El precio del mercado eléctrico no remonta. Este viernes marca un nuevo mínimo anual, al derrumbarse a casi cero euros de media todo el día. En concreto hasta los 0,44 euros por megavatio hora (MWh). Se convierte así en el quinto más barato en la historia, incluso con horas en precios negativos, por segunda vez en la historia.
Pero ¿quién pierde y quién gana con este escenario de precios tan bajos? Contrastan con los de hace tan solo dos años, el 7 de marzo de 2022, cuando la luz fulminó su récord histórico pero por arriba: el precio mayorista se disparó hasta los 545 euros/MWh. Si entonces saltaron las alarmas y España se vio inmersa en una crisis energética desconocida hasta la fecha, ¿qué va a pasar ahora?
"Hasta que no fallen la generación eólica y la hidráulica, nadie espera que vaya a haber un cambio sustancial en los precios del mercado mayorista", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Jorge González Cortés, vicepresidente de la comercializadora independiente Gesternova.
"Luego, con la llegada del verano, se esperan precios más moderados al alza, pero ciertamente hay preocupación en qué va a pasar con la continua incorporación de nuevos parques fotovoltaicos en los próximos años", añade González Cortés.
Sin embargo, para las comercializadoras de electricidad y para los consumidores finales, es un buen momento con estos precios bajos. "Las situaciones de precios son cambiantes y hoy nos favorece porque nos permite ser más competitivos. De hecho, estamos creciendo mucho en contraste con lo que ocurrió hace dos años".
"Esta caída del mercado nos permite ofrecer precios y renovaciones de contratos. Muchos clientes se están pasando al indexado (como la tarifa regulada o PVPC) aprovechando la curva de precios", puntualiza.
Incertidumbre en PPAs
La firma de PPAs con tanta volatilidad de precios peligra. En menos de cuatro años el pool ha experimentando el hundimiento por la Covid y la paralización de la actividad económica. Después ha vivido una subida meteórica por la guerra en Ucrania y la falta de gas, y ahora vuelve a caer por el exceso de hidráulica y eólica.
"Con este escenario se complica la firma de nuevos PPAs. Sin esta herramienta, los proyectos no consiguen financiación de los bancos, y la construcción de nuevos parques se paraliza", añade el responsable de Gesternova.
La tendencia de precios bajos en el mercado mayorista de electricidad no es ni nueva ni breve. En la primavera del año pasado ya se apuntaban maneras, y la voz de alarma la adelantó este diario, cuando publicó en mayo de 2023 que el 'parón' de renovables por exceso de generación se multiplicó por 11 en un solo año.
El ya conocido curtailment por vertidos y/o el 'parón' de parques eólicos y solares fotovoltaicos subió a más de un 1.000% respecto a años anteriores. Y este año se traduce en precios cercanos a cero.
'Parón' de nuevos parques
"Peligra la inversión en nuevos proyectos. Si dejan de ser rentables, deja de haber interés en construirlos, pero antes de tomar una decisión estratégica que tendrá repercusión a largo plazo, hay que observar cómo se está comportando la demanda".
A la caída de los precios eléctricos por el exceso de renovables se le une la falta de demanda. "Es la madre del cordero", señalan fuentes del sector eléctrico a EL ESPAÑOL-Invertia.
"El escenario energético está cambiando, y por tanto, hay que tomar decisiones meditadas, sostenidas, pausadas, con visión en el tiempo, pero no se descarta que se paren los desarrollos", añaden las mismas fuentes.
Pero lo primero es preguntarse "qué está ocurriendo para que haya un freno en la demanda, tanto en el segmento doméstico como en el industrial, ¿tiene sentido seguir con la misma política que la de otros años? Habrá que buscar alternativas, pero no se puede tomar una medida trascendental con un contexto puntual".
"Hay que hacer una reflexión de país, del sector y de las empresas sobre por qué hay menos demanda", añaden.
"Y también qué alternativas hay a un exceso de producción solar, qué pasa con el almacenamiento si cierra Almaraz en tres años, o por qué no se conceden puntos de acceso a los centros de datos que quieren estar en España", concluyen.
En cualquier caso, el sector está "con las orejas tiesas" para ver el contexto y hacia dónde conduce un entorno que no favorece continuar con la construcción de más parques, tanto eólicos como fotovoltaicos.