Cliente pasando productos por la caja de un supermercado.

Cliente pasando productos por la caja de un supermercado. Europa Press

Economía

Los alimentos vuelven a repuntar: alcanzan su mayor precio en 18 meses con el aceite de oliva como único alivio

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La cesta de la compra afronta una nueva temporada de sobresaltos. Tras un 2022 de récord en los precios internacionales de alimentos y una continua desescalada en 2023, el índice que recoge las variaciones de los principales elementos de la cesta básica de la compra vuelve a repuntar acusadamente. Está ya en su máximo valor de los últimos 18 meses.

En el punto de mira se encuentran cereales, aceites vegetales en general, lácteos y azúcar, que influye a su vez en decenas de alimentos -desde refrescos a tomate frito o cremas de verduras-, empujando su precio al alza.

Así lo recoge el último dato del índice mundial de precios de la FAO, que analiza las diferentes cotizaciones de alimentos y sirve de guía para ver qué sucede después en lineales.

Su diagnóstico: los precios han subido en general un 2% de septiembre a octubre por una miríada de motivos, que van desde temores a cosechas cortas por los efectos del clima a crecientes tensiones en la región del mar Negro. Con ese empuje estamos ahora en el punto más elevado desde abril de 2023, aunque aún un 20,5% por debajo del máximo histórico, que se tocó en marzo de 2022.

Sólo los precios de la carne se reducen, aunque casi de forma imperceptible (un 0,3%), y en realidad el único alivio notable que se augura a corto plazo es, paradójicamente, el que ha sido el mayor dolor de cabeza en la cesta de la compra en los últimos tiempos, el aceite de oliva.

Aceite, rara avis

El oro líquido continúa su descenso y actualmente está en su menor nivel de precios de este año en origen, de acuerdo con los datos recopilados por el observatorio Infaoliva. El virgen extra cuesta 5,5 euros el kilo en origen; el virgen, 5 euros y el lampante, 4,9 euros. 

Estos precios suelen tardar aproximadamente tres semanas en verse reflejados en los lineales, donde llegan con un incremento por embotellado y transporte que acaba siendo de entre 1,5 euros y 2 euros, lo que da una idea de la caída que podría verse ya en diciembre en los supermercados.

Precios en origen de las diferentes variedades de aceite.

Precios en origen de las diferentes variedades de aceite. Infaoliva.

Este era, en todo caso, un comportamiento esperado por los agentes del sector gracias a la mejoría del clima vivida en primavera, que hacía presagiar una mayor cosecha. La recogida de aceituna arrancó en octubre y dejará una producción de aceite que será, según las previsiones, un 50% más elevada que el año anterior y rondará los 1,26 millones de toneladas.

De cumplirse el pronóstico, el aceite de oliva logrará su primera cosecha casi normal tras dos años de sequía, lo que a su vez traería consigo una notable reducción de precios. Los grandes del sector creen que el litro puede volver a rondar los 5 euros a finales de este año o principios de 2025.

Alza en pan, leche y azúcar

Lo demás ofrece un peor panorama por multitud de factores. La FAO señala como causantes de los encarecimientos de los cereales la preocupación por las condiciones meteorológicas desfavorables en siembras de los principales exportadores del hemisferio norte: Estados Unidos, Rusia y la UE.

También impacta en los cereales, que suben un 0,8%, la reintroducción de un precio mínimo no oficial en Rusia y las crecientes tensiones en la región del mar Negro. Escala asimismo el maíz por la fuerte demanda interna de Brasil, que no se pueda sembrar en Argentina y que siga fuerte la demanda del grano ucraniano.

El arroz, que baja un 5,6% por la expectativa de mayor competencia entre los exportadores, no consigue contrarrestar la tendencia de esta categoría. Suben también los precios de los aceite de palma, soja, girasol y colza (un 7,3%), que están ahora en su nivel más alto de los últimos dos años. 

¿Por qué? Se ha producido menos aceite de palma en Asia sudoriental, y la expectativa de que haya menos aceite de girasol y colza en la próxima cosecha ha disparado los precios de éstos últimos. 

En cuanto a los lácteos, se encarecen un 1,9% en el último mes (y están un 21,4% más caros que hace un año) porque el fortalecimiento de la demanda interna hace que haya menos producto disponible para exportar. Es lo que ha pasado con el queso y con la mantequilla, que lleva 13 meses consecutivos de escalada, para sorpresa de los mercados internacionales.

Finalmente, el azúcar sube un 2,6% por la "persistente preocupación" por las perspectivas sobre la producción en Brasil. Además, la subida de los precios internacionales del crudo ha estimulado un mayor uso de la caña de azúcar para la producción de etanol en ese país, empujando más los precios.

Cítricos arrasados con la DANA

En esta fotografía falta el impacto que puede darse en otra importante categoría de alimentos: las frutas. Este segmento no se incluye en el índice de la FAO, pero se teme también por su disponibilidad y, por tanto, por su precio a consecuencia de la DANA, que ha arrasado 20.000 hectáreas de cítricos, caqui, uva de vino y otros cultivos leñosos en la Comunidad Valenciana, según las primeras estimaciones de Agroseguro.

Las subidas de los alimentos se registran en el mismo mes en el que nuestro país comenzó a poner fin de forma progresiva a la rebaja del IVA de los alimentos. El 1 de octubre se aplicó el tipo del 2% del IVA en los alimentos que hasta entonces estaban al 0%, como el aceite y productos básicos, mientras que la pasta y otros aceites pasaron del 5 al 7,5%.

Esas rebajas se activaron en diciembre de 2022, cuando el precio de los alimentos tocaba cifras récord alcanzado el 15,7%, el nivel más alto desde 1994. Fue en ese momento cuando entró en vigor la rebaja de este impuesto como una de las medidas estrella del paquete anticrisis que el Gobierno aprobó para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. 

Esta medida supuso eliminar a partir del 1 de enero de 2023 el IVA de productos básicos como el pan o la leche y de bajar del 10 al 5% el IVA del aceite y la pasta. Inicialmente iba a durar seis meses, pero se fue prorrogando.