Hace un año, el aceite de oliva era un 22% más barato de lo que es ahora. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística (INE) y lo temen, además de los ciudadanos, empresas como Acesur, el líder de envasado de aceite de oliva en España, cuya mayor preocupación ahora es que esa escalada aleje a los consumidores.
"Hoy uno de cada cinco hogares en España no compra aceite de oliva. En un país mediterráneo, productor. Un país que estaba en el top tres de consumo per cápita de aceite de oliva", apunta en entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia el director general de Acesur, Gonzalo Guillén.
El desplome lo mide en 15 puntos. Es lo que ha caído la penetración del aceite de oliva en hogares de nuestro país, sentencia desde las instalaciones en Sevilla de la empresa, dueña de marcas como Coosur o La Española. "Eso es lo que nos preocupa. Que a lo mejor se esté posicionando el aceite en un precio tan alto que estemos ahuyentando consumidores", lanza.
[La crisis del aceite de oliva continúa: caen las ventas y los precios siguen disparados]
Es una inquietud que el sector nota desde hace meses. El consumo interno ha caído entre un 30% y un 35%. Las escenas en supermercados son grandes chivatos: cada vez hay salen de las estanterías menos garrafas de cinco litros, en favor de un embotellamiento de un litro que parece hacerse más llevadero.
Aunque sea solo psicológicamente. Los precios son en estos casos también muy elevados en grandes superficies, llegando a superarse los 6 euros por litro en el caso de aceite de oliva extra, y ronzándolos si es aceite de oliva marca blanca.
Son máximos históricos, subraya Guillén. "Estamos un 40% por encima del precio máximo que habíamos tenido. Y los últimos empujes de precios han sido muy rápidos, lo que puede hacer que la caída del consumo tenga otra vuelta de tuerca más y más importante en próximos meses", augura.
"A lo mejor nos estamos pasando de tuerca. No lo sé. Pero si nos pasamos de tuerca puede tener otras consecuencias que nadie sabe", advierte el director general de Acesur, un cargo en el que cuenta con una larga trayectoria que le ha valido recientemente el reconocimiento de Mejor Directivo Embajador del Sur de España por Cesur.
El temor a que el aceite empiece a ser visto como un producto de lujo y tenga mayores retrocesos en el consumo no se ciñe solo a España. Guillén apunta que a nivel global la caída también puede estimarse en un 30%. Un desasosiego para el que es el segundo mayor exportador de aceite de oliva español en el mundo.
Es el resultado de la sequía, que ha mermado la producción en nuestro país, primer productor, en un 50% en la pasada campaña. "Si haces los números del consumo mundial del consumo mundial y de la disponibilidad de este año, ves que no hay aceite para servir al consumo. Tiene que caer el consumo. Y para eso precio sube".
Compras a Turquía y Grecia
La cuestión es si ese juego de oferta y demanda va a llegar demasiado lejos. Acesur sigue los acontecimientos a nivel global, puesto que es ahí donde han centrado la apuesta: está ya en 120 mercados en todo el mundo. Tiene incluso una envasadora en Aleppo. El último país al que ha entrado ha sido Somalia, en 2022.
Una internacionalización que han acelerado en los últimos cinco años hasta convertirla en la base de su facturación. Plataformas logísticas en el este de Europa, Reino Unido, EEUU; oficinas en China o Brasil y mucho marketing: ahora la actividad internacional representa cerca de dos tercios de su facturación, que ascendió a unos 950 millones el año pasado.
Esa menor dependencia del mercado nacional hace que Guillén estime que la caída en volumen que registren sea la mitad de la media del sector. "Ya en cuanto a precio estamos sufriendo como cualquier otro", matiza, lo que se traduce en hacer frente a unos costes unitarios "que van a subir de una forma muy importante".
El impacto en la producción de aceite lo solventan con triangulación: comprar producción en el exterior, tratarla en España y luego reexportarla. Con buenas cosechas este año en Turquía, Grecia e incluso Italia, esta operación de triangulación ha aumentado entre un 20% y un 25% este año. Si es necesario, crecerá más en el futuro.
Teniendo todo esto en cuenta, en Acesur no se teme una reestructuración que ya se plantean otras empresas si la sequía persiste, aunque Guillén admite que han bajado el ritmo de trabajo en algunas plantas, donde ya no se trabaja los siete días de la semana.
Reconversión agrícola
En paralelo, la empresa completa inversiones en reconvertir las 2.000 hectáreas de cultivo que tiene en Andalucía. Durante el trienio 2021-2023 destinará un total de 20 millones para transformarlas en olivar superintesivo, esto es, con más eficiencia en el riego, en producción por hectárea y con menores costes por kilo producido.
Y a nivel industrial, cuentan con inversiones por dos millones para avanzan con depuradoras o proyectos de residuo cero, entre otras iniciativas. Aunque sigue faltando, advierte Guillén, mucha infraestructura por parte de las administraciones para traer el agua a la comunidad. "Es la gasolina de la economía en Andalucía", resume.