El consumo de aceite de oliva caerá sensiblemente ante su alto precio, pero seguirá presente en las despensas españolas de la mayoría de los hogares. Las empresas del sector no creen que se pueda convertir en un producto exclusivamente gourmet, pues siempre podrán existir variedades con este distintivo como el aceite temprano o de determinadas variedades.
"Siempre habrá diferentes calidades, algunas muy buenas a precio muy alto con un determinado nicho de mercado", asegura Rafael Pico, el director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) tras las declaraciones del ministro de Agricultura, Luis Planas, en las que indicaba que es "muy importante que el aceite de oliva siga siendo un producto de la clase media".
A ello se une que esta subida de precio, a diferencia de lo ocurrido en otros productos, se debe fundamentalmente a la falta de precipitaciones. Si las lluvias llegan en campañas futuras, la previsión es que su precio baje considerablemente.
[Luis Planas: "Es muy importante que el aceite de oliva siga siendo un producto de la clase media"]
"Hay sequía, pero no solo para el olivar, también afecta al girasol y a todos los productos que se cultivan, pero la gente tiene que seguir cocinando", añade el director de Asoliva.
Sin embargo, el aceite de oliva se trata de un producto fácilmente sustituible por el girasol o por otros de menor calidad. Las aceiteras ya contemplan una caída de sus ventas por el alto precio: "Tenemos en cuenta ese factor para el próximo año, pero no que se convierta únicamente en un producto de delicatesen", añade Moisés Caballero, secretario general de la DOP de Estepa.
Subida de precio
La subida de precio ha sido vertiginosa. En origen, el litro de virgen extra se paga a 5,2 euros, el virgen a 5,03 euros y el lampante, 4,83 euros, según los datos consultados en el sistema de información de precios en origen del aceite de oliva (POOLred).
Es decir, el virgen extra se ha encarecido un 60% en un año y casi un 100% si se compara su precio con principios de diciembre de 2020. Las variedades inferiores, el virgen y el lampante, se han disparado aún más.
En ambos casos, la subida ha superado el 70% de su precio en un año y han oscilado entre el 149% y el 155% si se compara su coste en origen con respecto a hace dos años.
"Es un producto sensible, si hay una subida más importante de lo normal, el consumo se retrasa, pero tampoco va a ser un producto exclusivamente gourmet porque no podríamos darle salida", afirma Caballero.
Consumo generacional
A pesar de los diferentes intentos de la industria por incrementar la venta de este producto, en los últimos cuatro años solo han logrado elevar el consumo en 200 mililitros anuales por persona.
Por el momento, el poder adquisitivo no es el elemento definitivo a la hora de adquirir un aceite u otro. La gran brecha de consumo es por la edad. En los hogares españoles en los que hace la compra una persona mayor de 65 años, se consumen 19,4 litros de aceite al año. De ellos, 14 son de oliva y casi cinco de girasol.
En el caso de las compras realizadas por menores de 35 años, el consumo de aceite anual cae a 6,7 litros, siendo ligeramente superior el uso del de oliva al de girasol.
En los hogares de renta alta, la media de consumo es de 12,5 litros de aceites, frente a los 11,4 de quienes presentan una renta baja. Los de mayor poder adquisitivo consumen 9,3 litros de oliva y casi tres de girasol. En el caso de los hogares más vulnerables económicamente, el de oliva sigue teniendo protagonismo con casi siete litros anuales frente a los cuatro de girasol.