Lagarde (BCE) seguirá subiendo tipos a pesar de una probable recesión: "Es lo que tenemos que hacer"
La presidenta pide a los Gobiernos que sus planes anticrisis sean temporales y selectivos para no alimentar la inflación.
27 octubre, 2022 16:25La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, admite que la probabilidad de una recesión en la eurozona ha aumentado debido al impacto de la guerra en Ucrania, la crisis energética y la inflación. Pero deja claro que el BCE seguirá subiendo tipos aún a riesgo de agravar esta contracción económica: "Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer", se ha justificado.
"Es probable que la actividad económica en la zona del euro se haya desacelerado significativamente en el tercer trimestre del año, y esperamos un mayor debilitamiento en el resto de este año y principios del próximo", ha dicho Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno. Un encuentro en el que se ha aprobado una nueva subida de tipos récord de 0,75 puntos, hasta situar el tipo general en el 2%.
La presidenta ha anunciado más incrementos de tipos durante "varias" reuniones, pero no ha querido aclarar en qué nivel se plantará el BCE. "¿Hemos terminado el trabajo? ¿Hemos concluido la normalización de la política monetaria? No, todavía queda un trecho por cubrir", se justifica Lagarde. El destino final es el tipo de interés que garantice que la inflación baje al objetivo del 2% (actualmente está en el 9,9%), ha insistido.
[El BCE sube los tipos otros 0,75 puntos hasta el 2% y avisa de nuevas subidas]
Lagarde tampoco precisa la senda y el ritmo de las futuras subidas de tipos. El BCE renuncia a dar orientaciones sobre sus próximos pasos porque considera que no son útiles por el alto nivel de incertidumbre. Las decisiones se adoptarán "reunión a reunión", sobre la base de los datos disponibles.
El Consejo de Gobierno tendrá en cuenta tres factores: las perspectivas de inflación y la evolución económica (incluido el riesgo de recesión); las decisiones previas (una subida de 2 puntos en tres reuniones); y el hecho de que las subidas de tipos no tienen un efecto inmediato sobre la inflación sino que actúan con retardo.
"En el actual estado de incertidumbre, con la probabilidad de recesión acechando mucho más en el horizonte, una probabilidad que ha aumentado, cada cual debe hacer su trabajo. Nuestro trabajo es la estabilidad de precios", ha insistido la presidenta.
¿Le preocupan al BCE las crecientes críticas de los Gobiernos de la UE por asfixiar el crecimiento? "Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Un Banco Central se tiene que centrar en su mandato. Y nuestro mandato es la estabilidad de precios y tenemos que cumplirlo utilizando todas las herramientas que tenemos", asegura Lagarde. "Nuestro trabajo es combatir la inflación", ha subrayado.
En todo caso, la presidenta reconoce que dominan los riesgos a la baja para la economía. La prolongación de la guerra en Ucrania es un riesgo importante. Además, la confianza podría deteriorarse todavía más y los problemas de suministro podrían empeorar de nuevo. Los precios de la energía y los alimentos pueden mantenerse altos más de lo previsto y el debilitamiento de la economía mundial será un lastre adicional para la eurozona.
Aparte de subir los tipos, el BCE ha aprobado este jueves revisar al alza los tipos de interés que cobra a los bancos por la financiación ultrabarata a largo plazo (TELTRO III) que les concedió durante la pandemia. Lagarde asegura que su objetivo no es recortar los beneficios extraordinarios que estaban logrando las entidades con estos créditos gracias a la subida repentina de tipos: se trata de garantizar que la política monetaria se transmita adecuadamente", ha defendido.
Además, el BCE aprobará en diciembre empezar a reducir su enorme balance de 8,8 billones de euros con el que ha salido de la pandemia. Una reducción que tiene previsto iniciar por su cartera de deuda pública adquirida en el marco del programa APP, según ha explicado la presidenta.
Lagarde ha vuelto a pedir a los Gobiernos que sus planes de ayuda para hacer frente a la crisis energética no tengan un carácter general, sino que sean temporales y selectivos. Es decir, que se centren en los más vulnerables para no alimentar la inflación. "Eso sería contraproducente, porque requeriría que tomáramos medidas más duras de política monetaria para cumplir nuestro mandato", ha dicho.