean fabrica motores 'in-wheel' que se utilizan en automóviles eléctricos, vehículos autónomos y furgonetas comerciales.
La compañía, que dirige Andrew Whitehead, exdiseñador de motores de carreras de Fórmula Uno para Honda Motor, tiene alrededor de 150 empleados repartidos entre el Reino Unido, China y Estados Unidos y ha obtenido más de 200 patentes.
No han trascendido cifras, pero dado el auge del sector la cantidad a ingresar por la empresa china debería acercarse mucho a la deuda que vence el día 11. Además, vendió una participación de 52 millones de dólares en HengTen Networks Group este martes con lo que ya debería ser suficiente.
Por otra parte, Evergrande está empeñada en mostrar una apariencia de normalidad que no cuadraría con el hecho de no poder pagar una cantidad totalmente asumible y no evitar con ello el default.
En un comunicado publicado en su cuenta de WeChat (el whatsapp chino) a finales de octubre, Evergrande dijo que había reiniciado el trabajo en más de 10 proyectos en seis ciudades: Shenzhen, Dongguan, Jiangmen, Shanwei, Zhuhai y Zhongshan, mostrando fotos de edificios y trabajadores en los sitios de construcción. Añadió que entre julio y octubre finalizó la construcción de hasta 184 promociones.
Aunque según estimaciones de algunos analistas, la compañía todavía tiene que construir o terminar de construir unos 1,3 millones de viviendas que vendió sobre plano.
El polémico Xu Jiayin
Cuando contamos aquí que se había filtrado que desde el gobierno se había sugerido al fundador de Evergrande que usara su propia fortuna para resolver los apuros financieros de la compañía, se nos ofreció otra pista de hasta qué punto las autoridades se desentienden de este asunto.
Pero más allá de lo difícil que pueda ser entender esta actitud del gobierno, ha despertado la curiosidad sobre cuál es la fortuna real de Xu Jiayin, más allá del valor de las acciones que posee en la empresa (a cierre del viernes, unos 7.000 millones de dólares, lejos de los 42.000 millones de hace cuatro años).
Cuando recorría el mundo en un jet privado, derrochando en mansiones y joyas, su extravagante estilo de vida apenas destacaba entre el pujante grupo de multimillonarios del país. Pero desde que hace un año el gobierno castigara a Jack Ma, entonces el chino más rico, frustrando la salida a bolsa de Ant Group, la ‘fintech’ de Alibaba, presumir de riqueza ya no está tan bien visto.
Se calcula que Xu Jiayin ha recibido más de 7.000 millones de dólares en dividendos desde que la empresa empezó a cotizar en 2009, cantidad que quizás es a la que se refieren las autoridades, podría utilizar para ir pagando los cupones que van venciendo.
No sería el primer magnate inmobiliario chino que proporciona a su empresa la financiación que tanto necesita: Las acciones de Guangzhou R&F Properties Co. subieron el mes pasado después de que los principales accionistas comprometieran 1.000 millones para financiarla.
Xu Jiayin y su esposa controlan el 77% de Evergrande, la mayor parte a través de una entidad de las Islas Vírgenes Británicas, Xin Xin (BVI) Ltd., según una presentación realizada recientemente en la bolsa de Hong Kong. En 2014, compró una mansión de 30 millones de dólares en Sídney utilizando una cadena de empresas fantasma en cascada. Más tarde, Australia le obligó a vender la propiedad porque el acuerdo violaba las reglas de inversión extranjera.
Xu Jiayin acumuló muchos de sus activos a través de las empresas de Evergrande o de sociedades ficticias en el extranjero, una táctica habitual de los ricos para proteger legalmente sus activos de los acreedores, las autoridades fiscales y el escrutinio público. Fue uno de los magnates asiáticos que aparecieron en los Papeles de Panamá en 2016.
Pero este año ha visto caer su fortuna personal en unos 25.000 millones de dólares, según la revista china 'Hurun Report'. De esta manera, el empresario de 63 años de edad protagoniza la mayor pérdida patrimonial entre los cerca de 3.000 ciudadanos chinos que aparecen censados en la lista anual de las mayores fortunas de China.
La caída de Xu Jianyin desde la quinta posición de la lista de 2020 al puesto 70 en la edición de 2021, después de ver reducida en casi un 70% su fortuna estimada durante el último año, ha provocado que por primera vez ningún representante del sector inmobiliario aparezca entre las diez mayores fortunas chinas.
Xu Jianyin ha intentado siempre llevarse bien con el Partido Comunista de China. Es miembro del Comité Consultivo Político, que ayuda a asesorar al gobierno sobre políticas, y ha presumido de que su empresa creó millones de puestos de trabajo y pagó miles de millones de yuanes en impuestos.
Pero pocos dudan que ya ha perdido las simpatías de los dirigentes gubernamentales y sin su ayuda parece muy complicado que pueda salir adelante sin una reestructuración de deuda. Mientras, el contagio continua.
Crisis del sector
Kaisa es una inmobiliaria china, la número 25 del país, que no sería noticia si no fuera porque Evergrande ha puesto el foco en el sector. Incumplió un pago el pasado jueves y el viernes fue suspendida su cotización en la bolsa, en la que cae un 71% en lo que llevamos de 2021.
Fantasia Holdings Group Co Ltd, Sinic Holdings (Group) Co Ltd, China Properties Group Ltd y Modern Land (China) Co Ltd han incumplido sus obligaciones de deuda en dólares el mes pasado. Fantasía ha vuelto a cotizar hoy en el mercado tras estar suspendida desde septiembre. En sus primeras operaciones ha caído un 40%.
A Kaisa le ocurre esto cuando en junio había pasado la prueba de las Tres Líneas Rojas, que es una normativa aprobada el año pasado, en la que el gobierno chino concede o no el visto bueno a las promotoras inmobiliarias para que puedan endeudarse más.
Las firmas que quieran aumentar su pasivo en un 15% deben cumplir con tres requisitos claros: la liquidez debe cubrir el 100% de la deuda a corto plazo, la deuda total no debe superar el capital de la compañía y tampoco suponer más del 70% de los activos totales.
Esto, en la práctica, es una ventajapara los inversores extranjeros que tienen esta “auditoría” gubernamental como garantía. Pero una vez que refinanciar la deuda para las empresas del sector es más y más caro, por culpa del caso Evergrande, las inmobiliarias endeudadas no encuentran liquidez
Kaisa resume muy bien el problema cuando explica que se está enfrentando a "una presión sobre su liquidez sin precedentes".
La inacción del gobierno chino con el caso Evergrande está provocando que problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia en muchas empresas del sector. ¿Hasta dónde quiere tensar la cuerda Xi Jinping?