Donoso (UNEF): "Estar en contra de los parques solares es parar la economía del país”
La industria fotovoltaica en España está viviendo unos años dorados, pero los megaproyectos solares despiertan el recelo de ciertos sectores.
20 marzo, 2021 02:43Noticias relacionadas
En el año de la pandemia y de la parálisis económica, hay un sector que no ha parado: la industria fotovoltaica. Más aún, ha conseguido crecer hasta niveles récord, siendo 'a mercado' o PPA 2.821 MW de capacidad instalada. También en autoconsumo, con 596 MW más, un 30% más de los 459 MW del año anterior. Es un hito en el mercado europeo.
Sin embargo, se empiezan a escuchar voces en contra de un posible exceso a la hora de ocupar terreno rural para colocar, en algunos proyectos, miles de paneles solares que necesitan varios miles de metros cuadrados.
Invertia habla con José Donoso, director general de UNEF, la asociación fotovoltaica de España, que explica los beneficios sociales y ambientales de esa tecnología, que ya comienza a tener su protagonismo en el mix eléctrico. La solar fotovoltaica ha alcanzado el miércoles 17 de marzo, a las 14.03 horas los 8.095 megavatios (MW) de potencia de generación instantánea. Cubre así cerca del 25,5% de la demanda de ese momento y encadenando cinco días consecutivos rompiendo sus propias marcas, según (REE).
No se puede poner en riesgo la transición ecológica, no se puede poner en riesgo la economía de nuestro país.
¿Cuál es la situación del sector fotovoltaico en este momento? ¿De dónde viene y cuáles son las expectativas para 2021?
En 2020 hemos superado las expectativas, no solo en plantas sobre el suelo, sino en autoconsumo. Incluso el año pasado se han conectado 300 MW 'a mercado', es decir, que no recibirán retribución por haber ganado una subasta o por haber firmado un PPA.
Y en el resto de Europa, la industria también tiene una buena posición. Alemania incluso ha superado a nuestro país en capacidad instalada, pero en el resto de países hay mucha actividad.
En el caso del autoconsumo, lo interesante es que mientras en el sector comercial e industrial los datos se han mantenido, ha habido una cierta ralentización, se ha desarrollado mucho el segmento doméstico. Y eso se debe a la capacidad de ahorro de las familias, que este año ha pasado del 18% al 30%.
¿Qué medidas regulatorias quedan por aprobarse en España para dar el impulso definitivo al sector?
En estos dos últimos años, ha habido un importante cambio regulatorio que ha sentado las bases de este desarrollo, fundamentalmente para las plantas en suelo. Me refiero por ejemplo, a la nueva regulación de los puntos de conexión, eliminando elementos especuladores y dando una mayor garantía de que todos los actores van a tener las mismas condiciones o las mismas oportunidades a la hora de competir.
También hay que destacar el sistema de subastas que se ha diseñado para que sea homogénea, homologada internacionalmente y cuyo precio medio ha estado en torno a los 24,5 euros. Es prácticamente la mitad del precio de mercado de un año normal.
Lo que falta por terminar, y que provoca una especie de moratoria, es definir el cálculo del coeficiente. Se tiene que establecer los nuevos coeficientes.
Esto, que es un término técnico, tiene mucha importancia porque define cuánta energía cabe por un cable. En España tenemos un sistema con criterios de potencia de cortocircuito que es del año 1984. Actualizar estos datos va a permitir que no tengamos que invertir en nuevas infraestructuras y podamos aprovechar las que ya tenemos.
¿Qué porcentaje cree que debería? ¿Hasta cuánto se tendría que ampliar ese coeficiente de cortocircuito? ¿Y cuánta potencia más se podría incorporar utilizando la misma infraestructura?
Actualmente es de 20 y creemos que se puede llegar a 5. Pero no puedo decir una cifra porque dependería de muchos factores, de si se puede instalar un parque en una determinada zona, de cuánta potencia existe ahí, etc. Lo único que se puede asegurar es que estamos hablando de cifras de gigavatios. Podríamos decir que incluso podría aumentarse la capacidad que se pudiera instalar con la misma infraestructura en un 50%.
En España tenemos un sistema con criterios de potencia de cortocircuito que es del año 1984. Hay que actualizarlo.
¿Qué más medidas necesita el sector?
Lo que desde UNEF veníamos pidiendo en los últimos meses. Que un 20% de lo que se subastó, unos 600 MW, se saque a subasta para plantas de menos de 10 MW.
Y por otro lado, que se convoquen subastas específicas para el almacenamiento para empezar a dar señales de precios reales. Y en el autoconsumo, después de la eliminación de las barreras económicas y del impuesto al sol, falta terminar con las barreras administrativas, fundamentalmente las licencias de obra que se piden para los proyectos de autoconsumo en algunas CCAA. Sólo queda un grupo de regiones como es Madrid, Murcia, La Rioja, País Vasco, Asturias y Cantabria. El resto ya lo han eliminado.
Es una regla muy importante porque hace que a veces una licencia de obra deba esperar de 6 a 8 meses. Y por último, la regulación del autoconsumo colectivo, que es fundamental para que llegue a todos los edificios de vivienda. Ahí hay que avanzar en el tema de tener un sistema dinámico de reparto.
Respecto a las grandes plantas solares, hay voces críticas con ello. Es el caso del Club Sénior de Extremadura, un círculo de reflexión y debate integrado por 230 expertos y profesionales, que están preocupados por la situación de la industria eléctrica en Extremadura, en donde, dicen, que se están construyendo los mayores parques fotovoltaicos de Europa.
También, en el mes de diciembre 23 científicos del CSIC firmaron una carta porque podría haber pérdida de biodiversidad con estas construcciones.
Lo que está probado científicamente en este momento es el cambio climático. Criticar este desarrollo es retrasar la transición ecológica o poner en riesgo lo que permite que reduzca las emisiones de CO2. Durante más años los combustibles fósiles han contaminado la atmósfera y tenemos la posibilidad de combatirlo.
Pero respecto a esas críticas, hay una ordenación, una regulación en España. En diciembre pasado el MITECO sacó un mapa donde se ordena el territorio nacional en función de áreas. Prácticamente el 50% del territorio está protegido. Desde UNEF, nos preocupa mucho la biodiversidad, y por eso, desde hace dos años ya elaboramos unas líneas de trabajo para recomendar a las empresas que sigan pautas de sostenibilidad ambiental.
No solo hay que encontrar la misma zona en 25 o 30 años cuando se desmonte la planta solar. Sino que esté mejor. Hemos elaborado unos requisitos para que las plantas fotovoltaicas se conviertan en unas reservas integrales de la naturaleza.
En la construcción de parques solares no se utilizan productos fitosanitarios, como en agricultura, ni se necesita quitar todas las hierbas, con lo que se permite la entrada de ganado y por tanto, se compatibiliza con la vida pecuaria.
Los parques solares también deben evitar ser barreras cinegéticas, es decir, que las vallas tengan agujeros para que los animales puedan entrar y atravesarlas. También que haya unidades para aves, humedales para el desarrollo de la fauna, que no utilicen recursos hídricos locales, que se haga limpieza en seco, que no se utilice hormigón, que se utilice solo hincado. Incluso proponemos que se hagan hoteles de insectos para fav, incluso la instalación de colmenas.
En definitiva, que un parque fotovoltaico se convierta en un santuario.
Si hiciéramos todo el PNIEC con fotovoltaica, solo necesitaríamos el 0,3% del territorio agrícola.
Pero no puede haber vegetación muy elevada, no puede haber árboles, porque entonces los paneles fotovoltaicos no podrían aprovechar la luz solar.
Sí, es posible. Por ejemplo, si queremos para evitar el impacto visual, se puede rodear la zona de árboles, y mejor si son autóctonos de la zona.
Desde UNEF, además, proponemos que la huella de CO2 que se haya producido durante el transporte y fabricación de los componentes se neutralice con repoblaciones forestales en la zona dentro de los planes que haya en cada localidad. Esto complementado con medidas socioeconómicas, fomento del empleo local, priorización de las empresas locales o integración de trabajadores más vulnerables como mujeres y discapacitados. Y por supuesto, que no se recurra a la expropiación para respetar a las personas locales.
Todo esto ha sido consensuado por los cinco principales grupos ecologistas y estamos en contacto permanente con ellos. La fotovoltaica es un paso adelante en positivo para la humanidad.
Pero ¿cómo vamos a comprobar que todos los desarrolladores de las megaplantas fotovoltaicas cumplen con esos parámetros de sostenibilidad?
Porque hemos dado una vuelta de tuerca más para incentivar más el cumplimiento de estas directrices. Hemos lanzado un sello de excelencia. Se lo otorgaremos solo a quienes cumpla todos los requisitos que hemos puesto, se alineen con nuestras directrices y cumplan también los parámetros socioeconómicos como los ambientales.
Otras líneas en las que estamos trabajando son las líneas eléctricas. Es un tema que nadie aborda, pero queremos disminuir el impacto de las líneas eléctricas. Vamos a lanzar una guía de cómo hacer bien los estudios de avifauna para que se estudien en profundidad.
No se puede poner en riesgo la transición ecológica, no se puede poner en riesgo la economía de nuestro país, porque este es uno de los pocos sectores que está creciendo pese a la pandemia, creando empleo y desarrollando una tecnología que es buena para el planeta.
Además, somos muy compatibles incluso con agricultura y con los usos agrarios. Si hiciéramos todo el PNIEC con fotovoltaica, solo necesitaríamos el 0,3% del territorio agrícola.