El precio de la luz pulveriza récords y nadie parece que pueda detenerlo. Por eso, el Gobierno busca alternativas que estén en su mano para evitar que el coste energético de al traste con la recuperación económica.
Pero está luchando contra un Goliat. El precio internacional del gas sigue batiendo cifras históricamente altas día tras día, no solo porque haya caído el suministro que viene desde Rusia a Europa hasta en un 75%, también se ha reducido las entregas desde Noruega y el huracán Ida amenaza con retrasar la llegada del GNL (gas natural licuado que llega por barco) desde Estados Unidos.
A ello se une la rápida escalada del precio del CO2, que en tan solo un año se ha duplicado y si nadie lo remedia, seguirá subiendo sin techo. Ya ha roto el umbral de los 60 euros/Tn, pero hay analistas que apuntan que podría llegar hasta los 100 euros.
Con este panorama, es un reto titánico evitar que no se traslade a los precios eléctricos.
Medidas políticas
"Los motivos que hacen que el precio de la luz esté disparado están fuera del alcance del Gobierno", señala a Invertia Francisco Valverde, experto en el sector eléctrico y consultor en desarrollo del área de renovables de eficiencia energética del grupo Menta Energía.
Aún así, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quiere intentarlo. Por eso, en su comparecencia en el Congreso, ha presentado toda una batería de medidas entre la que destaca la modificación del diseño de la tarifa regulada (PVPC), al que están acogidos unos 10 millones de hogares.
Ha sugerido eliminar el sistema de fijación de precios, hasta ahora indexado por horas al mercado mayorista, pero ha descartado una intervención pública, tal y como le demanda su socio de coalición, Unidas Podemos.
"Lo más barato de todo lo que existe hasta ahora es el PVPC, todos los comparadores así lo demuestran. Es más barata que las ofertas del mercado libre, tanto de comercializadoras independientes como de las grandes eléctricas", continúa Valverde.
Por eso, no se entiende por qué cambiar algo que funciona. "Todo lo que sea indexar a precios futuros va a ser pagar de más".
Además de la reforma del PVPC, Ribera ha enumerado todas las propuestas que ya estaban encima de la mesa: aprobar el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, eliminar los dividendos del CO2, impulsar la eficiencia energética y seguir impulsando los PPAs (contratos de compraventa de electricidad bilatelares a largo plazo) de la industria electrointensiva, así como el autoconsumo y las comunidades energéticas.
"Lo único que es verdaderamente novedoso es que alargará la eliminación del 7% del impuesto a la generación eléctrica, el IVPEE, hasta final de año", añade el experto.
Esperando al viento
La única alternativa que nos queda es que llegue el viento. La eólica ha demostrado en estos últimos años que, gracias a ella, baja el precio de la luz. Pero septiembre es un mes malo para que el dios Eolo se haga presente en nuestro país.
"Puede que entre algo de viento entre el martes y el miércoles por la noche, lo que podría aliviar algo los precios, pero sería puntual", señala Valverde.
Habrá que esperar a octubre, y con más seguridad a noviembre, para que el viento sople con fuerza y salve a nuestra economía de una agonía que se alargará muchos meses. "Que no nos extrañen precios que rocen los 140 euros/MWh en septiembre, será muy factible", concluye.
Mientras tanto, además de las medidas políticas, hay dos opciones para el consumidor: aplicar medidas de eficiencia energética o bajar todo lo posible su consumo eléctrico y apostar por instalaciones de autoconsumo que reduzcan la dependencia de la red eléctrica.