Bruselas

Alemania, Holanda, los países nórdicos y los bálticos hacen frente común contra la reforma del mercado eléctrico europeo que reclama el Gobierno de Pedro Sánchez (con el apoyo de Francia, Portugal o Grecia) para frenar el alza de la luz. Berlín ha firmado este lunes una declaración con otros ocho países en la que sostiene que modificar el sistema de fijación de precios de la electricidad no servirá para mitigar la actual crisis energética y supone una amenaza al mercado único europeo.

La declaración conjunta se hace pública un día antes de la reunión extraordinaria de ministros de Energía de la UE que se celebra este martes en Luxemburgo. Los Veintisiete volverán a discutir el encarecimiento imparable de la factura de la luz, pero como ya ocurrió en el Consejo Europeo de la semana pasada no se espera ningún acuerdo debido a la profunda división entre los socios. 

Mientras que España, Francia, Italia, Portugal, Polonia y Grecia reclaman medidas urgentes a escala europea para hacer frente a lo que consideran una "crisis sin precedentes", Alemania, Holanda, los países nórdicos y los bálticos sostienen que la subida de precios es un fenómeno transitorio y por eso se oponen a cualquier intervención por parte de Bruselas y piden responder con iniciativas exclusivamente nacionales.

"Las causas de la actual subida de precios se deben principalmente a la alentadora recuperación económica mundial y a otros factores relacionados con la demanda y oferta de combustibles fósiles, pero no al diseño de los mercados energéticos de la UE ni a la política climática", sostiene la declaración encabezada por Alemania. La firman también Austria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, Letonia y Holanda. 

"El mercado interior del gas y la electricidad se ha construido de forma conjunta y progresiva durante las últimas décadas. Unos mercados competitivos contribuyen a la innovación, la seguridad de suministro y, por tanto, son un elemento clave para facilitar la transición energética", sostiene el texto.

"Dado que los picos de precios se deben a factores globales, debemos tener mucho cuidado antes de interferir en el diseño de los mercados interiores de la energía. Esto no será una solución para mitigar de los precios de la energía, que está vinculado a los mercados de combustibles fósiles", avisan Alemania y sus socios. 

"Unos mercados de la energía transparentes y competitivos generan eficiencia y precios competitivos a los usuarios finales. Por lo tanto, no podemos apoyar ninguna medida que entre en conflicto con el mercado interno del gas y la electricidad, por ejemplo, una reforma ad hoc del mercado mayorista de electricidad", concluye la declaración. 

La modificación del diseño actual marginalista del mercado eléctrico europeo (que se traduce en que es la tecnología más cara -el gas- la que fija el precio de la luz) es la principal demanda de Francia y España como solución a la actual crisis energética. Los dos países reclaman romper este vínculo entre el precio del gas y la electricidad, de forma que se sienta el efecto en la factura de las renovables, mucho más baratas.

Medidas nacionales

Sin embargo, la Comisión de Ursula von der Leyen no ha incluido esta propuesta en su "caja de herramientas" para amortiguar la escalada de precios. Bruselas se ha limitado a encargar a la Agencia para la Cooperación de los Reguladores Energéticos de la UE (ACER, por sus siglas en inglés) un estudio sobre el funcionamiento del mercado eléctrico. Las primeras conclusiones se esperan para noviembre, pero el informe final no llegará hasta abril de 2022.

Alemania y sus socios insisten en que, a corto plazo, el alza del precio de la luz debe abordarse con "medidas nacionales temporales y selectivas" para proteger a los hogares y a las empresas más vulnerables. "Estas medidas deberían poder ajustarse fácilmente en primavera, cuando se espera que la situación vuelva a niveles medios", dice la declaración conjunta. 

A medio plazo, la solución debe basarse en acelerar el despliegue de energías renovables. Por eso, los 9 países reafirman su apoyo al arsenal de medidas propuestas por Bruselas para reducir las emisiones de CO2, frente a las críticas de Polonia, Hungría y República Checa, que culpan a la transición verde de la actual crisis. "Una transición energética bien gestionada no es la causa, sino parte de la solución para mantener unos precios asequibles y predecibles".

Alemania y sus socios defienden además mejorar las interconexiones con el objetivo de alcanzar el 15% de interconexión eléctrica de aquí a 2030 y mejorar así la integración del mercado de la UE. Una meta de la que España sigue estando muy lejos, ya que se mantiene como una "isla energética" en Europa, según la definición del Gobierno de Pedro Sánchez.

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