El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene en el cargo a su socia del Ejecutivo de coalición. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, repite en esta legislatura como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social.

Currículo

La ministra de Trabajo nació en Fene, La Coruña, en 1971. Díaz ha presumido siempre de orígenes trabajadores y sindicales. Su padre es Suso Díaz, un histórico sindicalista gallego que militó en el PCE en la clandestinidad y fue secretario general de CCOO en Galicia. Él le inculcó el trabajo duro y la defensa de quienes más lo necesitan. De su madre, Carmela Pérez, aprendió a no rendirse y ser fiel a sus principios, como mostró en un vídeo de Sumar durante la campaña electoral.

Yolanda Díaz pasó sus años universitarios en Santiago de Compostela, donde se licenció en Derecho. También se formó en Relaciones Laborales, Derecho Urbanístico y Ordenación Territorial y Recursos Humanos, Seguridad Social o contratación laboral. 

Antes de llegar a ministra, Díaz ya había participado en política. Sus primeros pasos fueron como concejala en Ferrol, para saltar después a diputada del Parlamento de Galicia y, de ahí, al Congreso de los Diputados.

La vicepresidenta segunda es madre de Carmela. Díaz se ha referido a su hija en múltiples ocasiones durante sus intervenciones y ha acudido con ella a algunos actos públicos, como la manifestación del 1º de Mayo o al Orgullo.

De la ministra de Trabajo también se sabe que es aficionada a la música y a la literatura. Es habitual verla llegar al Congreso con libros en la mano y también le gusta incluir citas de sus lecturas en sus discursos. 

Posición en la amnistía

"Con la amnistía, gana la democracia". Así defendió Díaz el pacto del PSOE, sus socios de Gobierno, con Junts, en su turno de palabra durante el debate de investidura.

Para la ministra de Trabajo, la amnistía a los políticos implicados en el procés representa "la posibilidad de que Cataluña también sea una solución para el conjunto de España".

Antes de llegar a eso, Díaz se desplazó a comienzos de septiembre a Bruselas, donde se reunió con Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo. Desde Moncloa aseguraron que ese viaje fue "por cuenta y riesgo" de la vicepresidenta primera.

Tras el encuentro, Díaz propuso un "acuerdo político y social" con los agentes sociales y la sociedad civil encaminado a solucionar el "conflicto catalán"

Balance de su gestión

La ministra de Trabajo tomó posesión de su cartera por primera vez en enero de 2020. En marzo, ya estaba haciendo frente a la pandemia.

Díaz ha recordado a lo largo de la legislatura aquellos inicios, mientras el empleo se desplomaba y la incertidumbre se extendía. El coronavirus la curtió en la gestión de un Ministerio y una crisis, y fue capaz de poner de acuerdo a empresarios y a sindicatos para sacar adelante los ERTE y salvar empresas y a trabajadores.

La urgencia de la pandemia postergó su misión inicial en Trabajo: derogar la reforma laboral de 2012 y aprobar una nueva. El contratiempo, lejos de serlo, le sirvió de escuela para bregar con los agentes sociales e instaurar el diálogo social en el Ministerio, como marca de la casa.

La reforma laboral contó con el respaldo de UGT, CCOO y CEOE, y se aprobó en una tensa votación en el Congreso, con el voto a favor, y equivocado a la vez, del diputado del PP Alberto Casero.

Díaz también ha conseguido en esta legislatura actualizar el Salario Mínimo Interprofesional, hasta los 1.080 euros de este 2023.

Entre sus logros como ministra, Díaz ha cercado a las plataformas de reparto por su desprotección de los derechos de los trabajadores. La Ley Rider es otro de sus éxitos y, además, ha tratado de replicarlo en Europa.

Retos de su Ministerio

La convocatoria de las elecciones anticipadas dejó una lista de tareas pendientes en el Ministerio de Trabajo. Con su repetición al frente de esta cartera, Díaz tendrá tiempo de ponerlas en marcha ahora.

Trabajo peleará esta legislatura por la aprobación del Estatuto del Becario. Díaz anunció el acuerdo con los sindicatos, foto incluida, pero se encontró con el rechazo del PSOE, que nunca aceptó llevarlo al Consejo de Ministros.

La ministra de Trabajo también quiere reformar el "viejo" Estatuto de los Trabajadores. Una norma de 1980 que, para Díaz, queda ya obsoleta en muchos aspectos y que debe renovarse y dar paso al Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI.

Ese cambio será lento y es probable que, mientras se negocie, Díaz vaya conquistando otros avances en derechos laborales. La líder de Sumar dejó claro en la investidura que quiere que esta sea "la legislatura del tiempo". El pacto entre PSOE y Sumar incluye una reducción de jornada a 38,5 horas máximas en 2024 y a 37,5 horas en 2025.

Los deberes del Ministerio de Trabajo para esta legislatura se extienden, además, a las modificaciones en el despido, un mayor impulso al diálogo social, garantizar la presencia de los trabajadores en los consejos de administración y reformular los subsidios por desempleo.