La ultraderechista Giorgia Meloni 'copia' a Pedro Sánchez con su impuesto a la banca
El anuncio provocó el martes el desplome de la cotización de las entidades italianas que se contagió a la banca española.
9 agosto, 2023 02:38El Gobierno presidido por la ultraderechista Giorgia Meloni ha sorprendido a los mercados con la creación de un impuesto a la banca con el que pretende poner coto a los "beneficios extraordinarios" del sector. Un tributo que recuerda mucho al creado hace algunos meses por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que nació con las mismas intenciones en un contexto de subida de los tipos de interés y que impactará de una forma similar en el sector bancario italiano.
El Consejo de Ministros del Gobierno italiano aprobó el lunes a última hora la creación de un impuesto que gravará con un 40% los ingresos extraordinarios de la banca del país. Un gravamen que dentro de Europa solamente tiene precedentes en Hungría y España y, de hecho, comparte varias características con el tributo puesto en marcha en nuestro país.
Para empezar, en ambos casos se trata de un tributo temporal. El español grava los resultados bancarios de los ejercicios 2022 y 2023 -con lo que se paga en 2023 y 2024, respectivamente-, mientras que en el italiano se ha creado para el ejercicio 2023 -pagadero antes de junio de 2024. Aunque en España algunos partidos se han abierto a prorrogarlo, lo cierto es que en ambos casos está creado para desaparecer tras este plazo.
Gravar los ingresos
Además, se trata de tasas que gravan los ingresos de las entidades. En el caso del impuesto de Sánchez, afecta al 4,8% de la facturación por intereses (es decir, el margen de intereses) y comisiones. El impuesto de Meloni se aplicará sobre el margen de intereses siempre que los bancos lo hayan incrementado al menos un 5% en 2022 o un 10% en 2023, según Reuters.
De acuerdo con la información de la agencia, el objetivo es gravar a las grandes entidades italianas con el 40% de su margen de intereses o bien de 2022 o bien de 2023, dependiendo de qué importe sea mayor. Con todo, el Gobierno de Italia, tras el varapalo bursátil del martes, ha decidido rebajar el alcance del impuesto de manera que afecte a un máximo del 0,1% de sus activos.
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Ambos gobiernos comparten el reproche emitido hacia los bancos sus países. El aumento de las ganancias, que en ambos casos se consideran "extraordinarias" al producirse en un contexto de subida de los tipos de interés, ha inspirado la creación de estos gravámenes por parte de los dos gobiernos.
También comparten la crítica al hecho de que las entidades no han trasladado la subida de los tipos a la remuneración de los depósitos. En el caso de los bancos españoles, no ofrecen depósitos a plazo, aunque sí otra clase de productos, como cuentas remuneradas.
Mientras, los italianos han transferido a los depositantes una media del 12% del aumento de los tipos, frente al 22% de la media de la zona euro, según cálculos de Jefferies que recoge Reuters.
En un principioç, el Tesoro italiano espera recaudar unos 3.000 millones de euros con esta medida en un solo año, cifra similar a la que el Ejecutivo de Sánchez pretende ingresar con la tasa a la banca en sus dos años de duración. Con la limitación de su aplicación (al 0,1% de sus activos), se estima que los ingresos se quedarán en la mitad.
El objetivo de ambos impuestos también se parece. En el caso italiano, se busca "apoyar a quienes se encuentran en dificultades", según informó Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno de Italia y ministro de Transportes e Infraestructuras. Particularmente, a aquellos a los que les han subido las cuotas hipotecarias por el giro en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), pero Salvini también ha anticipado que servirá para rebajar la carga fiscal a los ciudadanos.
En el caso del impuesto español, la recaudación se dirige a financiar las medidas de apoyo a los ciudadanos por el impacto de la inflación y otras consecuencias de la guerra en Ucrania.
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Hay que recordar que el BCE ya se pronunció sobre el gravamen español, señalando que tendría como consecuencia una disminución de la rentabilidad de las entidades y que afectaría a la concesión de crédito.
El supervisor destacó, además, que podría generar un problema de competencia al afectar a unas entidades sí y a otras no.
Una advertencia que da al Gobierno italiano una idea de la opinión que el BCE tendrá sobre su nuevo impuesto.
Al supervisor tampoco le gustó el hecho de que el tributo español especificara una prohibición de trasladar su coste a los clientes, algo que el gravamen italiano no incluye, según la información de la que se dispone actualmente.
Impacto en bolsa
La noticia no sentó nada bien a los inversores, que castigaron duramente a la banca italiana en bolsa el martes. Las cotizaciones de las entidades transalpinas cayeron a plomo, con pérdidas incluso superiores al 10% tras conocer la noticia.
En concreto, BPER Banca se desplomó un 10,9%, Banco BPM un 9%, Banca Monte dei Paschi di Siena un 9,4%, Intesa San Paolo un 8,7%, UniCredit un 5,9% y Mediolanum un 5,4%, entre otros.
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Este impacto se contagió a la banca española, que sufrió importantes caídas. Santander se dejó un 2,7%, Unicaja un 2,5%, Sabadell un 2,12%, BBVA un 1,9%, Bankinter un 1,9% y CaixaBank un 1,5%.
La puesta en marcha de este gravamen, que se incluyó en un real decreto ómnibus aprobado por el Consejo de Ministros italiano en la noche del lunes, ha sorprendido a los mercados.
Cierto es que Meloni había puesto sobre la mesa la creación de este impuesto a principios de este año, pero no se había retomado la idea hasta ahora, justo después de que los bancos italianos hayan presentado sus cuentas del primer semestre. Las mismas reflejan un incremento en el margen de intereses, como ha ocurrido con el resto del sector en otros países, también en España.
Una fuente citada por Reuters explica que la inclusión de esta medida en el real decreto fue una sorpresa incluso para algunos ministros, que se enteraron durante la reunión del gabinete.