Suma y Sigue. La gasolina parece no tener techo y sigue encareciéndose. En este momento un litro de gasolina 95 se paga a 1,505, lo que supone niveles que no se veían desde febrero del año 2013, y que supone un encarecimiento del 40,3 desde los mínimos alcanzados durante la pandemia.
No sólo la gasolina. El gasóleo también está marcando niveles de máximos. En este caso el litro está en los 1,381 euros, que supone situarse en precios similares a los de septiembre de 2013. Si se analiza desde los mínimos de la pandemia, cuando el litro de gasóleo de automoción estaba en los 0,981 euros, supone un alza del 40,7%.
¿A qué responde este alza de precios? Básicamente al aumento del precio del crudo en los últimos meses. El barril de Brent, de referencia en Europa, ha subido un 56% en lo que llevamos de año. Esto ha influido en las cotizaciones internacionales de la gasolina y del gasóleo; lo que hace que esto se vea reflejado en el surtidor.
Caída del Brent
Ese incremento de precios se debe a la recuperación de la movilidad internacional tras el cierre provocado por la pandemia. Muestra de ello es que en aquel entonces el barril de crudo Brent se desplomaba hasta los 19 dólares que llegó a tocar en mayo de 2020.
Si se analizan los datos de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) relativos a septiembre, ahí se puede comprobar cómo el consumo del combustible de automoción ha subido un 9,3% en septiembre respecto al mismo mes del año pasado. Y en lo que va de año sube un 14%.
En la práctica esto supone que llenar un depósito de gasolina de 50 litros cuesta en estos momentos 75,25 euros en el caso de la gasolina de 95 octanos. En el caso del gasóleo un tanque cuesta 69,05 euros.
Conviene recordar en ese precio que se paga en el litro de gasolina se incluyen todos los componentes del producto. Es decir, desde que se compra la materia prima hasta que llega al depósito. Por tanto, ¿cómo se divide? Hagamos cuentas.
Según los datos de la AOP de los 1,507 cerca del 34% son datos relativos al coste del por mayor. Entre un 16 y un 18% responde a los costes de distribución y márgenes; mientras que el resto, entre el 48% y el 51% son impuestos, tanto el especial de hidrocarburos como el IVA.