Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz en el Congreso de los Diputados. Jesús Hellín Europa Press

Macroeconomía

El Gobierno intenta incorporar a ERC, Bildu y Podemos a los 'impuestazos' en sanidad, rentas de capital y banca

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El Gobierno sigue sin tener los apoyos necesarios para llevar a cabo su deseada reforma fiscal. El PSOE consiguió este lunes la claudicación de Sumar en lo que se refiere a la eliminación del gravamen a las energéticas a cambio de nuevos impuestos a la sanidad privada y los bienes de lujo, pero no fue suficiente. La férrea oposición de ERC, unida a la de otras fuerzas como Bildu y Podemos, complica los planes de Pedro Sánchez.

Hace apenas dos semanas, el PSOE presentó una batería de enmiendas acordadas con Junts y PNV. Entre ellas se encontraba el establecimiento de un nuevo impuesto a la banca, pero no así a las empresas energéticas, por lo que la tributación extraordinaria de estas compañías decaería con el gravamen temporal. Ante esto, todos los socios a la izquierda de los socialistas, incluidos los de Yolanda Díaz, levantaron la voz.

Para Sumar, Bildu, ERC y Podemos, el impuesto a la banca era insuficiente y rechazaron la eliminación del tributo a las empresas. Ahora, los socialistas y Sumar han alcanzado un principio de acuerdo, pero los números siguen sin salir. El PSOE, consciente de la difícil aritmética parlamentaria —más todavía para un tema tan delicado— quiere alcanzar un acuerdo global. Pero el puzzle es endiabladamente complejo.

Fuentes de los de Pedro Sánchez explican que lo que tienen con Sumar no es un acuerdo cerrado, en tanto que tienen que llevarlo ante ERC y Bildu para que tenga visos de salir adelante. Además, agregan que han pactado principios, no enmiendas redactadas, lo que sí hicieron con Junts y PNV.

Así las cosas, el Gobierno no tiene más remedio que seguir negociando. La Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados debería haberse celebrado este lunes, pero la falta de acuerdo ha precipitado un aplazamiento hasta el jueves minutos antes de su inicio y al tiempo que Sumar difundía el acuerdo con los socialistas.

Los republicanos se han apuntado el tanto de dicho aplazamiento. "ERC había comunicado al PSOE su voto en contra de este proyecto de ley. Cualquier medida que pretenda favorecer a la banca y a las eléctricas no va a encontrar nuestro apoyo. El PSOE debe volver a negociar", ha sentenciado Pilar Vallugera, diputada del grupo catalán.

A última hora de la tarde, Bildu emitió un comunicado en el que llamaba a "reiniciar la negociación" para alcanzar un acuerdo que supere el bloqueo actual y mantenga los impuestos a las energéticas y la banca. "No existe motivo alguno para retirar los impuestos y que estas grandes empresas dejen de aportar a las arcas públicas", han señalado los vascos.

Así, en el mejor de los casos, el Ejecutivo sólo tendría amarrados los votos de los dos partidos de la coalición gubernamental y los de PNV y Junts. Pero incluso este extremo no es seguro. Los impuestos a la sanidad privada, los bienes de lujo y las rentas de capital han convencido a los de Yolanda Díaz, pero pueden no ser del agrado de dos partidos situados a la derecha del arco parlamentario.

En cualquier caso, eso sólo sería el principio de la cuadratura del círculo que Sánchez necesita para acometer una reforma fiscal de la que depende el quinto pago de los fondos europeos. Después tendría que convencer a Bildu, ERC y Podemos de que acepten la eliminación del impuesto a las energéticas. Sumar, acosado por el caso Errejón, ya se ha dado por vencido.

Subida de las rentas de capital

En España, las rentas de capital —ingresos derivados de inversiones— tributan en el IRPF por tramos, de acuerdo con el siguiente esquema:

— Hasta 6.000 euros: 19%
— Entre 6.000,01 y 50.000 euros: 21%
— Entre 50.000,01 y 200.000 euros: 23%
— Entre 200.000,01 y 300.000 euros: 27%
— A partir de 300.000,01 euros: 28%

El acuerdo entre PSOE y Sumar elevaría la tributación del último tramo hasta el 30%, convirtiendo a España en uno de los países europeos que más grava este tipo de ingresos.

De acuerdo con un reciente informe de Tax Fundation, España grava las rentas de capital diez puntos por encima de la media de la UE. En comparación, países como Alemania (26,375%) e Italia (26%) aplican tipos fijos, y Francia grava con una flat tax del 30%.