La semana laboral de cuatro días no ha despertado mucho interés entre las empresas españolas. El volumen de ofertas de trabajo con este horario todavía carece de relevancia y la convocatoria del proyecto piloto del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo tampoco ha conseguido una gran participación.
Más País, impulsor de esta iniciativa a cambio de su voto para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, esperaba que unas 160 pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas se sumaran al programa piloto, pero solo se han presentado 41 pymes, como desveló Industria esta semana. En el Ministerio de Héctor Gómez, restan importancia a esa cifra y piden "relativizar", como explican fuentes consultadas por este periódicos.
El objetivo no era tanto conseguir una alta concurrencia sino obtener datos suficientes para una posible reforma del mercado de trabajo si el proyecto piloto resulta exitoso. El único ejemplo en el que puede mirarse España es Reino Unido, donde también se desarrolló un programa similar, con la participación de 61 empresas.
En el caso británico, el piloto estaba abierto a empresas de distintos sectores y de diferentes tamaños, mientras que en el español solo se permitía la participación de pymes del sector industrial. Con esta referencia, el Ministerio valora aún más la concurrencia de esas 41 empresas.
Sin embargo, todavía hay que afinar más los filtros. El Ministerio tendrá ahora un máximo de cinco meses para evaluar cuáles de esas empresas cumplen con los criterios para recibir la subvención máxima de 200.000 euros para implantar la semana laboral de 32 horas, durante un mínimo de dos años y sin recortar el sueldo de sus empleados.
Sin interés político
Aunque los datos de participación del proyecto piloto se han conocido en plena campaña electoral, apenas se han colado en la agenda política de estos días. Antes de eso, algunos partidos como Más País y también la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, han defendido la reducción de la jornada laboral.
Para Díaz, la importancia de la semana de 32 horas reside en lo cualitativo, en que los tiempos de trabajo se adecúen a la vida de los trabajadores y no solo a las necesidades de la empresa, como se venía haciendo hasta ahora. La ministra de Trabajo también ve las jornadas laborales de 40 horas semanales como algo del siglo pasado, y defiende que los empleados tengan derecho "al tiempo personal para tener proyectos, para formarse, para cuidar y para crecer".
Los agentes sociales, tanto sindicatos como patronal, se muestran cautos en la valoración de la semana laboral de cuatro días. No obstante, los empresarios admiten que no es un tema que les ocupe en este momento y recuerdan que el Estatuto de los Trabajadores, a través de la negociación colectiva, ya permite esta opción.
Al margen del proyecto piloto del Ministerio de Industria, algunas comunidades autónomas también han apostado por sus propios experimentos. La Comunidad Valenciana aprovechó la coincidencia de cuatro lunes festivos en su territorio entre el 10 de abril y el 7 de mayo para hacer la prueba, aunque los resultados no se conocerán hasta julio. Islas Baleares o País Vasco también han anunciado pilotos con la semana laboral de cuatro días en los próximos meses.
Flexibilidad horaria
Las empresas españolas tienen todavía un interés comedido por la implantación de la semana laboral de cuatro días. Las ofertas de empleo que incluyen la jornada de 32 horas en su descripción son, por el momento, poco relevantes, como comenta la directora de Comunicación, Estudios y Relaciones Institucionales de Infojobs, Mónica Pérez, a EL ESPAÑOL - Invertia.
Los estudios de Infojobs también apuntan en esa dirección. Un informe elaborado por esta plataforma en 2022 sostiene que el 62% de los españoles reduciría su jornada laboral, sin pérdida de sueldo y manteniendo su productividad, pero el 40% rechaza recortar su tiempo de trabajo si eso implicara una reducción de su sueldo.
Pérez descarta que la semana de cuatro días sea en este momento una tendencia en el mercado laboral, aunque cree que se irá implementando poco a poco, según el sector, la empresa y las necesidades de cada equipo. "Si encaja, ¿por qué no? Pero para que sea algo masivo y generalizado todavía falta", pronostica.
Pese al leve despegue de la jornada laboral de cuatro días, la directora de Comunicación, Estudios y Relaciones Institucionales de Infojobs observa otras medidas que están modernizando el mercado de trabajo, como la flexibilidad horaria. La disponibilidad del empleado para organizarse su tiempo es una demanda cada vez más frecuente, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, que han cambiado el concepto de "conciliación familiar" por el de "conciliación personal".
"Se valora el sueldo, el proyecto vital y, aparte, la flexibilidad. ¿Qué es mejor para conciliar: la semana de cuatro días o la flexibilidad horaria? Todo depende del sector y, cuando vas aterrizando, depende de las personas y sus circunstancias", explica Pérez.
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La directora de Operaciones, Cultura y Cambio del directorio 4Días, Laura Cavada, constata que los sectores pioneros en la semana laboral de cuatro días son el tecnológico y el digital. La agencia de desarrollo web de Cavada apostó por la semana reducida en 2021 y el resultado ha sido un 100% de satisfacción de sus empleados, cero rotación, ampliación de la plantilla y mantenimiento de sueldos, como cuenta a este periódico.
Tras participar en un directorio de Reino Unido sobre empresas con semana laboral de cuatro días, su agencia decidió hacer lo mismo en España con 4Días, para compañías españolas, portuguesas y latinoamericanas. En la actualidad, ya registran 13 empresas españolas que aplican la semana reducida.
Por su experiencia, Cavada sabe que la decisión de aplicar la semana de cuatro días "no se toma de un día para otro, porque no va a funcionar". Por eso, recomienda "mirar hacia dentro de la empresa", para ver cuál es su organización y sus necesidades.
Además, también tiene sus dudas respecto al proyecto piloto de Industria y cuestiona el papel de las ayudas. "Si empezamos diciendo que se dan subvenciones porque se pierde dinero… estamos haciendo más mal que bien", advierte Cavada, que también lamenta que la convocatoria se haya limitado a pymes industriales.