Pese a que por las fechas hubo dudas, finalmente, el Ministerio de Hacienda ha rematado el Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas a tiempo. El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la correspondiente orden con la que se establece el modelo de declaración de este tributo, que se tendrá que abonar entre el 1 y el 30 de julio, como estaba previsto. La casualidad ha querido que este periodo de cobro coincida con las elecciones generales y su correspondiente campaña.
Este era el último trámite normativo para implementar un tributo que tendrán que pagar los ciudadanos con patrimonios de más los 3 millones de euros en 2022.
Concretamente, el tipo del impuesto será del 1,7% para los patrimonios entre 3 y 5 millones de euros; del 2,1% para los patrimonios entre 5 millones y 10 millones, y del 3,5% para aquellos patrimonios superiores a 10 millones de euros.
Cabe recordar que el tributo es complementario del Impuesto sobre el Patrimonio, que ingresan las comunidades autónomas. "De esta forma, lo abonado por el Impuesto sobre el Patrimonio se descuenta de la cuota a pagar del Impuesto de Solidaridad de Grandes Fortunas. Así se evita tributar dos veces por el mismo patrimonio y concepto", recuerda Hacienda en un comunicado.
Esta medida se ha tomado, precisamente, porque en varias autonomías gobernadas por el Partido Popular el Impuesto al Patrimonio está bonificado al 100%. Es decir, que está prácticamente anulado. Con el tributo a las Grandes Fortunas se busca revertir esta situación.
Con este impuesto de carácter nacional y temporal (por lo pronto, su duración sólo está prevista para este año y el próximo), el Gobierno espera recaudar unos 1.500 millones de euros anuales. La idea es que con estos ingresos se financien medidas para paliar el incremento de la inflación y otras consecuencias de la guerra en Ucrania.
Sin embargo, es posible que en 2024 este impuesto no se cobre. Todo dependerá del resultado de las elecciones generales. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, se ha comprometido a derogar esta figura si llega a la Moncloa. Aunque con el Impuesto al Patrimonio no lo tiene tan claro.